domingo, 29 de septiembre de 2013

Tres contratos



El anuncio de Holanda de la sustitución del Estado de bienestar por una “sociedad participativa” puede ser la noticia del año
El anuncio del Gobierno holandés la semana pasada sobre
- está en la parrilla de salida para constituir la noticia del año.
Sin duda que el titular ha sido algo grueso ya que la lectura del discurso ofrece algunos matices importantes. Con todo, la alarma está justificada:
- si los holandeses, que son un paradigma de riqueza, eficiencia y democracia y
- se mueven como pez en el agua por la globalización declaran
- difunto el modelo social europeo,
- ¿qué esperanza nos queda a los que vivimos en países con modelos económicos fallidos,
- sistemas políticos disfuncionales y sociedades mucho más cerradas al exterior?
- ¿Cómo no sumirse en la depresión si se nos dice que
  - el inmenso destrozo causado por las políticas de austeridad no va a servir para
  - hacer sostenible aquello que mejor nos define ante el mundo y que
  - consideramos que es la aspiración lógica y natural de cualquier individuo y colectivo?
- ¿Significa eso que Europa ya no progresará más,
- que ha tocado techo y, a partir, de ahora, retrocederá?
Una sociedad se sostiene sobre tres contratos.
El primero es el Contrato Intergeneracional
Gracias a él,
- los que trabajan sostienen a los dependientes, mayores y menores.
Aunque a veces se olvide, las pensiones no se pagan con el ahorro generado por los pensionistas mientras trabajaban, sino con los impuestos de los que están trabajando.
Esa transferencia masiva de renta entre generaciones (que representará 121.000 millones de euros en España en 2013, el 12% del PIB), es aceptada por la sociedad sin cuestionamiento alguno.
Los mayores, como gustan de decir los políticos, son “nuestros” mayores, apuntando a la fortaleza del vínculo identitario y social subyacente en la política de pensiones.
Un sistema de pensiones basado al 100% en la capitalización, en el que
- la pensión simplemente significara la recuperación del ahorro privado que
- cada individuo ha logrado acumular a lo largo de su vida laboral implicaría
- un cambio radical en nuestro modelo político, económico y social.
El segundo es el Contrato Interclasista.
Subyacente también a nuestra convivencia está
- la aceptación de transferencias de renta desde
- las clases sociales más favorecidas a las menos pudientes.
Los impuestos progresivos, que también aceptamos con naturalidad, son la mejor prueba de ese contrato.
- ¿Por qué tiene que pagar más quien más tiene?
- ¿No sería más justo que todos pagaran el mismo porcentaje?
Es un planteamiento frecuente entre los libertarios estadounidenses, partidarios de un Estado mínimo que sólo garantice la propiedad privada y el cumplimiento de los contratos (con la ayuda de ciudadanos armados, claro está).
Pero en la Europa del Bienestar ningún partido se atrevería a presentarse a unas elecciones con un programa que propusiera suprimir los impuestos progresivos y, por tanto,
- las políticas de igualdad de oportunidades (desde la educación hasta la salud) que
- garantizan (al menos en teoría) que no sea la cuna o la extracción social, sino
- el mérito, lo que determine la posición de los individuos en la sociedad.
El tercero es el Contrato Interterritorial.
Todo Estado tiene territorios más ricos y más pobres, y
- no acepta como un orden natural de las cosas que existan y se perpetúen
- diferencias de riqueza relativa entre sus territorios.
Independientemente del debate sobre las causas de esas disparidades y los métodos para atajarlas, el consenso es que
- hay que corregirlas mediante transferencias de renta
- de las regiones más ricas a las más pobres y que sin cohesión territorial
- es imposible mantener la estabilidad y unidad de un país.
Esos tres contratos expresan, como los estadounidenses gustan de decir,
- el modo europeo de vida.
En Europa, la democracia europea es producto de
- un gran pacto entre capital y trabajo que se sustancia en, precisamente,
- la aceptación de una economía basada en la iniciativa privada a cambio de
- un Estado social redistribuidor a lo largo de esas tres dimensiones.
Los límites de ese Estado
- se pueden recortar o rehacer, pero no deshacer
- sin provocar un cataclismo social.
Sin
- solidaridad intergeneracional,
- igualdad de oportunidades y
- cohesión territorial,
- nuestras sociedades dejarían de existir como tal.
Algunos, como el Gobierno holandés, piensan que es imprescindible que
- algunos elementos del bienestar se devuelvan a los ciudadanos mientras que
- otros se descentralicen a las administraciones locales, aliviando así
- al Estado de una carga que entienden excesiva. Y a la vez,
- están abanderando el proceso de repatriación de competencias
- desde la UE al ámbito nacional.
Pero lo sorprendente de este debate es que soslaye una alternativa muy evidente: que
- la única manera de mantener ese triple contrato vivo sea
- elevar progresivamente esas tareas al ámbito europeo y
- reconstruir allí el Estado del bienestar.
Claro que no es un camino fácil, pero
- tirar la toalla,
- cavar trincheras nacionales y
- parapetarse detrás de ellas

