“Ahora pasa que las
tortugas son grandes admiradoras de la velocidad, como es natural.
Las esperanzas lo
saben, y no se preocupan.
Los famas lo saben, y
se burlan.
Los cronopios lo
saben, y cada vez que encuentran una tortuga, sacan la caja de tizas de colores
y sobre la redonda pizarra de la tortuga dibujan una golondrina”.
No es que a Cortázar le preocuparan
mucho las tortugas; la frase probablemente tiene más que ver con su énfasis por
mostrar las cualidades de los cronopios, “esos seres desordenados y
tibios” que derrochaban alegría cantando y bailando y que
disfrutaban cambiando el mundo
Es improbable que
Guillermo Moreno conociera a cronopio alguno, pero
su afán por convertir al invierno en primavera, le
aseguraría sin dudas un lugar en la mesa de aquellos curiosos personajes
introducidos por el autor de Rayuela, en
su Historias de Cronopíos y de Famas.
Variables emparentadas
Hasta hace poco la mayoría de los
economistas creían que
- la principal
adulteración del INDEC consistía en decir que
- la inflación era del
10% cuando
- el bolsillo sabe que la cifra real
es más del doble.
Algunos notaban también que
- al mentir sobre los
precios, el organismo tergiversaba al mismo tiempo
- las cifras sobre el
crecimiento económico, porque en última instancia
- la facturación de
las empresas sube cuando venden más pero
- también aumenta
cuando vendiendo lo mismo, lo hacen a
precios más altos.
Comparar entonces la suma de los
bienes y servicios finales producidos este año, con los fabricados el año
pasado, resulta engañoso porque
- cuando hay que separar qué
parte del aumento es
- por culpa de que se produce más y
- qué parte por culpa de los
precios más altos,
- se sobreestima lo
primero toda vez que se subestima lo
segundo.
Pero en julio de este año, el
economista de la UBA Ariel Coremberg presentó los
resultados de su última investigación en el marco del proyecto
Arklems, una iniciativa de medición internacional de
productividad que coordina la Universidad de
Harvard.
Y el trabajo descubrió que
- el problema de la medición
del PBI en la Argentina
- era mucho más grave de los
que parecía.
En efecto,
- la subestimación de
precios generaba
- un aumento artificial de la actividad en
algunos rubros de la economía;
en particular en el sector
financiero que, según los datos oficiales,
- creció nada menos que un
91,8% en los últimos 5 años, aunque en realidad
- sólo aumentó un
11,6%.
Pero las diferencias más importantes
entre el dibujo del Indec y la
realidad
- no son por culpa de
la subestimación de la inflación, sino por
- el hecho de que
desde la intervención del Instituto en 2007,
- se
abandonó la metodología
histórica de medición del PBI (avalada internacionalmente) y
- se la reemplazó por
un criterio discrecional y poco transparente.
Coremberg
decidió entonces
- volver a calcular el PBI
siguiendo el tradicional método que se había
utilizado hasta
- el desembarco de Moreno en la
institución, de la mano de Beatriz Paglieri,
una persona de su máxima confianza.
El
resultado es que
- la estimación oficial infló artificialmente el PBI en un 12,2% en
los últimos 5 años,
- ignorando por
ejemplo la caída espectacular de la producción de gas y
petróleo y
- haciendo caso omiso
a la retracción del turismo
- por la crisis internacional en el
2009,
- que en la realidad
hizo caer un 30% la ocupación
hotelera.
Además de mostrar un crecimiento
artificial en el sector financiero, la nueva y dudosa metodología del INDEC
resultó
- particularmente generosa con
el comercio y con la industria manufacturera,
- sobreestimando su
crecimiento.
Según el organismo,
- el comercio creció un 42.2% en estos últimos 5 años, mientras que en realidad
- sólo lo hizo en un 13,5%.
Para el caso de la
industria, el cómputo oficial sostiene que
- se expandió un
26,2% en el lustro, cuando en rigor
- la suba fue del 10,7%.
El PBI real
Así, el PBI per
cápita
- no creció en los últimos 5
años al 3,8% anual como sostiene el Gobierno,
- sino un más modesto 1,5%,
bien por debajo del ritmo del lustro
anterior cuando
- el producto por habitante crecía al 6,6%.
Se cae entonces el mito de que
- la última fue la
década de mayor crecimiento económico de la historia y
cuando se usan los métodos históricos
del INDEC,
- el crecimiento argentino
se ubica incluso por debajo de
- el de nuestros vecinos Perú y
Uruguay.
La consecuencia más grave del
adulteramiento estadístico no es, sin embargo, que
- la gente crea que la economía
se mueve más rápido de lo que
efectivamente sucede
- sino que por
culpa del dibujo,
- el Estado deberá
pagar 3.800 millones de dólares extra por el cupón
PBI,
- un instrumento financiero
que se ofreció en los canjes de deuda del 2005 y 2010 para
- hacer más atractiva la
propuesta a los inversores y por el cual
- Argentina paga un adicional si la
economía crece más de 3,22%.
Además, si el Banco Central le
cree al INDEC y supone que la Argentina está creciendo más fuerte de lo
que en realidad lo hace,
- emitirá más pesos para que
la gente pueda comprar los nuevos bienes y servicios,
- generando así más inflación.
A los cronopios no les importa… ellos
están felices bailando, cantando y transformando tortugas en
golondrinas.
Martín Tetaz - El Día - La Plata - 22-Sep-2013
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