Las perspectivas para la Argentina
posteriores al 2015, cuando previsiblemente termine otro ciclo populista, el de
los Kirchner, parecen alentadoras.
- Ha debido caer
muy bajo en la consideración internacional, y
- más
bajo aún en su deterioro institucional,
- como para
lograr un milagro del que no cabe esperar más que
- un nuevo
amanecer de estabilidad, de negocios:
- la prácticamente unánime opinión
de
- los principales
candidatos de todas las fuerzas políticas
- en todos los temas
decisivos.
Es notorio que en estos
diez años el país vecino
- se peleó con
Uruguay, con Chile,
- deterioró
fuertemente sus relaciones comerciales con Brasil,
- empeoró sus
vínculos con Estados Unidos y,
- como cada vez que se
apela al populismo,
- se volvió a
enfrentar para la tribuna con Inglaterra,
- con el resto de
Europa, y en particular con España.
- Tuvo problemas
comerciales severos con China y por si fuera poco,
- al acercarse a
Irán agredió a Israel.
- Y ahora agregó otro agravio
a Occidente por el tema de Crimea.
Pero
- el mundo sabe que
ésta no es la Argentina, y
- sabe que hay otra
posible; que
- la nación de Borges y
Leloir, del Papa Francisco y de Saavedra Lamas,
- no es un club de
amigos de los barbudos:
- ni de los de Centroamérica, ni de
los del Oriente Medio.
En lo institucional
- ha deteriorado su
moneda,
- ha destruido
- la credibilidad de su
sistema estadístico,
- la independencia de su
Banco Central,
- la autonomía de sus fondos
previsionales,
- con un gobierno que intenta
pasar por arriba
- del Poder Judicial,
- de los medios de
comunicación con el manejo de la publicidad oficial.
Asimismo,
- utiliza el fútbol
como herramienta de propaganda oficial,
- aprieta jueces y
- utilizó la consigna famosa
"vamos por todo".
- La forma de entender el
gobierno que abre una zanja enorme
entre los argentinos.
A todo esto hay que sumar
- la ruptura con Repsol,
- la ausencia de arreglos
- con los holdouts,
- con el Club de París,
- todos coletazos del
repudio, no ya de deudas, sino
- del modo occidental
de resolverlas,
- aun cuando hay que renegociar por no
poder pagar.
En este clima
- de destrucción
institucional,
- de malas relaciones
con todo el mundo,
- como Argentina no es
Venezuela,
- se vislumbra una reacción que
podría ser espectacular.
Macri, Massa,
Carrió, los radicales y hasta
Scioli, aunque amanuense de los
K,
- todos coinciden en lo
relevante que es lo institucional.
En efecto, todos hablan de
rescatar
- el sistema de derecho,
- de la independencia del
Poder Judicial,
- de los medios de
comunicación,
- de la transparencia en la
gestión pública.
Todos señalan
- la necesidad de rescatar lo
que llaman "la república",
- esto es, un clima de mayor
tolerancia.
Todos asimismo,
- quieren recomponer los
puentes con
- los vecinos,
- Europa,
- Estados Unidos, y sin distinción,
- señalan la necesidad de
recomponer relaciones
- con los acreedores,
- con los vecinos y
- con los naturales socios
comerciales.
No es raro escucharles hablar de
la necesidad de
- impulsar al sector
privado,
- bajar la presión
fiscal,
- terminar con el cepo.
Es como si
- el cataclismo de
los Kirchner hubiera logrado
- una fuerte
convergencia de todos los candidatos
- hacia el centro del espectro
ideológico.
Incluso pueden advertirse líneas de
este tipo en algunos líderes sindicales a quienes
- no se les ocurre como a los
de acá, que
- la solución está en apropiarse de
los medios de producción.
- Habrá que llegar al 2015.
Pero para cualquier
emprendimiento que
- pueda hacer "la
plancha" en una economía que
- no tendrá en estos dos
años,
- ni crecimiento
- ni inversión,
- ni buen humor, es claro
que
- si se puede aguantar,
los astros se alinearán
- a favor de los negocios más allá de
2015.
Es lo que por otra parte lo
que
- el mundo parece
aguardar de este país tan rico:
- es inimaginable lo que
una Argentina estable puede
generar.
No otra cosa es lo que se vivió
en la reciente Asamblea Anual del BID en Brasil.
En efecto, en Costa do Sauípe la
Federación Brasileña de Bancos, el Fondo Monetario, el Instituto de Finanzas
Internacionales, el Magazine Emerging Market,
- dieron cuenta de
un cambio de humor respecto de la Argentina
- a partir del nuevo
gobierno,
- cualquiera que sea,
después de 2015. Incluso a lo mejor,
- el nuevo tiene la
suerte de que muchos ajustes antipáticos, por obligación,
- los tenga que hacer el
actual.
En dos años de no poco sufrimiento,
- la Argentina tal vez pueda volver a
ser lo que el mundo espera de ella.
Editorial - El País - Montevideo - 2-Abr-2014
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