Lo raro es que haya tantos que la compran: lo
que pasa es que
- está barata, y
- no hay muchas otras ofertas.
Y que los mueve el más argentino de
los sentimientos:
- la ilusión de zafar.
La historia es larga y empezó hace tres
años, tres meses y 29 días.
- La mayor operación de
construcción de un mito instantáneo
- que se recuerde en la
Argentina desde la muerte de Eva Duarte de Perón
- se había lanzado una hora
después del deceso pero, entonces,
- la manejaba su viuda y heredera:
cuando murió Néstor Kirchner,
- la fracción que se puso
su nombre se dedicó a ponerle su nombre a todo lo que pudo y
- a convertir su
figura en la figura de un prócer de la patria o juremos.
La Argentina tardará décadas en
desnombrar el cardumen de calles plazas rutas estadios túneles
centros escuelas aviones panteones paredones y otros rincones que se dicen
Néstor Kirchner –y alguno quedará.
Era un movimiento lógico:
- la
supervivencia de su viuda e hijos –naturales, putativos– en el
poder
- parecía depender de su capacidad para convencer al país de que
- el muerto era tan grande que incluso sus retoños y entenados
- eran
suficientemente grandes.
Y, además, ya se sabe lo bien que viene un
mito cuando la realidad se pone terca.
Era lógico;
- lo extraño empezó
cuando el mito Néstor Kirchner
- se volvió la bandera de lucha de tantos enemigos
de su viuda.
- Fue la solución a un problema clásico del
peronismo.
El primer ejercicio del Manual
- te introduce
al arte de decir una cosa mientras hacés otra distinta –y que te crean.
El segundo
- te enseña a ganar poder
consiguiendo que
- todo tipo de personas te deban favores:
- los más ricos un
negocio pingüe,
- los más pobres una bolsa de yerba.
El tercero es éste:
- cómo volverte opositor a
tu propia política.
Los Kirchner, sin ir más lejos, lo
resolvieron
- plegándose al discurso antiliberal de 2001 después de
- haber
prosperado en la conducción del neoliberalismo.
Lo tenían más fácil:
- había habido tal
sacudón en la Argentina que nadie sabía muy bien –nadie quería saber–
- quién
hacía qué unos años antes.
En cambio
- los ex-kirchneristas
que ahora pretenden ofrecerse como
- alternativa al kirchnerismo lo
tenían más complicado:
- debían mostrar que eran la alternativa para
- oponerse al gobierno que integraron.
Me imagino que pensadores del tamaño de
Fernández Alberto, Solá Felipe, Lavagna Roberto, Massa Sergio
y émulos varios deben haberse devanado los esos.
Querían, panqueques seriales, volver a caer
en la sartén, calentita, engrasada, y la sudaban.
Hasta que dieron con la solución mágica, tan
obviamente peronista que parece mentira que hayan tardado tanto:
dirían que
- el gobierno de Cristina Kirchner
no era kirchnerista, que
- el kirchnerismo auténtico, el
bueno,
- se había muerto con el presidente muerto, que
- el kirchnerismo verdadero vivía en
ellos.
- La Operación Néstor se había
puesto en marcha.
Es lo que un autor argentino casi
contemporáneo llamó el efecto Ave Félix,
- esa capacidad
del peronismo para renacer de sus cenizas
- postulando, cada vez, que el peronismo
que se quema no es el verdadero
- sino una deformación y que el verdadero es el
que viene –porque
- recupera las viejas esencias.
Sólo que en este caso es más osado:
es difícil postular que
- el verdadero kirchnerismo es el de
los que se fueron cuando
- la supuesta traidora se llama
Cristina Fernández de Kirchner y
- fue elegida y ¿dirigida? por su
marido Néstor Kirchner.
- Pero igual lo intentan.
Para eso tienen que postular que
- la señora
se aparta cada vez más de la línea del señor.
Para eso tienen que insistir en
- esa imagen de la señora soberbia, necia, intolerante, alguien que,
- a diferencia
del difunto, no escucha a nadie y gobierna
- según un par de nociones
trasnochadas.
Para eso tienen que insistir en que
- el señor era político donde la señora es
ideológica,
- el señor era pragmático donde la señora
principista,
- el señor contemporizador donde la señora
belicosa,
- el señor consecuente donde la señora
caprichosa,
- el señor un buen muchacho donde la señora
una maestra siruela,
- el señor ducho en economía donde la señora
cero al as,
- el señor un peronista donde la señora una
infiltrada.
Para eso tienen que
- construir una diferencia
inverosímil entre las políticas de dos políticos
- que trabajaron toda la vida
juntos.
Para eso aprovechan, entre otras cosas, que
ya pasaron muchos años y que
- el modelo económico que montó el señor
- le está
estallando a la señora entre las manos.
- Para eso tienen que armar otro relato,
pero
sabemos que en Argentina los relatos se venden a cuatro la docena.
Todo para decir que
- el otro era otra cosa,
no se vaya a creer, mi estimado –y que
- ellos, que estaban con el otro, harían
otras cosas.
- Todo para no perder el tren y pretender un
lugar en el poder que viene.
- Todo para ser peronistas
verdaderos.
Cuando la lanzó, años atrás, un Fernández,
- la Operación Néstor parecía destinada al fracaso, pero
- la Argentina sigue siendo
un país tan generoso.
- Les está saliendo bien;
tan bien que los
principales candidatos para las próximas presidenciales están usando ese
discurso.
El así llamado
massismo –no confundir con la línea Groucho– es
- el
producto más redondo de la Operación:
- docena y media de políticos de la primera
línea kirchnerista que ahoran
- se muestran como la alternativa al kirchnerismo.
Y Daniel Scioli también trabaja el mismo
rubro -peronismo en vena.
Y, curiosamente, tienen el apoyo –pactado o
no, pagado o no– de varios de los columnistas políticos más leídos, que
- recuperan esta idea de que Néstor Kirchner era muy distinto y
- la dan por sentada
en sus columnas: gran servicio.
Que avanza y, si sigue próspera,
- nos
permitirá tener otro gobierno peronista en 2015.
Va a ser, por supuesto, levemente cruento:
es obvio que
- su principal obstáculo es
- Cristina
Fernández, que su destrucción
- se
ha vuelto la condición para
- el éxito de la Opernéstor,
- la supervivencia del peronismo.
El peronismo, en su etapa actual, depende de
que los oportunistas del momento consigan convencer a cuanta más gente mejor de
que
- Cristina Fernández
- nunca lo fue,
- es un accidente,
- un patinazo en el
camino,
- un error que ya solucionamos.
- Nos confundió durante un tiempo
porque
- seguimos a su marido pero
- ahora ya nos dimos cuenta;
- nosotros somos la alternativa a
todo eso,
- dirán, y querrán que les creamos.
- La supervivencia del peronismo
- depende, una vez más, de que
- seamos suficientemente tontos.
- Ellos, una vez más, confían en
nosotros.
Martín Caparrós - El País - Madrid - 28-Feb-2014