La técnica de la fractura hidráulica
ha suscitado una viva polémica que, desde una perspectiva desapasionada y
estrictamente científica,
-
revela mucha más opinión y convicción que
-
conocimiento y espíritu crítico
Como saben, la
fractura hidráulica ofracking es una técnica utilizada para liberar gas o
petróleo de rocas sedimentarias de muy baja porosidad y permeabilidad
(shales) a base de inyectar en el subsuelo agua a
presión, junto a pequeñas cantidades de arena y productos químicos.
El uso de esta
técnica ha suscitado una viva polémica que
desde una perspectiva desapasionada, estrictamente científica, revela mucha más
opinión y convicción que conocimiento y espíritu crítico. Algo que no resulta
sorprendente en una sociedad que vive inmersa en un proceso acelerado de
trivialización y simplificación de los temas complejos, como es el caso de
la sostenibilidad
energética.
Esta pasa
por la resolución de un trilema, definido por
-
tres retos íntimamente relacionados entre sí
- que
no pueden solventarse uno a uno,
-
independientemente de los otros dos.
Podemos decir que
- la
sostenibilidad energética se dirime en tres frentes de batalla
simultáneos,
- que
dibujan un triángulo con vértices definidos por
- la e
de la economía,
- la e
de la energía (o de seguridad de suministro) y
- la e
de la ecología (o del medio ambiente-cambio climático).
Lo aconsejable en
política energética es
- buscar
el baricentro de este hipotético triángulo.
Si adoptamos
medidas muy decantadas hacia uno de los vértices, corremos el riesgo de
descuidar los otros dos frentes de batalla y perder la guerra.
Esto quiere decir
que
- debemos
aspirar a un mix energético lo más limpio,
barato y seguro posible.
No nos
podemos conformar con disponer de
- un
suministro abundante a precios competitivos, pero
medioambientalmente sucio.
Sin embargo,
tampoco resulta recomendable aspirar a
- un
suministro limpio, a costa de descuidar la seguridad y/o los
costes.
En este contexto,
parece lógico pensar que
- un
análisis riguroso de la técnica de fracturación hidráulica requiere, como
mínimo,
-
revisar el balance arrojado en cada uno de los tres frentes citados.
- Algo
que solo puede hacerse para el caso de Estados Unidos:
- a fin
de cuentas, la producción comercial de petróleo y gas mediante dicha técnica
- se
restringe prácticamente a este país y de manera accesoria a
Canadá.
Por lo que
respecta a la seguridad de suministro, la
Agencia Internacional de la Energía (AIE) señala que
el repunte de la producción de petróleo y gas en Estados Unidos, impulsado por
la tecnología de la fracturación hidráulica, está en vías de
redibujar el mapa energético global.
La Agencia prevé
que
-
Estados Unidos se convierta hacia 2020 en el mayor productor
mundial de petróleo,
desplazando temporalmente,
hasta mediados de la década de los veinte, a Arabia
Saudí.
Esto, unido a los
efectos de
- las
nuevas medidas de eficiencia energética previstas para el sector del
transporte,
-
comportaría una caída continuada de las importaciones de petróleo,
hasta el punto que
- hacia
2030 Norteamérica se habría convertido en
-
una región exportadora neta de este hidrocarburo.
Y algo
similar sucede con el gas natural.
Las previsiones de la
AIE son que en el año 2035
-
algo más de la mitad de la producción de gas en Estados Unidos
se obtenga
-
mediante la aplicación de técnicas de fracturación hidráulica.
- Esto
haría que el país, que en 2010 importaba cerca de un 10% de su consumo,
- pudiera
transformarse a medio plazo en un exportador
neto.
En conjunto,
las proyecciones apuntan a que
- Estados
Unidos, que hoy día importa
cerca del 20% de su demanda total de energía,
- se
convierta hacia 2030 en prácticamente autosuficiente, lo que
supone
- una
diferencia radical respecto a la tendencia prevista
para
- el
resto de los países que actualmente son importadores de
energía.
En este sentido,
merece la pena destacar que, durante el mismo periodo,
- la
dependencia de las importaciones de petróleo y gas de la Unión
Europea
- podría
haberse incrementado a porcentajes cercanos al
90%.
La situación en
el frente de la economía también revela
un balance positivo.
No cabe duda de
que el repunte de la producción de petróleo y gas en Estados Unidos mediante el
uso de la fracturación hidráulica
- está
impulsando la actividad económica del país,
-
creando una nueva industria,
-
generando puestos de trabajo y
-
abaratando los precios del gas y de la electricidad.
