martes, 24 de diciembre de 2013

Tiempos paradójicos


En este momento de cambios, es cuando
- se están afirmando por toda la Unión Europea los movimientos populistas
 
Entre los cambios que estamos viviendo,
- algunos son susceptibles de transformar radicalmente nuestro mundo.
Estos cambios son a menudo paradójicos, como demuestra hoy la situación de Estados Unidos y de Europa.
Si nos centramos en Estados Unidos, solo puede llamarnos la atención
- el hecho de que nuestra vida está completamente dirigida, encauzada y
- puede que también vigilada por unas firmas norteamericanas convertidas, en algunos años,
- en los gigantes de este comienzo de siglo: Google, Facebook, Amazon, Apple,
por citar solo aquellas con las que nos encontramos varias veces al día.
Al mismo tiempo, Estados Unidos
- vuelve a ser un actor capital, es decir,
- independiente, del mercado más decisivo estratégica y militarmente: 
- Sobre todo, gracias a la explotación del gas de esquisto.
La consecuencia previsible es
- el debilitamiento del peso económico y político tanto de
- las monarquías petroleras como también de Rusia, cuya economía
- es similar a la de un emirato, pues reposa exclusivamente
- en la explotación y venta del gas y el petróleo.
Paradójicamente,
- esta dominación tecnológica y
- este renacimiento económico estadounidenses corren parejos con
- un debilitamiento político cada vez más patente.
En este terreno, el indicador ha sido, este año,
- el empeoramiento de la tragedia siria y
- el vuelco de la relación de fuerzas a favor de Bachar el Asad,
- apoyado por Rusia e Irán.
- Las vacilaciones de Barack Obama, que, al cabo de tres años,
- finalmente ha renunciado a toda acción, siguen siendo objeto de crítica.
En ese intervalo,
- Bachar el Asad se ha recuperado, mientras que 
El debilitamiento estadounidense también es visible en
- la protesta generalizada provocada por el espionaje oficial de
- el que han sido víctimas tanto la canciller alemana como la presidenta brasileña.
Y qué decir de
- la situación institucional que ha paralizado varias veces a la presidencia,
- especialmente bajo la influencia de los tea parties...
El resultado de esta situación es que
- actualmente las instituciones son disfuncionales.
Aunque de otra forma, Europa vive tiempos igualmente paradójicos.
La UE cierra 2013 con una victoria política
- una consecuencia directa y una lección de la crisis financiera que
- representa un avance esencial.
Desde la perspectiva de
- una futura defensa europea -que será
- la próxima etapa indispensable para aquellos que han aprendido la lección de
- el repliegue estratégico norteamericano iniciado por Barack Obama y que
- la nueva independencia energética estadounidense solo puede acelerar-,
hay una reflexión en marcha y una promesa de una mejor coordinación.
Y, sobre todo, y
- pese a todos los malos augurios y
- a los especuladores de Wall Street y de la City,
- que perseguían el desplome del euro,
- este no se ha producido.
Al contrario, el ingreso de Letonia ha agrandado la eurozona, que podría verse ampliada a Polonia, actualmente candidata al ingreso.
Por último,
- han aparecido los primeros signos de recuperación, y
- la reactivación se perfila en el horizonte del año que está por comenzar.
La paradoja es que, en este momento de cambios,
- es cuando se están afirmando por toda la Unión Europea
- unos movimientos populistas, o incluso, en ciertos países, neonazis o neofascistas,
- cuyo punto común es el rechazo -por no decir el "odio"- de Europa.
Tanto es así que ciertos profesores universitarios y editorialistas reputados nos explican que
- el populismo y ciertas formas de fascismo que,
- durante la segunda mitad del siglo XX, fueron la marca de Latinoamérica,
- pueden llegar a ser una amenaza para el sur de Europa, Francia e Italia incluidas.
Yo no comparto este pesimismo.
Si bien es cierto que en casi todas partes, salvo en Alemania, se están produciendo
- brotes populistas autoritarios y peligrosos,
me parece que, aunque uniesen sus fuerzas,
- esos movimientos no conseguirán tener un verdadero peso en el Parlamento Europeo.
En realidad, nuestro problema es el siguiente:
- nos cuesta conciliar el amor por nuestros respectivos países con
- el amor por nuestra época.
- El rechazo hacia ésta por parte de buen número de nuestros conciudadanos
- es la fuente de muchas de nuestras dificultades.

- Dificultades que, en buena medida, 
- solo serán solubles en la Unión Europea.
Jean Marie Colombani - El País - Madrid - 23-Dic-2013

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