lunes, 27 de agosto de 2012

La difícil salida de la crisis



El proceso de devaluación interna en que está sumida la economía española pretende

- reforzar la competitividad y consolidar el único motor
  de crecimiento todavía vigente:
- las exportaciones.

La lentitud con la que se ha realizado este proceso en nuestro país, a causa de la rigidez de la negociación colectiva, explica que
- buena parte del ajuste se haya realizado por la vía de
  los despidos en lugar de
- hacerse a través de las reducciones de salarios.
Pese a la enorme crisis que sufre el país, y pese a la reducción de los ingresos de los funcionarios,
- la remuneración por asalariado todavía subió un 1% el
  año pasado.
El Gobierno espera que, como consecuencia de la flexibilidad introducida en la reforma laboral,
- los costes laborales unitarios se reduzcan a un ritmo del
  1% anual en los próximos 4 años,
lo que debería dar un plus de competitividad al buen comportamiento que ya registran las exportaciones españolas y, por tanto, impulsar un mayor crecimiento económico.
Lo ideal sería que
- el aumento de las exportaciones se produjera como
  consecuencia de
- una mejor estrategia comercial de la marca España en
  el mundo y, sobre todo,
- como resultado de una mayor incorporación de valor
  añadido, diseño e innovación a nuestros productos
  y servicios.
El gran error del país en los últimos quince años, sin embargo, ha sido
- concentrar gran parte de su inversión en el ladrillo,
  en lugar de
- apostar por un sector industrial y de servicios más
  desarrollado e innovador.
Esto hace que no haya más remedio que
- intentar aumentar la competitividad a través de la rebaja
  de los costes salariales.
- Cuanto más rápido se realice, antes España saldrá de
  la grave recesión en que se halla sumida,
- con una caída del producto interior bruto (PIB) estimada
  para este año del 1,7%.
El Gobierno espera que la economía empiece a crecer ligeramente en el 2013 y alcance ritmos superiores al 1% del producto interior bruto en el 2014.
- Dos riesgos, sin embargo, amenazan la estrategia
  planteada.
El primero es que
- la dureza del ajuste, con la subida del IVA en septiembre,
  junto con el proceso de rebajas salariales,
- provoque una depresión del consumo interno mayor de
  la esperada.
El segundo riesgo es que
- la demanda externa caiga a causa del menor crecimiento
  del resto de Europa, adonde se dirige la mayoría de
  nuestras exportaciones.
- En realidad, estas ya han empezado a debilitarse.
- En el 2011 crecieron un 15,4%, y este año, hasta mayo,
  apenas un 6%.
Como alerta un reciente informe de la agencia Moody's, si España e Italia, además de Portugal, Grecia e Irlanda, que en total representan más de una tercera parte de la zona euro, - aceleran sus ajustes y sus devaluaciones internas,
- la euroeconomía entrará en recesión,
- como está a punto de pasar después de
- haber acumulado ya un trimestre de ligero retroceso
  del PIB.
- Las devaluaciones internas en los países periféricos
  sólo tendrán éxito si
- la locomotora económica europea, que es Alemania,
- acepta crecer más por la vía de un mayor consumo
  interno y más inflación.
- Si no es así,
- la crisis será más larga y dura para todos,
- al tiempo que se dificultará gravemente
- la resolución de la crisis de endeudamiento europeo.
Editorial -  La Vanguardia - Barcelona - 27-8-2012

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