Los tipos de interés tan bajos han
fomentado la inversión en activos con un riesgo más
elevado
Hace justo un mes comenzó a gestarse
una tormenta perfecta.
Su primer y espectacular síntoma se produjo
el 23 de mayo en la Bolsa de Tokio que,
- tras subir más de un 70%
en 6 meses,
- cayó de repente un 7% en
un solo día.
Hasta ayer,
- la gestación de esa
tormenta estaba pasando casi desapercibida
(¡ni siquiera subía mucho la prima de riesgo
de la deuda española!) pero,
- tras las recientes caídas del Ibex
35, ha empezado a resultar evidente.
Tres focos
principales están alimentando su potencia destructiva:
1- la subida de los
tipos de interés de largo plazo en todo el mundo;
2- la pérdida de credibilidad de
la política monetaria del Banco de Japón; y, finalmente,
3- lo que parece ser un
estrangulamiento del crédito en China.
A todo esto hay que añadir un
cuarto factor de inestabilidad derivado del primero de
los otros tres: 4- la fuerte salida de capitales de los mercados
emergentes que
- hunde sus Bolsas y la cotización de sus monedas.
La lógica de esa salida de
capitales es sencilla:
- los tipos de interés tan
bajos de los últimos años habían fomentado
- la inversión en activos con un
riesgo más elevado y que
- pudieran proporcionar una
mayor rentabilidad.
El cambio de
política por la Reserva Federal está provocando
- una reacción hiperestésica en
sentido contrario.
La gravedad de lo
que pudiera suceder en China la evoca el
paralelismo con lo sucedido en Occidente en los años previos
al estallido de la crisis:
- el crecimiento
descontrolado del crédito y
- el desarrollo
hipertrofiado de una llamada “banca en la sombra” y
- de vehículos fuera del balance de los bancos del tipo de
los que llevaron a la quiebra a
la gran banca norteamericana en
2008,
(eran sociedades de inversión que se
financiaban a corto plazo e invertían a largo plazo; quebraron cuando surgieron
los primeros problemas para financiarse en los mercados, y arrastraron con ellos
a los bancos que los habían promovido).
¿Estallará finalmente
esa tormenta perfecta?
Aunque la situación es muy complicada y el
peligro de una suma vectorial desafortunada de todo lo anterior podría terminar
- con la quiebra de alguna gran
institución financiera internacional (o de algún país emergente)
- sería muy raro que eso se
produjera a estas alturas del ciclo.
Pero sí que es probable, en
cambio, que
- la inestabilidad se
intensifique en las próximas semanas hasta conseguir que
- el índice S&P 500 de
la Bolsa norteamericana caiga un 20%-25% (hasta ahora solo
ha caído un 6%)
- y el precio de las materias
primas retroceda otro tanto.
Con el consiguiente impacto sobre
- una economía mundial que se
está desacelerando (sobre todo China) y que
- pudiera verse, por tanto,
abocada a otra recesión global.
Juan Ignacio Crespo - El País - Madrid - 25-Jun-2013
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