- no parece la mejor manera de ganar el futuro.
José Ignacio Torreblanca - El País - Madrid - 28-Sep-2013

sábado, 28 de septiembre de 2013

Generación de riquezas o tirones por el botín

figure 1, the big bruiser economies
A los vencedores les corresponde el botín”.
Lo dijo el senador William L. Marcy de Nueva York (1786-1857), argumentando
- por qué los partidos políticos vencedores se merecen los empleos del gobierno.
 
"Nos estamos, me temo, desplazando lentamente
- de una “sociedad opulenta
- hacia una “sociedad de botines”.
En 1958, el economista de Harvard John Kenneth Galbraith publicó el best seller “La sociedad opulenta”, que ha tenido una influencia profunda sobre el pensamiento norteamericano por décadas.
A los sobrevivientes de la Gran Depresión,
- la prosperidad posterior a la Segunda Guerra Mundial los deslumbró.
- Los suburbios ofrecían una alternativa tranquila frente a 
- las ciudades llenas de gente y ruidosas.
- Las nuevas tecnologías impresionaban: 
  - la televisión, 
  - las comidas congeladas, 
  - los lavarropas y
  - las secadoras automáticas.
Esta abundancia explosiva, argumentaba Galbraith, significaba que
- EE UU podía permitirse tanto necesidades públicas como privadas.
- Podía dedicarse más a las escuelas, caminos, parques y control de la polución.
- El crecimiento económico se convirtió en 
- el santo grial de la política gubernamental.
- La producción era primordial.
- Acallaba el conflicto social.
 
Otra lógica
- La “sociedad de botines” revierte esta lógica.
- Quita el énfasis en la producción y alimenta el conflicto.
Esta es la razón.
- Hay dos formas de volverse rico.
- Una es proveer más productos y servicios; eso es crecimiento económico.
- La otra es arrebatarle a otro su riqueza o ingreso; esto es 
  - la “sociedad de botines”.
En una sociedad de botines, el éxito económico depende cada vez más de
- quién gana las interminables disputas distributivas:
- no quién crea riqueza sino quién la controla.
Pero esto puede ser polémico. Los ganadores celebran; los perdedores echan humo. Por supuesto,
- los dos sistemas coexisten desde hace mucho -y siempre lo harán-.
Todas las sociedades modernas buscan el crecimiento; todas redistribuyen los ingresos y la riqueza. Algo de la reestructuración es visible y popular. Hasta ahora, ese ha sido el caso con la mayor transferencia de Estados Unidos, que es desde los trabajadores hacia los jubilados a través del Seguro Social y Medicare.
En 2012 ésta excedió 1 billón de dólares. Pero aún, para este país, la pregunta relevante es
- si el comportamiento productivo (generar crecimiento económico) 
  está perdiendo terreno
- ante el comportamiento depredador (arrebatar la riqueza y los 
  ingresos existentes).
Hay buenas razones para pensar que sí.
Desde 1950, la economía de Estados Unidos ha crecido un poco más del 3% anualmente.
Pero las proyecciones para el futuro son sólo por encima del 2%.
El desacelere principalmente refleja una población que envejece, lo que se traduce en menos expansión de la fuerza de trabajo.
De hecho, el crecimiento total de 2% puede que sea inalcanzable si, como argumentan algunos economistas, el ritmo de innovación está aflojando.
Todo esto sugiere ganancias económicas en baja en el sector productivo.
 
Una puja más dura
Mientras
- menos sean las ganancias,
- más serán las personas que pelearán por los ingresos y las riquezas existentes,
- porque -como ya se ha dicho- ahí es donde está el dinero.
El ingreso anual (PBI) de los Estados Unidos ahora excede los 16 billones de dólares; el valor de todo el activo fijo que pertenece a empresas e individuos es aproximadamente de 50 billones de dólares.
- Desviar incluso una porción pequeña de estas sumas puede ser 
   altamente enriquecedor.
- Las luchas por distribución involucran atacar y defender bastiones de riquezas
  e ingresos. 
Consideremos tres ejemplos:
El gigante petrolero BP
Los abogados demandantes están peleando contra BP por cómo proveer compensación por los daños y perjuicios ocasionados por el derrame de petróleo de Deepwater Horizon en 2010.
El proceso ha sido tan perverso, dice BP, que
- están pagando “cientos de millones de dólares –pronto
- serán probablemente miles de millones
- por pérdidas ficticias e infladas”.
Naturalmente, los abogados demandantes están en desacuerdo.
Los “secuestradores de patentes”
Son firmas que amasan grandes portfolios de patentes y luego hostigan y demandan a compañías de alta tecnología por supuestas violaciones.
Las compañías a menudo pagan en lugar de enfrentar una amenaza para sus productos.
Extorsión, dicen ellas. Un retorno legítimo, replican las compañías de patentes.
Los CEOs
Son acusados periódicamente de abultar sus pagos usando consultores en compensación que son amigables. Naturalmente, los CEOs sostienen que se están premiando por su desempeño, no saqueando a sus compañías.
Mayores disputas sobre distribución acechan.
- La desigualdad creciente ha intensificado las presiones para
- aumentar los impuesto a los ricos y a los casi ricos, como sea que se los 
  defina, para
- financiar a la clase media y baja.
Las transferencias masivas de trabajadores a jubilados están comenzando a sembrar una reacción negativa entre los jóvenes, que se preguntan
- si todos los beneficios para las personas mayores de edad están justificados.
 
Una elección clave
La mayoría de los estadounidenses parece indiferente sobre cómo salir adelante,
- ya sea a través de la creación de riqueza o
- la redistribución.
La elección parece abstracta. Me parece bien. Pero para el país, la elección importa enormemente.
- La atracción de la sociedad opulenta era que
- las ganancias de un grupo no tenían que venir a expensas de otros.
La promesa del crecimiento económico fue promocionada de más, pero tenía el efecto saludable de animar una visión expansiva e inclusiva de Estados Unidos.
- Lo que está emergiendo hoy es más egoísta y autodestructivo.
El dilema de una sociedad rica es que sus perspectivas pueden ser socavadas por su abundancia.
- Los países preocupados por la lucha distributiva se distraen de 
  la producción.
- La ambición de sus muchos miembros talentosos puede ser satisfecha
- no agregándole al producto total sino simplemente sustrayendo de otros.
Están simplemente reorganizando los activos económicos entre sí.
Llevado a un extremo, esto promete

