Los padres no encontraron un colegio público adecuado para sus hijos.
Decidieron educarlos en su propia casa y recibieron críticas por ello.
Una familia alemana ha conseguido asilo político en EEUU alegando falta de libertad en la educación de los niños.
Se trata de la familia Romeike, con cinco hijos y residente en Bissinggen, en el estado federado de Baden-Württemberg, de arraigadas creencias evangélicas y que no ha encontrado en el sistema público alemán un colegio que, en su opinión, "fortalezca la educación de los hijos en los mismos principios religiosos y culturales de sus padres", por lo que hace ya dos años decidieron no escolarizar a los niños y ocuparse en casa de su formación.
El problema es que hacer compatible el trabajo que sustenta a la familia y la atención y educación de cinco hijos no resulta fácil, y pronto comenzaron las denuncias de los asistentes sociales que supervisaban la situación.
Uwe Romeike, el padre, habla de "persecución penal" por parte del sistema público alemán y en verano de 2008 presentó una solicitud de asilo político a EEUU, país en el que los 'homeschooler' están contemplados en la legislación.
El caso cayó en manos del juez de inmigración Lawrence O. Burman, de Memphis (Tennessee), que ha concedido la solicitud y se ha despachado con una sentencia en la que echa un buen rapapolvo al Gobierno alemán, reprochándole que "en lugar de ocuparse del bienestar de los niños, trate de acabar con sociedades paralelas".
Según la sentencia, "esta familia tiene un temor de persecución fundado. No podemos esperar que todos los países acaten nuestra Constitución. El mundo sería un lugar mejor aunque así lo fuera. Pero los derechos que se están quebrantando en este caso son derechos humanos básicos, que ningún país tiene derecho a violar".
"Hemos rezado mucho y nuestras súplicas han sido escuchadas", ha sido la primera reacción de Hannelore, la madre, tras conocer la sentencia.
Pero además de la ayuda de Dios, ha hecho mucho la presión ejercida por la Asociación para la Defensa Legal de la Educación en Casa americana, que ha sufragado los gastos ocasionados por el abogado de la defensa, Mike Donnelly, y que ha dejado al país europeo en una situación un tanto embarazosa.
Casos excepcionales
Alemania permite la educación en casa solamente en casos excepcionales, como familias que se trasladan constamente –circos, artistas, ferias ambulantes–, pero obliga
El problema es que hacer compatible el trabajo que sustenta a la familia y la atención y educación de cinco hijos no resulta fácil, y pronto comenzaron las denuncias de los asistentes sociales que supervisaban la situación.
Uwe Romeike, el padre, habla de "persecución penal" por parte del sistema público alemán y en verano de 2008 presentó una solicitud de asilo político a EEUU, país en el que los 'homeschooler' están contemplados en la legislación.
El caso cayó en manos del juez de inmigración Lawrence O. Burman, de Memphis (Tennessee), que ha concedido la solicitud y se ha despachado con una sentencia en la que echa un buen rapapolvo al Gobierno alemán, reprochándole que "en lugar de ocuparse del bienestar de los niños, trate de acabar con sociedades paralelas".
Según la sentencia, "esta familia tiene un temor de persecución fundado. No podemos esperar que todos los países acaten nuestra Constitución. El mundo sería un lugar mejor aunque así lo fuera. Pero los derechos que se están quebrantando en este caso son derechos humanos básicos, que ningún país tiene derecho a violar".
"Hemos rezado mucho y nuestras súplicas han sido escuchadas", ha sido la primera reacción de Hannelore, la madre, tras conocer la sentencia.
Pero además de la ayuda de Dios, ha hecho mucho la presión ejercida por la Asociación para la Defensa Legal de la Educación en Casa americana, que ha sufragado los gastos ocasionados por el abogado de la defensa, Mike Donnelly, y que ha dejado al país europeo en una situación un tanto embarazosa.
Casos excepcionales
Alemania permite la educación en casa solamente en casos excepcionales, como familias que se trasladan constamente –circos, artistas, ferias ambulantes–, pero obliga
- a escolarizar al resto de los niños
- e impone multas o
- incluso retira custodias en caso de incumplimiento.
Hay jurisprudencia de 2006, el 'caso Paul Plett', en la que el máximo tribunal penal alemán retiró la custodia a los padres que no escolarizaban "por razones de conciencia".
Hay jurisprudencia de 2006, el 'caso Paul Plett', en la que el máximo tribunal penal alemán retiró la custodia a los padres que no escolarizaban "por razones de conciencia".
Donnelly ha hecho valer ante un tribunal de EEUU que "esto sólo demuestra que el Estado alemán está tratando de imponer una uniformidad ideológica".
Rosalía Sánchez - "El Mundo" - Madrid - 29-1-2010
Rosalía Sánchez - "El Mundo" - Madrid - 29-1-2010
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