viernes, 3 de agosto de 2012
Todas las opciones son malas para Europa
Para salir de la crisis, es necesario
- un Gran Pacto entre todos los Estados para dar una base sólida al euro
No envidio a los dirigentes europeos actuales su tarea. Durante los últimos 60 años,
- Europa ha evolucionado hasta convertirse en la mayor unión política y
- el mayor mercado económico que ha conocido el mundo.
- Conseguir que siga siéndolo es una gran responsabilidad.
Por tanto, escribo estas líneas con profunda humildad y enorme respeto hacia quienes tienen la tarea de ejercer esa responsabilidad.
- Esta es una crisis existencial para Europa.
- Ha quedado al descubierto el fallo de diseño del euro.
Fue un proyecto completamente acertado en teoría —
- combinar un mercado único con una moneda única—,
- pero la forma de llevarlo a la práctica y
- la velocidad a la que se incorporaron los países
fueron muestra de que
- era un proyecto impulsado por la política,
- aunque expresado en términos económicos.
Está claro que Reino Unido tenía dudas políticas, pero permaneció fuera, sobre todo, por motivos económicos.
- Ahora, la política y la aritmética han entrado en conflicto.
- Para Alemania, el dilema es crucial.
- Perder el euro a estas alturas sería un desastre, no
solo político, sino económico.
Por otra parte, para
- “salvar” la unión monetaria, se le está pidiendo a Alemania
- que financie los rescates,
- provoque la inflación en su economía y
- respalde las deudas de unos países que no han emprendido
las reformas necesarias.
Como es natural, los alemanes se muestran reacios a hacerlo.
La política europea, pues, se encuentra atrapada entre
- quienes ofrecen recortes y reformas dolorosas y
- quienes ofrecen estímulos al crecimiento sin reformas.
Pero es evidente que,
- sin crecimiento, es muy difícil llevar a cabo las reformas,
- porque la Unión, en su conjunto, se enfrenta a
- una espiral de aumento del desempleo,
- reducción del crecimiento,
- disminución de los ingresos fiscales y
- mayor recorte del gasto que, a su vez,
- empeora aún más el crecimiento.
No sé
- qué consecuencias sociales tendrá un paro juvenil del 50%
en España, pero
- sospecho que, si se consolida, serán muy peligrosas.
Sin embargo, también es evidente que,
- sin aplicar unos cambios difíciles,
- que debían haberse hecho hace tiempo en ámbitos como
- los mercados de trabajo,
- las prestaciones sociales y
- los sistemas públicos de pensiones,
- los tipos de cambios que Alemania ha realizado en los
últimos 20 años,
- será imposible costear una política fiscal favorecedora
del crecimiento y
- Europa será cada vez menos competitiva.
De momento, la sensación es que, poco a poco,
- Alemania está aproximándose hacia lo que le piden que
haga, si bien a regañadientes,
- mientras el resto de Europa prosigue una vía errática
hacia las reformas.
Por eso, a pesar de los grandes esfuerzos realizados, en especial por parte de las autoridades alemanas, el resultado es que
- no son del todo creíbles
- ni el compromiso alemán de salvar el euro
- ni el de otros países de hacer las reformas necesarias.
- Los mercados continúan especulando y
- el precio de salvar el euro aumenta día a día.
Una inyección de dinero barato del Banco Central Europeo a comienzos de año ganó algo de tiempo para el sector financiero, igual que la importante decisión de apoyar directamente a los bancos españoles.
Pero lo peligroso es que siempre vamos dos meses por detrás.
Lo que necesita Europa en estos momentos es
- un Gran Pacto, que sirva para
- tomar todas las decisiones necesarias
- con el fin de dar una base sólida al euro.
Alemania debe
- aceptar alguna forma de mutualización de la deuda —
por ejemplo, la que sugiere el Consejo Alemán de Expertos Económicos— y, al mismo tiempo,
- indicar y poner en práctica estímulos fiscales.
Las naciones endeudadas deben
- aceptar las reformas y atenerse a
- unos programas exactos, creíbles y con arreglo a un
calendario preciso.
Es necesario
- comunicar a los mercados un plan apropiado —
aunque tal vez doloroso— para
- limpiar los balances bancarios, así como
- cierta seguridad sobre los cambios a largo plazo que
- va a experimentar la política financiera y fiscal.
Será inevitable que junto a estos cambios se pida
- la reforma de las instituciones europeas, y habrá que
- establecer un proceso claro para acordar dichas reformas.
Lo mejor que se puede hacer hoy es
- obligar a todo el mundo a tomar las decisiones importantes
y tomarlas juntos.
- Necesitamos políticas de crecimiento, reforma y unidad.
Esta generación de líderes está acostumbrada a crisis periódicas que, de una forma u otra, se resuelven por sí mismas.
- Esta crisis es distinta.
Es una experiencia nueva para nosotros, y el paralelismo más próximo que podemos establecer es el de los años treinta.
- Todas las opciones son malas, pero
- la menos mala para Europa, y
- en particular para Alemania,
- es salvar el euro.
Tony Blair - El País - Madrid - 3-Jul-2012
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