Un
factor este último que, además de un alivio para
la economía doméstica, supone
- un
importante atractivo para la implantación de nuevas industrias y
- una
mejora de la competitividad de las ya
existentes.
Aunque
existen dudas sobre la
persistencia en el tiempo de los bajos precios del
gas en Estados Unidos —hay quien incluso habla de una burbuja a
punto de estallar— las previsiones de la AIE son que
- durante
el periodo 2010-2035 (1/4 de siglo) el precio del gas en dicho país
será
- entre 2
y 3 veces más barato que la media de la Unión Europea, mientras que
- los
precios de la electricidad en esta zona serán
- de 4
a 5 veces más caros que en Estados Unidos, lo que sin duda
supondrá
- un
pesado fardo para la competitividad de la industria del
Viejo Continente.
En
contraposición a los dos frentes analizados,
- el del
medio ambiente presenta un balance bastante menos
halagüeño,
-
aglutinando el grueso de las críticas de los opositores a la
fracturación hidráulica.
Hasta la fecha
- se han
perforado un millón largo de pozos en Estados Unidos utilizando
dicha técnica y,
- como no
podía ser de otra manera, la curva de aprendizaje, iniciada hace
tres décadas
- por
compañías pequeñas y con poco margen económico, aparece
jalonada por
-
incidentes fruto del proceso de ensayo-error y
- de
las malas prácticas inherentes al nacimiento de cualquier nueva
industria.
A esto debe
añadírsele otros impactos intrínsecos a la
técnica de fracturación hidráulica, tales como
-
una intensiva ocupación del territorio,
-
un importante consumo de agua dulce y
-
la generación ocasional de microseísmos.
Todo ello sin
olvidarnos de la necesidad de gestionar adecuadamente un
volumen creciente de los fluidos recuperados tras el
proceso de fracturación, así como de las emisiones de dióxido de
carbono originadas, en algunas regiones, por la quema
del gas asociado a las explotaciones de petróleo no
convencional.
Los oponentes a la
técnica de la fracturación hidráulica también hacen hincapié en
- la
frecuente e inevitable contaminación de
acuíferos por
- la
migración de parte de los fluidos inyectados
en el subsuelo,
- así
como por
el metano liberado de
las rocas.
Sin
embargo, las evidencias recogidas en la literatura científica
apuntan a que,
-
salvo en el caso de accidentes provocados por
-
malas prácticas durante las perforaciones,
-
no existen pruebas concluyentes sobre la realidad de ambos
fenómenos,
- básicamente por la ausencia de estudios solventes al
respecto.
Esta carencia
es atribuida a que
- las
operaciones de las compañías perforadoras están protegidas legalmente
por
-
cláusulas de confidencialidad,
- a la
dificultad de que las investigaciones científicas puedan
-
acompasarse al ritmo frenético impuesto por la industria,
- en el
conjunto de Estados Unidos se perforan varias decenas de miles de pozos por año,
y
- a la
falta de una financiación adecuada para
la investigación.
Parece, pues, que
en Estados Unidos
- la
ciencia no ha podido seguir el ritmo impuesto por la industria
- en
el tema de los impactos ambientales de la fractura hidráulica,
-
particularmente en el caso de
- las
pautas de migración de los fluidos inyectados o
liberados en el subsuelo.
Estamos hablando
de un ritmo endemoniado, posiblemente
alimentado por la codicia: no en vano, en la
mayor parte de Estados Unidos,
-
el propietario de un terreno también lo es de
-
las potenciales riquezas escondidas debajo, en el
subsuelo.
Mi opinión es que
-
Estados Unidos no ha resuelto satisfactoriamente
- el trilema formulado al comienzo de este
artículo.
Simplemente se ha
limitado a
- dejar actuar al mercado sobre el eje economía-seguridad de
suministro.
Es hora de que
- las
Administraciones, de la mano de la ciencia y con
- la
complicidad de las organizaciones sociales, busquen
- un
mayor compromiso con el medio ambiente a través de la
regulación.
Algo similar a lo
que acaba de ocurrir en el Estado de Illinois donde,
tras una inusual colaboración entre la industria y algunos grupos
ambientalistas,
- se ha
aprobado la regulación más estricta de Estados Unidos con el propósito de
- crear
miles de puestos de trabajo en ciertas zonas económicamente
deprimidas.
Mariano Marzo Carpio - El País - Madrid - 15-8-2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario