miércoles, 19 de marzo de 2014

¿Es necesaria la desigualdad para que un país crezca más?


Hace casi 4 décadas el economista Arthur M. Okun, el mismo de la ley que lleva su nombre y al que he hecho referencia recientemente, escribió una obra fundamental en 1975, “Equality and efficiency. The big tradeoff”.

La economía,
- que se fundamenta en que los recursos son escasos, señala que
- cuanto más se tiene de algo, menos se tiene de otras cosas.
- Esta disyuntiva, o trade-off, es lo que caracteriza 
- muchas de las relaciones económicas, por ejemplo, la relación entre
- la eficiencia (esto es, que se aprovechen bien los recursos y 
  no haya despilfarro) 
- y la equidad (esto es, que no haya mucha desigualdad entre los individuos):
“[El conflicto] entre la igualdad y la eficiencia [es] nuestra mayor disyuntiva socioeconómica, y nos atormenta en docenas de aspectos de la política fiscal.
No podemos tener el pastel de la eficiencia del mercado y compartirlo por igual.”
Para entenderlo, utilizó la parábola del “cubo que gotea” (a Okun le gustaban mucho las parábolas). Según esta parábola,
"Si valoramos que haya menos desigualdad, estaremos de acuerdo en que se extraiga un dólar del cubo de los ricos para dárselo a los pobres.
Pero, supongamos que el cubo de la redistribución tiene un agujero, que sólo una fracción (quizás, la mitad) de cada dólar que pagan los ricos en impuestos va a parar realmente a los pobres.
En ese caso
- la redistribución en nombre de la equidad se habrá llevado
- a costa de la eficiencia económica”.
La sabiduría convencional subraya que 
- la redistribución, a través de mayores impuestos y subsidiosreduce
- los incentivos para trabajar e invertir y
- ello se traduce en un crecimiento menor.
Este trade-off está muy enraizado en las mentes de las personas que manejan las políticas macroeconómicas (yo incluido, si bien yo no estoy entre los que las manejan).
Así,
- una mayor desigualdad, elevaría el crecimiento, porque
- habría más incentivos para la innovación y el emprendimiento,
- se ahorraría e invertiría más si los ricos ahorran una mayor proporción de su renta, y,
- especialmente en los países pobres, haría que 
- unos pocos trataran de lograr lo mínimo necesario
- para empezar un negocio y alcanzar una mejor educación. 
Sin embargo,
- la desigualdad podría ser perjudicial para el crecimiento porque
- no permitiría a los pobres que lograran
- un nivel de salud suficiente y acumular capital humano.
Además, puede
- generar inestabilidad política y económica, lo que
- reduciría la inversión, o impediría el consenso social necesario para
- adaptarse a las situaciones cambiantes y sostener el crecimiento.
Recientemente, el Fondo Monetario Internacional ha publicado un importante trabajo, titulado
- “Redistribution, inequality and growth” , elaborado por
- Jonathan D. Ostry, Andrew Berg y Charalambos G. Tsangarides.
Hasta ahora
- el análisis de los efectos de
- las transferencias redistributivas y la desigualdad sobre el crecimiento
- no era lo suficientemente robusto porque se carecía de datos que
- distinguieran entre desigualdad y redistribución.
Ahora, la disponibilidad de una base de datos nueva que distingue entre
- desigualdad de mercado (desigualdad antes de pagar impuestos y recibir transferencias) y 
- desigualdad neta” (la desigualdad después de pagar impuestos y recibir transferencias).
La diferencia existente entre
- la desigualdad de mercado y la desigualdad neta permite calcular
- cuánto varía el coeficiente de Gini, una medida de
- concentración de la renta que va de 0 (igualdad completa) a 100 (desigualdad completa), y
- a partir de ahí, es posible distinguir entre desigualdad y redistribución,
- lo que no era posible hasta ahora.
Los resultados que obtienen en su trabajo es que
- las sociedades más desiguales tienden a redistribuir más su renta.
Por ello, es importante
- distinguir entre desigualdad de mercado y desigualdad neta.
En segundo lugar,
- una menor desigualdad neta estaría relacionada con un crecimiento mayor y más duradero,
- para un nivel de redistribución dado.
Tercero, parece que
- la redistribución tiene un impacto positivo sobre el crecimiento.
- Sólo en casos extremos ocurriría lo contrario.
En suma, el trabajo del Fondo Monetario Internacional sugiere convincentemente que
- no hay que dar por hecho que exista un gran trade-off entre redistribución y crecimiento.
- Más bien concluye justamente lo contrario.
Creo que es una lección muy importante que hay que tener en cuenta.
Iñaki Erauskin - Diario Vasco - Donostia - 19-Mar-2014

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