- más división política y debilitamiento económico.
Robert Samuelson - El Día - La Plata - 28-Sep-2013

viernes, 27 de septiembre de 2013

Lo que el Comercio Mundial esconde


Los países ricos intentan dejar atrás la crisis a través de las exportaciones

El comercio mundial no levanta cabeza.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha revisado, por segunda vez en lo que va de año, la previsión de crecimiento de los intercambios comerciales en este ejercicio y calcula que lo harán a un ritmo del 2,5%, lejos del 4,5% previsto hace un año y del 3,3% estimado en abril.
La última previsión está en línea con los datos registrados en 2012, cuando el comercio mundial pegó un frenazo tras el crecimiento del 5,4% en 2011 y apenas aumentó un 2,3%, el nivel más bajo desde 1981. De hecho, la media de crecimiento del comercio en los últimos 20 años ronda el 5,4% y nada apunta que se vayan a alcanzar esos niveles en un horizonte cercano.
La explicación a semejante escenario hay que buscarla en
- los efectos de la crisis financiera internacional, pero
- especialmente en la crisis de deuda europea.
“Dado que la Unión Europea consume aproximadamente
- un tercio de los bienes que se comercian en el mundo (el dato incluye los intercambios
  entre países miembros de la Unión) y que
- la tasa de paro de la región va a seguir cercana a sus máximos niveles durante algún tiempo,
- el crecimiento del comercio estará en los próximos trimestres, previsiblemente,
- por debajo de la media de los últimos años”, explicaba la OMC en su nota.
De hecho, las importaciones de la Unión Europea en la primera mitad del año han caído un 2% respecto a un año antes, y eso, sin duda, ha golpeado las cuentas de sus socios comerciales.
Sin embargo, las exportaciones de la eurozona han crecido a un ritmo del 5,6% en el mismo periodo y un 30% desde el primer trimestre de 2010, pese a la débil actividad económica en la región. Es decir,
- son las exportaciones las que sostienen la recuperación europea.
Pero no solo en Europa. En Estados Unidos, tanto las exportaciones como las importaciones han estado planas desde 2012, pero desde abril pasado las ventas al exterior han repuntado un 2,2% (9% en tasa anual), frente al 1% de las importaciones (4% anualizado).
“La UE ha dado la vuelta a su balanza por cuenta corriente en esta crisis, de un déficit se ha pasado a un considerable superávit en apenas unos años, y eso se deja sentir en las exportaciones de los países en desarrollo.
Además, la expansiva política monetaria estadounidense ha propiciado una devaluación del dólar, y lo mismo persigue Japón para su divisa con las políticas puestas en marcha por el nuevo Gobierno.
- Todos los países están jugando a salir de la crisis exportando, pero
- para eso alguien tiene que consumir”,
asegura Federico Steinberg, investigador principal de economía internacional del Real Instituto Elcano y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid.
Dada la dureza con la que la crisis y las recetas para salir de ella han golpeado a las economías consideradas ricas,
