domingo, 27 de febrero de 2011

Los valores

Hay crisis de valores: esta afirmación resuena por todos lados, tanto entre políticos como entre curas, padres de familia o comerciantes.

Alude a una realidad, pero también es reflejo de desconcierto:
- revela que no sabemos interpretar el mundo en que vivimos.
Con frecuencia
- se imputa esa pérdida a factores que no son la causa sino la consecuencia:
- la droga,
- la exclusión social,
- la televisión.
Es preciso ir más atrás.
La invocación a los valores en nuestro medio también viene teñida de un designio restaurador:
- hay que reinstalar la vigencia de los valores perdidos.
Así planteada
- es una misión imposible.
A ningún varón se le hubiese ocurrido hace unos años concurrir a una oficina pública sin sombrero y sin corbata:
- eran formas de respeto.
Hoy nadie usa sombrero y pocos llevan corbata,
- ¿El respeto se ha perdido o tiene otros códigos?
- ¿El respeto estaba en el sombrero?
- Antes que restaurar hay que entender qué pasa.
Ese fenómeno que llamamos "pérdida de valores" se verifica en todo el mundo; nos ayudaría conocer lo que se escribe en Europa.
Vivimos -según Lyotard- en una época que se caracteriza por
- el agotamiento de los grandes relatos de legitimación,
- principalmente los relatos religiosos y políticos.
- Han perdido vigor o se han desvanecido
- las bases sobre las que se apoyaba
- el mundo simbólico que solíamos habitar.
Según Dany-Robert Dufour, a ese terremoto cultural ha seguido:
- la desaparición de las vanguardias como tales,
- el desarrollo del individualismo,
- la disminución del rol del estado,
- la preeminencia de la mercancía,
- la transformación de la cultura en modas sucesivas,
- la masificación de los modos de vida,
- la valoración y la exhibición de las apariencias,
- la instantaneidad de la información que aplana las perspectivas,
- la desinstitucionalización de las familias,
- las interrogaciones sobre la identidad sexual,
- la propagación pública del espacio privado (webcams, facebook, twitter, etc.) y
- la privatización del espacio público.
Las sociedades tradicionales funcionaban en torno a "determinaciones" bastante detalladas sobre

- la manera de vivir, hablar, vestir, trabajar, educar, comer, festejar, amar, morir.
Las conductas consideradas como apropiadas eran las que
- se habían legitimado con su uso anterior (el que se salía era un loco o un delincuente).
Desde el ingreso a la modernidad
- el individuo buscó para sí, valoró más, ya que hablamos de valores,

- la libertad individual.
Ha pagado por ella
- el precio de un permanente sentimiento de inestabilidad, de crisis, de tensiones y
- de lo que Freud llamó "el malestar en la cultura".
- El hombre moderno es autoreferencial, súbdito sólo de sí mismo.
Según Dany-Robert Dufour "basta considerar los últimos cien años para constatar que en Europa nada escapó:
- las formas consagradas de acatamiento a los reyes, a las iglesias o a los poderosos;
- los géneros en literatura;
- los valores en filosofía;
- la armonía en la música;
- el abandono del patrón oro y
- la fluctuación de las monedas".
Los valores, en último término, refieren a una moral
.
Toda moral es preceptiva, es un mandato en nombre de alguien o de algo.
- ¿En nombre de quién le exigimos a los jóvenes de hoy el cumplimiento de

tal o cual regla?
JUAN MARTíN POSADAS - El País - Montevideo - 27-Feb-2011

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