La revolución mundial del
"shale gas".
Desde 2006, EE.UU. empezó a encontrar en su subsuelo más y
más de este gas no
convencional
Si
algo se convirtió en motivo para desatar guerras e
invasiones, eso ha sido -y es- la pelea por los
recursos naturales.
Así
fue con el salitre, el caucho, el hierro y en los
últimos años el petróleo y el gas.
Ha sido la batalla por los
combustibles fósiles del último siglo la que ha
configurado las fuerzas de las potencias y las relaciones
geopolíticas del planeta.
Un mundo basado en cuánto petróleo
puedes comprar y cuánto eres capaz de vender y bajo qué condiciones. Nadie puede
dudar de la importancia geoestratégica del Golfo Pérsico, por su vastísima
producción de petróleo. Los amigos y enemigos de Occidente lo son en
proporcional relación al llamado "oro negro".
¿Pero qué pasaría si las
potencias ya no necesitaran a los países productores de petróleo?
¿Qué pasaría si EE.UU.
empezara a producir tanto gas y petróleo que pudiera volverse autosuficiente?
Estas preguntas ya dejaron de ser
especulaciones.
- El nuevo orden mundial está empezando
a regir.
Hace un par de años que ya se habla
de
- la revolución del gas de
esquisto y
- cómo este recurso está haciendo
tambalear los precios del gas natural e
- influyendo en la actual cotización del
crudo.
A través de la técnica de la fractura
hidráulica, se crean fisuras subterráneas inyectando agua, arena y productos
químicos para liberar el gas almacenado en las placas arcillosas.
Esto permite hacer perforaciones
horizontales y capturar recursos del subsuelo que antes no podían ser
explotados. Lo que se obtiene es el "shale gas" o gas de
esquisto, y en algunas zonas ya se ha encontrado incluso petróleo
de esquisto.
Desde 2006, EE.UU. empezó a encontrar
en su subsuelo más y más de este gas no convencional, lo suficiente para que se
hable de
- un "boom" que podría
reconfigurar la geopolítica
mundial.
"Las rocas en el subsuelo son
arcillosas y arenosas. Antes a la roca arcillosa nadie le daba importancia
porque es en la parte arenosa donde se encuentra el petróleo y el gas de manera
convencional", explica Víctor Sanz, especialista en
petróleo y gas de la Universidad Nacional de Ingeniería.
"El gas natural se cotizaba
entre 10 y 12 dólares el millón de BTU. Ahora, con la
explotación que realiza EE.UU., el precio ha bajado a casi 2
dólares.
Esto ha originado que ahora
tengan una energía barata y que su situación económica empiece a
cambiar".
Entre 2007 y 2012
- la producción de gas de esquisto
representó casi el 35% de
- la producción total de gas en EE.UU., y
- esta cifra podría crecer a 50% para 2030.
Y si hablamos de
petróleo de esquisto, este puede proveerle de
6 millones de barriles al día de crudo para 2020, según un estudio de
la Universidad de Harvard.
Los expertos coinciden en
que
- para 2020, EE.UU. sería autosuficiente en
materia energética.
Esta situación hará que
- se repiensen las
estrategias de los países cuyas economías están basadas en
el petróleo.
- En el ámbito
regional, el principal perjudicado es Venezuela.
El año pasado,
EE.UU. le compró 15% menos de crudo.
- "Venezuela va a colapsar, no solo porque el
país depende del petróleo sino
- porque, además, internamente es un caos",
comenta Román Ortiz,
especialista en estrategia internacional.
El otro actor clave es
Rusia, un país estratégico que últimamente les ha dado más dolores
de cabeza a los estadounidenses.
Al ser un país rico en
petróleo y gas, logró estabilizar su economía gracias a los altos
precios del crudo, que le ha servido también para maniobrar con los
europeos y, sobre todo, con las antiguas repúblicas
soviéticas.
"A la gente no le gusta
el autoritarismo, pero si el autoritarismo está envuelto en dinero, pues
lo tolera. Por eso, me parece verosímil que Vladimir Putin no resista
y haya finalmente un cambio de gobierno", añade Ortiz.
El otro punto estratégico del mapa es,
sin duda, Medio Oriente y los países del
Golfo Pérsico.
Para muestra, a inicios de año, la
toma de una planta de gas en Argelia -que terminó con más de 80 muertos- y la
intervención militar francesa en Mali no remecieron
Washington.
Ni los insurgentes islamistas ni su
vinculación con Al Qaeda motivaron un despliegue de fuerzas estadounidenses,
como podría haber ocurrido años atrás.
"La retirada de tropas
estadounidenses de Medio Oriente es la demostración de que cada vez dependen
menos del petróleo de esa región.
Antes había dos razones
para estar ahí:
- el petróleo que ellos compraban y
- el petróleo que compraban los
europeos", analiza Ortiz.
La actual política internacional
estadounidense, que prefiere ver de lejos los
conflictos (Siria, por ejemplo) también está
alertando a los europeos -que no despiertan de la crisis económica-
de que
- ellos mismos deberán velar por sus intereses,
- sin el auspicio y la protección de
Washington.
Gisella López Lenzi - El Mercurio - Sgo. de Chile - 29-Dic-2013
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