- el consumo solo puede proceder de las economías emergentes y lo hace con limitaciones,
como reconoce la propia OMC.
“La demanda de importaciones en los países en desarrollo está recuperándose, pero a un ritmo más lento de lo previsto. Eso ha dificultado el crecimiento de las exportaciones tanto de los países emergentes como de los países desarrollados en la primera mitad de 2013 y fue la razón que justificó la rebaja de las previsiones”, sostienen los economistas del organismo multilateral.
Pese a todo, los nuevos cálculos siguen resultando optimistas.
Para alcanzar el objetivo del 2,5% previsto para todo 2013, el volumen de bienes intercambiados deberá crecer un 3,8% en esta segunda mitad del año, ya que en los seis primeros meses apenas aumentó un 1,2%.
La OMC sostiene que el objetivo es “alcanzable” a la vista de la evolución de algunos indicadores como
- los índices de gestores de compras,
- las tarifas de transporte o
- la producción automovilística.
Pero otros analistas no comparten ese enfoque.
Andrew Kenningham, de Capital Economics en Londres, sostiene que
- “hay pocas razones para prever un repunte tan fuerte
- en los volúmenes de comercio mundial”.
Kenningham se basa en los datos facilitados por la Oficina holandesa de Análisis de Política Económica, que apuntan una caída de las exportaciones del 0,5% en junio pasado y del 0,9% en mayo, peor de lo estimado inicialmente, lo que podría deteriorar la cifra del primer semestre.
Asimismo, la caída del yen “ha demostrado que
- no tiene un impacto directo sobre la competitividad de las exportaciones japonesas”,
que han retrocedido incluso en julio.
Las exportaciones de la zona euro han sido muy débiles, “con la excepción de España, que ha mantenido intercambios boyantes con Reino Unido y Francia”.
La fuerte caída de las importaciones energéticas de Estados Unidos, dada
- la débil demanda y la mayor producción nacional,
- “pueden provocar, incluso, un cambio en las balanzas comerciales de algunos países”,
y solo China muestra un crecimiento vigoroso, del 5,1%, en julio.
- “Nos tenemos que acostumbrar a estos niveles moderados de crecimiento del comercio.
- El cambio de modelo de los países emergentes hacia unas economías con mayor peso de
  la demanda interna es muy lento”, advierte Steinberg.
La estrategia de las economías desarrolladas no es nueva, ni mucho menos.
Es el mismo camino que intentaron los grandes países durante la Gran Depresión de los años treinta y que dio lugar a
- un fuerte aumento de las medidas proteccionistas que agudizaron enormemente aquella crisis.
Un error que se ha evitado en esta ocasión, pero que, en menor intensidad, existe.
“Aunque el frenazo en el comercio mundial ha estado causado principalmente por shocks macroeconómicos adversos, hay fuertes indicadores de que
- el proteccionismo ha jugado también un papel en ese comportamiento y que
- está adoptando ahora nuevas formas más difíciles de detectar”,
alertaba esta semana el flamante director general de la OMC, Roberto Azevêdo.
Alicia González - El País - Madrid - 27-Sep-2013
foton
Los países ricos intentan dejar atrás la crisis a través de las exportaciones

