Pocos días después de fracasar en las
primarias, Cristina
Kirchner se reunió con dirigentes de la UIA para
anticiparles: "Hay un modelo de metas de inflación y otro de metas de
crecimiento. El día que quieran tener metas
de inflación yo no estaré en este sillón.
Después de
todo, ya tengo 60 años y un nieto."
- El resultado de octubre,
- la reclusión presidencial,
- la tormenta económica y
- la designación del ideologizado Axel
Kicillof en el Palacio de Hacienda
- volvieron más verosímiles aquellas
confesiones.
Una franja de la política, sobre todo en el
PJ, especuló con que dejaría el poder antes de tiempo.Daniel
Scioli y Sergio
Massa, y varios empresarios que los rodean,
incorporaron esa sospecha a sus mesas de arena.
Hasta interpretaron la
prolongada convalecencia de la Presidenta como la
coartada para una salida prematura.
Eduardo Duhalde lo puso en palabras: "Es muy
posible que ella esté pensando en irse".
El ajuste económico oficial ha obligado a
descartar esa hipótesis.
Cristina Kirchner abandonó la fantasía de
que el Consenso de Washington sería reemplazado por un Consenso de Buenos Aires.
- Sepultó el
"modelo" para salvar el Gobierno.
La opción puede
explicarse en factores tan elementales como
- la adicción al poder de alguien
que pasó el último cuarto de siglo ocupando cargos públicos.
Sin embargo, hay una razón más
objetiva que
- impide a la
Presidenta adelantar su retiro.
- Es la causa Lázaro
Báez.
Desde que salieron a la luz
documentos que probarían
que
- la familia Kirchner está
involucrada en las operaciones de lavado que
- se imputan al empresario
santacruceño,
- ese expediente se convirtió en la
mayor preocupación del Gobierno.
Hay registros
contables, revelados por Hugo Alconada Mon en LA
NACION, de que
- los Kirchner recibieron de Báez
millones de pesos por contratos hoteleros y alquileres.
- Muchos cheques fueron entregados a
Máximo Kirchner,
- que los dejaba vencer sin
cobrarlos.
- Desidia administrativa: un sello
inconfundible.
Salvo en el caso del filósofo
Ricardo Forster, quien declaró que
- la peripecia de Báez
lo tiene sin cuidado,
- el oficialismo está
intranquilo por esa investigación.
Báez pidió que un juez prohíba
la divulgación de sus negocios con la familia presidencial.
La procuradora
Alejandra Gils Carbó reemplazó al fiscal
José María Campagnoli, que investigaba a
Máximo Kirchner, por la ex secretaria de Seguridad
Cristina Camaño.
Campagnoli fue sometido a un
jury encabezado por Sergio Kreplak, quien milita a las
órdenes de Máximo Kirchner en La Cámpora.
- Se entiende que la
impunidad requiera semejante carnicería:
- el caso Báez es el
caso Kirchner.
El vector que impulsa al
Gobierno
- ya no es el espíritu
de saga, sino
- el riesgo penal.
Como explica un ex juez
federal,
- "la Presidenta
no puede irse sin hacer todo lo posible para
- cerrar un
expediente en el que está complicado su hijo".
Consignas como "Vamos por todo"
y odas como el candombe "Nunca menos" van al archivo.
- Como debe
quedarse, a Cristina Kirchner no le queda otra que
- racionalizar la
economía.
Hubo una señal
anticipatoria de este pragmatismo, que los mercados no
leyeron.
- Fue el
encumbramiento del general César Milani.
Si para asegurar su poder
frente a un fantasmagórico complot de las policías provinciales Cristina
Kirchner relativizó su política de derechos humanos,
había que prever que renunciaría a amuletos más triviales, como la paridad
cambiaria o el nivel de la tasa de interés, con tal de evitar un
derrumbe.
Sería un error, sin embargo,
creer que el kirchnerismo se resigna al costo de las nuevas restricciones. Sobre
todo porque
- aún no comenzó la
parte más mortificante del proceso.
- El ajuste monetario y
cambiario fue, en alguna medida, abstracto.
- Las consecuencias de
la devaluación y el aumento de las tasas
- sobre el ánimo del
electorado son indirectas. En cambio,
- el recorte fiscal
y salarial son malas noticias muy tangibles.
- Dolorosa encrucijada
para una presidenta que, como todo líder populista,
- siempre aspira a
sonreír.
Juan Carlos
Fábrega cree haber cumplido su cometido. Consciente de que se lo
juzgaría por el nivel de reservas del Banco Central, detuvo la
hemorragia con un torniquete convencional:
- devaluó y, después de
discutir a los gritos con Kicillof,
- subió la tasa del 16
al 28%.Además,
- incentivó la oferta
de dólares prohibiendo a los bancos
- atesorar divisas por
un monto superior al 30% de su patrimonio.
La gestación de esta medida fue
curiosa. Uno de los financistas más sagaces de la City informó a Fábrega que, en
2003, Alfonso Prat-Gay había limitado la tenencia de
dólares del sistema financiero; que Martín Redrado
eliminó la restricción, y que Mercedes Marcó del Pont
ni siquiera la conocía.
