La formación
doble piso del ferrocarril Sarmiento encaró la curva a velocidad crucero, 600
metros antes del cruce de Zapiola, a la Altura de
Castelar.
Seis cuadras más adelante, otro tren aguardaba la
autorización para el ingreso al taller; sobre la misma
vía.
Eran las 7:06 de la mañana del jueves 13 y por
alguna razón que habrá que determinar el convoy no
frenó.
- Otra vez hierros retorcidos,
- otra vez muertos,
- otra vez heridos,
- otra vez corrupción,
- otra vez una tragedia que podría haberse
evitado
si el ministerio de Transporte hubiera
gestionado correctamente la instalación del Sistema de
Protección Automática de Trenes (ATP, por su sigla en inglés); un
mecanismo que frena automáticamente el tren en caso de que el conductor no
respete alguna señal de peligro o esté excediendo la velocidad máxima permitida
en un tramo.
Pero lo cierto es que el sistema no se
instaló, como
- tampoco se hicieron las inversiones de
infraestructura necesarias, que
- un reciente informe de la Fundación
Pensar estima en 4.500 millones de
dólares.
Poco importa si las pericias eventualmente demuestran que
se trató de un error humano,
- porque la incapacidad en materia de
gestión hace que
- todo el sistema de transporte esté
completamente colapsado,
como puede comprobar cualquiera que necesita más de una
hora para entrar o salir de la Ciudad de Buenos Aires un día de semana (por la
Autopista La Plata–Buenos Aires, por ejemplo), rezando para que los cientos de
autos que transitan por la banquina, devenida en tercer carril, no terminen
ocasionando un choque mortal.
Consecuencia
Lógica
- No es un accidente, es
la consecuencia lógica de
- un proceso de
crecimiento económico descontrolado,
- combinado con una absoluta falta de
planificación.
No se necesita ser economista para darse cuenta de que si
se patentan 857.983 nuevos autos cada año, habrá congestión en
las rutas y autopistas a menos que se invierta dinero y exista un plan de
adecuación de la infraestructura.
En los últimos 35 años, la cantidad de personas
transportadas en el AMBA pasó
- de 17.400.000
-
a 26.300.000 de
pasajeros,
pero mientras que en 1972,
- el 15,4% de esos viajes eran efectuados en
automóviles particulares,
para 2007
- ese porcentaje había subido 41,9% y proyectando
la tendencia,
este año
- el 50% los viajes se harán en ese medio de
transporte.
El colectivo, de representar
- el 54,3% de los viajes en los ’70, pasó a
significar tan sólo
- el 31,3 en el
2007.
La consecuencia del uso excesivo de
autos, en un contexto de baja inversión en rutas, es
la enorme cantidad de accidentes que durante 2012
ocasionaron la muerte de 7.485 personas, de acuerdo a
las estadísticas de la ONG Luchemos por la
Vida.
Se trata de un drama no tan visible mediáticamente como el
choque de un tren o la caída de un avión, pero que ocasiona muchas más víctimas
fatales.
- La prueba de la improvisación es
- la elección de las personas responsables
de resolver el problema del
transporte.
Cuenta Eduardo Levy Yeyati en su
último libro “Vamos por Todo”, que “en 1989, cuando
Néstor Kirchner lanzó su campaña para la gobernación,
- el agrimensor cordobés Ricardo
Jaime
fue uno de los militantes que apoyó su postulación
recorriendo el norte santacruceño en busca de votos.
Cuando Kirchner asume en diciembre de 1991, lo designa como
Secretario General de la Gobernación (hasta 1996) y,
ya en el segundo mandato, Director del Consejo Provincial de
Educación, a cargo del traspaso de las escuelas nacionales a la
provincia y de la implementación del Tercer Ciclo de la EGB.
A fines de 1999, Jaime vuelve a Córdoba como
viceministro de Educación de De la Sota, hasta que, en
mayo de 2003, Kirchner lo nombra secretario de Transporte de la
Nación…Jaime sería reemplazado por
- Juan Pablo Schiavi,
ing. agrónomo, militante de la Juventud Peronista y
amigo de De Vido,
que renunciaría tras la tragedia de Once, el 7 de marzo de
2012, alegando “estrictas razones de salud” luego de una intervención
cardiovascular…Schiavi sería a su vez reemplazado por un funcionario sin
experiencia previa en el rubro:
- Alejandro Ramos,
intendente de Granadero Baigorria en la provincia de Santa Fe.
Un político incondicional, un “hombre del
proyecto”.
Simplemente
- ninguno de los funcionarios,
- hasta llegar al actual ministro de
Interior y Transporte
- es experto en transporte ni tiene
experiencia en el
asunto.
Si la Presidenta nombrara un nuevo encargado del área con
conocimientos en el tema, éste le explicaría que
- el modelo de gestión basado en los subsidios
a la oferta, genera
- ineficiencia,
- falta de control y
- resultados nefastos en materia de
prestaciones.
Como demuestra un reciente trabajo de Santiago
Urbiztondo, de FIEL,
- las tarifas sólo cubren el 25% de los costos del
servicio de ferrocarriles y
de acuerdo a una investigación de José
Barbero, del CIPPEC,
- “si no se realizan inversiones en una
magnitud sustancialmente mayor a la actual,
- el sistema se va a seguir degradando,
porque se invierte solo alrededor de
- el 10% de lo imprescindible para,
simplemente, conservar
- el estado actual de la red de ferrocarriles
metropolitanos”.
Ni hablar de mejorar su calidad para que compitan con el
auto.
Se invierte poco, porque
al
- elegir aislarse del sistema financiero
internacional,
- el Gobierno cerró todas las
posibilidades de conseguir financiamiento barato para las
obras.
Se invierte mal, porque
- el gobierno prioriza la lógica política
por encima de la idoneidad
- a la hora de nombrar a los responsables de las
áreas clave.
Y lo peor de todo, es
- que no es un accidente.
- Si no se cambia el rumbo, es perfectamente
probable que
- la tragedia vuelva, otra
vez.
Martín Tetaz - El Día - La Plata - 16-Jun-2013
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