El comercio mundial no levanta cabeza.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha revisado, por segunda vez en lo que va de año, la previsión de crecimiento de los intercambios comerciales en este ejercicio y calcula que lo harán a un ritmo del 2,5%, lejos del 4,5% previsto hace un año y del 3,3% estimado en abril.
La última previsión está en línea con los datos registrados en 2012, cuando el comercio mundial pegó un frenazo tras el crecimiento del 5,4% en 2011 y apenas aumentó un 2,3%, el nivel más bajo desde 1981. De hecho, la media de crecimiento del comercio en los últimos 20 años ronda el 5,4% y nada apunta que se vayan a alcanzar esos niveles en un horizonte cercano.
La explicación a semejante escenario hay que buscarla en
- los efectos de la crisis financiera internacional, pero
- especialmente en la crisis de deuda europea.
“Dado que la Unión Europea consume aproximadamente
- un tercio de los bienes que se comercian en el mundo (el dato incluye los intercambios
  entre países miembros de la Unión) y que
- la tasa de paro de la región va a seguir cercana a sus máximos niveles durante algún tiempo,
- el crecimiento del comercio estará en los próximos trimestres, previsiblemente,
- por debajo de la media de los últimos años”, explicaba la OMC en su nota.
De hecho, las importaciones de la Unión Europea en la primera mitad del año han caído un 2% respecto a un año antes, y eso, sin duda, ha golpeado las cuentas de sus socios comerciales.
Sin embargo, las exportaciones de la eurozona han crecido a un ritmo del 5,6% en el mismo periodo y un 30% desde el primer trimestre de 2010, pese a la débil actividad económica en la región. Es decir,
- son las exportaciones las que sostienen la recuperación europea.
Pero no solo en Europa. En Estados Unidos, tanto las exportaciones como las importaciones han estado planas desde 2012, pero desde abril pasado las ventas al exterior han repuntado un 2,2% (9% en tasa anual), frente al 1% de las importaciones (4% anualizado).
“La UE ha dado la vuelta a su balanza por cuenta corriente en esta crisis, de un déficit se ha pasado a un considerable superávit en apenas unos años, y eso se deja sentir en las exportaciones de los países en desarrollo.
Además, la expansiva política monetaria estadounidense ha propiciado una devaluación del dólar, y lo mismo persigue Japón para su divisa con las políticas puestas en marcha por el nuevo Gobierno.
- Todos los países están jugando a salir de la crisis exportando, pero
- para eso alguien tiene que consumir”,
asegura Federico Steinberg, investigador principal de economía internacional del Real Instituto Elcano y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid.
Dada la dureza con la que la crisis y las recetas para salir de ella han golpeado a las economías consideradas ricas,
- el consumo solo puede proceder de las economías emergentes y lo hace con limitaciones,
como reconoce la propia OMC.
“La demanda de importaciones en los países en desarrollo está recuperándose, pero a un ritmo más lento de lo previsto. Eso ha dificultado el crecimiento de las exportaciones tanto de los países emergentes como de los países desarrollados en la primera mitad de 2013 y fue la razón que justificó la rebaja de las previsiones”, sostienen los economistas del organismo multilateral.
Pese a todo, los nuevos cálculos siguen resultando optimistas.
Para alcanzar el objetivo del 2,5% previsto para todo 2013, el volumen de bienes intercambiados deberá crecer un 3,8% en esta segunda mitad del año, ya que en los seis primeros meses apenas aumentó un 1,2%.
La OMC sostiene que el objetivo es “alcanzable” a la vista de la evolución de algunos indicadores como
- los índices de gestores de compras,
- las tarifas de transporte o
- la producción automovilística.
Pero otros analistas no comparten ese enfoque.
Andrew Kenningham, de Capital Economics en Londres, sostiene que
- “hay pocas razones para prever un repunte tan fuerte
- en los volúmenes de comercio mundial”.
Kenningham se basa en los datos facilitados por la Oficina holandesa de Análisis de Política Económica, que apuntan una caída de las exportaciones del 0,5% en junio pasado y del 0,9% en mayo, peor de lo estimado inicialmente, lo que podría deteriorar la cifra del primer semestre.
Asimismo, la caída del yen “ha demostrado que
- no tiene un impacto directo sobre la competitividad de las exportaciones japonesas”,
que han retrocedido incluso en julio.
Las exportaciones de la zona euro han sido muy débiles, “con la excepción de España, que ha mantenido intercambios boyantes con Reino Unido y Francia”.
La fuerte caída de las importaciones energéticas de Estados Unidos, dada
- la débil demanda y la mayor producción nacional,
- “pueden provocar, incluso, un cambio en las balanzas comerciales de algunos países”,
y solo China muestra un crecimiento vigoroso, del 5,1%, en julio.
- “Nos tenemos que acostumbrar a estos niveles moderados de crecimiento del comercio.
- El cambio de modelo de los países emergentes hacia unas economías con mayor peso de
  la demanda interna es muy lento”, advierte Steinberg.
La estrategia de las economías desarrolladas no es nueva, ni mucho menos.
Es el mismo camino que intentaron los grandes países durante la Gran Depresión de los años treinta y que dio lugar a
- un fuerte aumento de las medidas proteccionistas que agudizaron enormemente aquella crisis.
Un error que se ha evitado en esta ocasión, pero que, en menor intensidad, existe.
“Aunque el frenazo en el comercio mundial ha estado causado principalmente por shocks macroeconómicos adversos, hay fuertes indicadores de que
- el proteccionismo ha jugado también un papel en ese comportamiento y que
- está adoptando ahora nuevas formas más difíciles de detectar”,