Es curioso:
- el Gobierno buscaba
dólares en los silobolsas, pero los funcionarios del Central
- no le advertían que
estaban en los bancos.
- ¿Estarán tan
colonizados?
En una reunión a solas, Fábrega
explicó a Cristina Kirchner:
- "El Central puede
frenar la corrida con medidas ortodoxas.
- Pero para no
volver al borde del abismo
- Kicillof debe
tener un plan contra la inflación".
En otros términos: Fábrega
- puede absorber
una parte de los pesos que emite colocando Lebac al 28%.
De hecho, ya se endeudó en más
de $ 40.000 millones. Pero
- si el Tesoro sigue
aumentando su déficit y lo financia con emisión,
- para recuperar esos
pesos habrá que fijar una tasa de interés insostenible,
- que determinará
una nueva y más costosa devaluación.
Éstos son los
números que preocupan a Fábrega:
- en 2012 el Central
transfirió al Tesoro $ 45.000 millones y
- en 2013, $95.000.
- En enero y febrero de
ambos años el giro fue cero.
- En cambio, este año
ya es de $9.000 millones.
Esta dinámica
- ubica a Cristina
Kirchner ante la escena más temida.
- Deberá recortar el
gasto público, lo que significa, sobre todo,
- reducir los
subsidios energéticos.
Como siempre, le
tiembla la mano: el viernes, al apoyar a Nicolás Maduro, pidió
- "no avivar fuegos que
no son de la región".
- Hablaba en defensa
propia.
La Presidenta
encargó esta cirugía a Julio De Vido, no a Kicillof.
Le ordenó el menor recorte
posible. Por lo tanto,
- el Estado sólo
se abstendrá de subsidiar el aumento del costo de la energía
- que determinó
la devaluación por la importación de combustibles.
- Afectarían nada más
que a los consumidores metropolitanos.
Así y todo, los expertos
calculan que
- por la electricidad
habrá que pagar el triple.
Secuencia
autodestructiva
El kirchnerismo suele organizar sus
medidas en secuencias autodestructivas.
- El aumento de la luz está en los diarios
antes de que concluyan las paritarias.
- De modo que los sindicalistas deben
moderar los reclamos salariales cuando
- sus representados ya saben que a la suba
alarmante de los precios hay que agregar un tarifazo.
Sin embargo, la tregua cambiaria de Fábrega
apaciguó a la CGT aplaudidora de Antonio Caló y
también a Hugo Moyano y Luis Barrionuevo.
- Aceptarán alrededor
del 25% y pedirán más adelante sumas fijas.
- Sólo así
Kicillof alcanzaría su objetivo:
- una caída del
salario real superior al 5%.
Aun así,
- a Cristina Kirchner
le seguirán faltando dólares.
Los expertos calculan para este año
- un déficit de cuenta corriente de
12.000 millones.
- ¿Cómo cubrirlo sin profundizar la
devaluación?
- Se podrían reducir las
importaciones, con el perjuicio de una grave recesión.
- La alternativa es endeudarse en el mercado internacional.
La Presidenta
- está por caer en esta última
herejía.
- Con la emisión de un bono
asegurado contra embargos para pagar a Repsol por YPF,
Kicillof ensaya una salida a los mercados.
- Homenajeó al Fondo
Monetario con un nuevo índice de inflación.
- Se acercó al Club de
París con una ansiedad que el acreedor parece no tener.
Y, contra todos los juramentos,
- analiza tres formatos de acuerdo
con los holdouts . Eso sí:
- en Economía aclaran que "Axel
no se sacará una foto con los buitres".
La necesidad de financiamiento hizo girar la
política exterior. Acróbata exitosa, Cristina Kirchner está haciendo frente a
los Estados Unidos la misma pirueta que sorprendió el año pasado al flamante
papa Bergoglio.
Su canciller, Héctor
Timerman,
- anunció que el acuerdo con Irán
había fracasado, y
- tendió la alfombra roja al
vicecanciller de Israel.
Su ministro de Defensa habla de
narcotráfico, mientras el Ejército organiza operativos
antidrogas, como preconiza el Pentágono.
Y ella misma reprendió a Jorge
Capitanich por quejarse de dos senadores estadounidenses que
vaticinaron una crisis terminal de la Argentina.
Un diplomático
norteamericano explica el cambio:
- "El Gobierno necesita dólares y
donde hay dólares estamos nosotros".
- Tiene razón: para la Presidenta
esta vuelta en U es el precio de
- acceder a US$
3.000 millones a una tasa del 11%.
- Si los consiguiera reduciendo
importaciones,
- destruiría unos 300.000 puestos de
trabajo.
Imposible conocer el desenlace de esta nueva
aventura de Cristina Kirchner. Pero, si llegara a ser exitosa, ella tal vez
corrobore su vieja presunción:
- las calamidades
que azotan al país
- no se deben a su
disparatada política económica, sino a
- que el mundo la
viene castigando por
- la resistencia
a endeudarse.
Carlos Pagni - La Nación - Buenos Aires - 24-Feb-2014
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