Es rentable la
inversión en infraestructuras productivas que engendra el crecimiento a
largo plazo.
- ¿Es el lento crecimiento actual de
las economías avanzadas una continuación del
deterioro
prolongado o
- refleja las consecuencias
normales de una profunda crisis financiera sistémica?
Y, lo que es más importante,
- ¿Necesitamos responder esa
pregunta definitivamente para impulsar el ritmo de
la recuperación
económica?
En una
reciente conferencia del Fondo Monetario Internacional (FMI), el exsecretario
del Tesoro de Estados Unidos, Lawrence Summers,
sostuvo que
- el triste crecimiento actual
tiene raíces profundas que son anteriores a la crisis
financiera
mundial.
Summers insistió,
en particular, en
- la necesidad de
más inversión en infraestructuras,
opinión que la mayoría de los economistas
comparten encarecidamente, sobre todo si se trata de una inversión
verdaderamente productiva.
Desde
luego, otros están preocupados por el deterioro prolongado, si bien la mayoría
ha insistido en el lado de la oferta en lugar de en el de la demanda.
El
economista Jeffrey Sachs, por ejemplo, ha sostenido
que
-
la economía de EE UU debe afrontar una plétora de impedimentos
estructurales
al crecimiento sostenido, incluida
- la deslocalización,
- los desajustes en el mercado laboral y
- las infraestructuras deterioradas.
El
empresario de Internet Peter Thiel y el legendario
campeón de ajedrez Gary Kaspárov han indicado
que el malestar es aún más profundo, como también lo
ha hecho el economista Robert Gordon.
Sostienen que
-
el motor tecnológico que ha impulsado a la humanidad
-
de una meseta económica a la siguiente durante los 200 últimos
años
-
está perdiendo fuelle.
Dicho de
forma sencilla,
-
la red Internet puede ser genial, pero no es esencial precisamente como
- el agua corriente,
- la electrificación o
- el motor de combustión interna.
La tesis de
Gordon-Kaspárov-Thiel es extraordinariamente interesante, aunque
yo he discutido sus conclusiones negativas, tanto por escrito como en un debate
en Oxford.
Personalmente, creo que
-
el mayor riesgo es el de que el ritmo del progreso tecnológico
-
se acelere demasiado para que las sociedades se
adapten, si bien
-
la experiencia ha sido hasta ahora fundamentalmente
positiva.
Desde
luego, las actuales economías avanzadas necesitan
urgentemente
-
abordar toda clase de deficiencias tecnológicas, sociales y políticas.
No
obstante, el insuficiente crecimiento de los cinco últimos años sigue
presentando todas las características de
-
una típica recuperación lenta resultante de una crisis sistémica
profunda,
como
Carmen Reinhart y yo documentamos en nuestro libro de
2009 This time is
different (“Esta vez es
diferente”).
Naturalmente,
-
la reforma estructural es esencial después
de una crisis financiera,
como también
-
unas políticas encaminadas a mantener la demanda
agregada mientras
sana la economía.
En mi
opinión, el mayor fallo de la política económica
posterior a 2008 ha consistido en
-
la incapacidad de los Gobiernos para encontrar formas creativas
-
de amortizar unas deudas insostenibles, por ejemplo,
-
en los mercados hipotecarios de EE UU y en la periferia de Europa, incluida
-
la falta de emisión de deuda pública en los casos necesarios
para
-
facilitar la
reestructuración, en particular
si
-
con la misma operación se podía reducir la deuda general a escala de
las economías
(o a escala de la zona del euro).
Pero
Summers tiene razón, desde luego, en que
-
la inversión productiva en infraestructuras es lo que está al alcance
de la mano.
Naturalmente, los Gobiernos deben estar
preocupados por
-
la trayectoria a largo plazo de la deuda pública,
pese a las
insensateces con carga política y polémicas que afirman lo contrario, pero
-
la inversión en infraestructuras productivas que
- engendra el crecimiento a largo plazo es rentable,
por lo
que no tiene por qué haber conflicto alguno
-
entre la estabilización a corto plazo y
-
los riesgos para la sostenibilidad de la deuda a largo plazo.
Con
-
los bajísimos tipos de interés y
-
el elevado desempleo actuales,
-
la inversión pública es barata y
-
hay abundancia de proyectos que ofrecen grandes beneficios:
- reparar puentes y carreteras,
- actualizar las redes eléctricas anticuadas y
- mejorar los sistemas de transporte de masas,
por citar
solo algunos ejemplos notables.
No se me
escapa que hay quienes tienen una fe ciega en que
-
los multiplicadores keynesianos son mucho mayores que la unidad,
-
lo que quiere decir que incluso el gasto gubernamental despilfarrador es
productivo, pero,
-
en vista de que no se dispone de demasiadas pruebas empíricas al
respecto y
-
de las preocupaciones legítimas sobre el socavamiento de
-
la confianza en la eficacia del Gobierno y habiendo tantas
opciones para
-
la utilización productiva de los recursos,
-
se asemeja a una distracción ideológica
titánica.
Tampoco
está claro, precisamente,
-
Por qué deben financiarse prácticamente todas las infraestructuras
con fondos
públicos.
Aún
existen
-
consorcios enormes de riqueza privada sin utilizar y que
-
se pueden movilizar rápidamente para apoyar las infraestructuras productivas.
El
Gobierno debe ayudar con los derechos de uso de las
infraestructuras antes de su construcción y con una reglamentación
fuerte para proteger posteriormente el interés
público.
En su
primer mandato, el presidente de Estados Unidos, Barack
Obama, propuso la creación de un Banco de
Infraestructuras para que contribuyera a fomentar las asociaciones
público-privadas. Sigue siendo una buena idea, sobre todo si el banco contara
con un personal profesional que contribuyera a orientar las opciones públicas en
materia de costos y beneficios (incluidos los medioambientales).
Aun cuando
los multiplicadores keynesianos cuenten con un gran consenso,
-
la movilización del capital privado para la inversión presenta
-
la mayor parte de las ventajas de la emisión de deuda
pública.
Conviene
hacer una salvedad. Algunos comentaristas han indicado que la
causa primordial del deterioro prolongado, además de la
explicación principal de unos tipos de interés bajísimos, es
-
la escasa fecundidad en todo el mundo avanzado.
Si así
fuera, la argumentación en pro de todo tipo de inversión, pública o privada,
sería más variada; tiene que haber mano de obra para utilizar el capital, pero
sospecho que los factores que explican el lento crecimiento actual y los bajos
tipos de interés no se limitan a las bajas tasas de fecundidad y, en ese caso,
estas no serían un obstáculo.
Lo
importante es que
-
los argumentos en pro de la ampliación de la inversión en
infraestructuras productivas
-
no se basan en un punto de vista o una teoría económica
estrechamente
ideológicos.
Ya esté en lo
cierto Summers sobre el deterioro prolongado de las
economías avanzadas
- o ya estemos aún padeciendo principalmente las consecuencias de la
crisis
financiera,
-
es hora ya de acabar con el estancamiento político y
-
restablecer el crecimiento.
Kenneth Rogoff - El País - Madrid - 15-Dic-2013
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