alertaba esta semana el flamante director general de la OMC, Roberto Azevêdo.
Alicia González - El País - Madrid - 27-Sep-2013

¿Fracasó Brasil?

Has Brazil blown it?
Futuro del país más grande de Sudamérica.
- Una economía estancada,
- Un Estado inflado y
- Protestas multitudinarias
significan que Dilma Rousseff tiene que cambiar de curso


Hace cuatro años este medio puso en su portada una imagen de
- la estatua del Cristo Redentor despegando como un cohete
- desde el Corcovado en Río de Janeiro, con la lectura
- "Brasil despega".
La economía, después de haberse estabilizado bajo Fernando Henrique Cardoso a mediados de la década de 1990, se aceleró con Luiz Inácio Lula da Silva a principios de la década de 2000.
Apenas dio un traspié después del colapso de Lehman en 2008 y en 2010 creció 7,5%, su mejor rendimiento en un cuarto de siglo.
Para aumentar la magia, Brasil fue designado sede tanto para el Campeonato Mundial de Fútbol el próximo año como para los Juegos Olímpicos de 2016.
En virtud de todo eso, Lula convenció a los votantes ese mismo año de que escogieran como Presidenta a su protegida tecnócrata Dilma Rousseff.
Desde entonces el país se ha desplomado de golpe. En 2012 la economía creció 0,9%.
Cientos de miles se volcaron a las calles en junio en las mayores protestas en una generación, para quejarse de
- el alto costo de la vida,
- los servicios públicos deficientes y
- la avaricia y corrupción de los políticos.
Muchos ya perdieron la fe en la idea de que su país iba camino a entrar en órbita y concluyeron que simplemente era otro "vuelo de gallina", que es como calificaron a los anteriores crecimientos económicos de corta vida.
Hay excusas para la desaceleración.
- Todas las economías emergentes han aflojado el paso.
- Algunos de los impulsos que sustentaron el auge previo de Brasil -
  - la retribución de poner fin a la inflación desenfrenada y abrirse al comercio,
  - las alzas en los precios de las materias primas,
  - los grandes incrementos en el crédito y el consumo-
- se han agotado.
Y muchas de las políticas de Lula, principalmente la Bolsa Familia que ayudaron a sacar de la pobreza a 25 millones de personas, fueron admirables.

El código tributario más opresivo del mundo
Sin embargo, Brasil
- hizo muy poco en cuanto a hacer reformas en su gobierno en los años de auge.
Y no es el único en esto: India tuvo una oportunidad similar, y la dejó pasar.
Pero el sector público de Brasil impone
- una carga especialmente pesada a su sector privado,
como lo explica nuestro informe especial.
- Las compañías enfrentan el código tributario más opresivo del mundo,
- los impuestos a la nómina de pagos agregan el 58% a los salarios y
- el gobierno tiene sus prioridades de gasto al revés.
Si se comparan pensiones e infraestructura, las primeras son absurdamente generosas.
El ciudadano promedio puede esperar una pensión del 70% del último sueldo a los 54 años.
A pesar de ser un país joven,
- Brasil destina una porción tan grande del ingreso nacional a pensiones como el sur de Europa,
- donde la proporción de personas de edad es el triple de la de Brasil.
En comparación, a pesar de las dimensiones continentales del país y las malísimas conexiones de transporte, su gasto en infraestructura es tan escaso como un minúsculo bikini.
- Destina solo el 1,5% del PIB a infraestructura, en comparación con
- un promedio global del 3,8%, aun cuando
- su masa de infraestructura se estima en solo el 16% del PIB,
- en comparación con el 71% en otras grandes economías.
La infraestructura deteriorada les impone costos innecesarios a los negocios.
En Mato Grosso, un agricultor que cultiva porotos de soya
- gasta el 25% del valor de su producto en transportarlo hasta un puerto;
- la proporción en Iowa es del 9%.
- Estos problemas se han acumulado durante generaciones.
Pero Rousseff
- no ha estado dispuesta o no ha sido capaz de abordarlos y
- ha creado nuevos problemas al interferir muchísimo más que el pragmático Lula.
Ella
- ha ahuyentado a los inversionistas de los proyectos de infraestructura y
- ha debilitado gradualmente la reputación que el país
- se ha ganado duramente por su rectitud macroeconómica al fastidiar públicamente
- al director del Banco Central para que bajara radicalmente las tasas de interés.
Como resultado,
- las tasas ahora tienen que subir más de lo que podrían haber subido
- de lo contrario con el fin de controlar la inflación persistente.
En vez de
- reconocer que erró sus objetivos fiscales,
- el gobierno ha recurrido a una contabilidad creativa.
- La deuda pública total ha subido al 60 o 70% del PIB,
- dependiendo de la definición, y los mercados no confían en Rousseff.
Afortunadamente, Brasil tiene grandes fortalezas. Gracias a sus agricultores eficientes y emprendedores, el país es el tercer mayor exportador de alimentos del mundo.
Aun cuando el gobierno ha hecho que el proceso sea más lento y más costoso que lo necesario,
- Brasil será un gran exportador de petróleo para 2020.
- Tiene varias joyas industriales y
- está desarrollando una base de investigación de primer nivel en
  - biotecnología,
  - ciencias genéticas y
  - tecnología para gas y petróleo en aguas profundas.
Las marcas de consumo que han crecido junto con la clase media en expansión del país están listas para salir al extranjero.
A pesar de las protestas recientes,
- no existen las divisiones sociales o étnicas que
- afectan a otras economías emergentes, tal como India o Turquía.

¿Una meta propia para Dilma Fernández?
Sin embargo,
- si Brasil desea recuperar su fuerza, tiene que
- redescubrir el apetito por hacer reformas.
Puesto que
- los impuestos ya están tomando el 36% del PIB -
- la proporción más grande en el mundo emergente junto con
- la caótica Argentina de Cristina Fernández-,
- el gobierno no puede recurrir a los contribuyentes para el dinero extra que tiene que
- gastar en salud, educación y transporte para satisfacer a los manifestantes.
En cambio, tiene que
- reestructurar el gasto público, especialmente las pensiones.
En segundo lugar, tiene que
- lograr que la empresa brasileña sea más competitiva y estimule la inversión.
La forma de hacer eso no es, como el gobierno cree, protegiendo a las firmas, sino exponiéndolas a una mayor competencia extranjera mientras se mueven con mucha más rapidez para eliminar los obstáculos autoimpuestos que enfrentan en casa.
- Los aranceles de importación de Brasil siguen siendo altos y
- sus procedimientos aduaneros son un catálogo de severísimo obstruccionismo.
Las economías más dinámicas de Latinoamérica han creado redes de acuerdos comerciales bilaterales. 
- Brasil se ha ocultado tras el Mercosur, un bloque regional que
- se ha reducido a una especie de sociedad de debate izquierdista, y
- la moribunda ronda de Doha de conversaciones sobre comercio mundial.
- Tiene que abrirse.
En tercer lugar,
- Brasil necesita con urgencia una reforma política.
La proliferación de partidos, cuyo único interés son las prebendas políticas, implica un enorme derroche en cada nivel de gobierno.
Un resultado es un gabinete con 39 ministros.
En teoría, la solución es fácil: 
- un límite para los escaños en el Congreso y otros cambios para 
- que los legisladores sean más responsables ante el electorado.
Pero para lograr que 
- aquellos que se benefician con el actual sistema 
- acepten el cambio se requiere de más habilidades políticas que 
- las que Rousseff ha demostrado.
Dentro de un año, Rousseff enfrenta las elecciones en las que irá por un segundo período de cuatro años. En vista de lo que ella ha hecho hasta ahora, 
- los votantes tienen pocos motivos para elegirla de nuevo. 
Pero tiene tiempo para dar inicio a 
- las reformas necesarias, reduciendo los impedimentos burocráticos, 
- fusionando los ministerios y controlando el gasto público.
- Brasil no está condenado al fracaso
- si Rousseff toma las medidas necesarias, 
- aún existe una posibilidad de que el país pueda despegar de nuevo.
The Economist - El Mercurio - Sgo. de Chile - 27-Sep-2013