viernes, 28 de febrero de 2014

Operación Néstor

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Lo raro es que haya tantos que la compran: lo que pasa es que 
-  está barata, y
-  no hay muchas otras ofertas.
Y que los mueve el más argentino de los sentimientos:
- la ilusión de zafar.


La historia es larga y empezó hace tres años, tres meses y 29 días.
- La mayor operación de construcción de un mito instantáneo 
- que se recuerde en la Argentina desde la muerte de Eva Duarte de Perón 
- se había lanzado una hora después del deceso pero, entonces, 
- la manejaba su viuda y heredera: cuando murió Néstor Kirchner
- la fracción que se puso su nombre se dedicó a ponerle su nombre a todo lo que pudo y
-  a convertir su figura en la figura de un prócer de la patria o juremos.
La Argentina tardará décadas en desnombrar el cardumen de calles plazas rutas estadios túneles centros escuelas aviones panteones paredones y otros rincones que se dicen Néstor Kirchner –y alguno quedará.
Era un movimiento lógico: 
- la supervivencia de su viuda e hijos –naturales, putativos– en el poder 
- parecía depender de su capacidad para convencer al país de que 
- el muerto era tan grande que incluso sus retoños y entenados 
- eran suficientemente grandes.
Y, además, ya se sabe lo bien que viene un mito cuando la realidad se pone terca.
Era lógico; 
- lo extraño empezó cuando el mito Néstor Kirchner 
- se volvió la bandera de lucha de tantos enemigos de su viuda.
- Fue la solución a un problema clásico del peronismo.
El primer ejercicio del Manual 
- te introduce al arte de decir una cosa mientras hacés otra distinta –y que te crean.
El segundo 
- te enseña a ganar poder consiguiendo que 
- todo tipo de personas te deban favores
  - los más ricos un negocio pingüe, 
  - los más pobres una bolsa de yerba.
El tercero es éste: 
- cómo volverte opositor a tu propia política.
Los Kirchner, sin ir más lejos, lo resolvieron 
- plegándose al discurso antiliberal de 2001 después de 
- haber prosperado en la conducción del neoliberalismo.
Lo tenían más fácil: 
- había habido tal sacudón en la Argentina que nadie sabía muy bien –nadie quería saber– 
- quién hacía qué unos años antes.
En cambio 
- los ex-kirchneristas que ahora pretenden ofrecerse como 
- alternativa al kirchnerismo lo tenían más complicado: 
- debían mostrar que eran la alternativa para 
-  oponerse al gobierno que integraron.
Me imagino que pensadores del tamaño de Fernández Alberto, Solá Felipe, Lavagna Roberto, Massa Sergio y émulos varios deben haberse devanado los esos.
Querían, panqueques seriales, volver a caer en la sartén, calentita, engrasada, y la sudaban.
Hasta que dieron con la solución mágica, tan obviamente peronista que parece mentira que hayan tardado tanto: dirían que
- el gobierno de Cristina Kirchner no era kirchnerista, que
- el kirchnerismo auténtico, el bueno, 
- se había muerto con el presidente muerto, que
- el kirchnerismo verdadero vivía en ellos.
- La Operación Néstor se había puesto en marcha.
Es lo que un autor argentino casi contemporáneo llamó el efecto Ave Félix
- esa capacidad del peronismo para renacer de sus cenizas 
- postulando, cada vez, que el peronismo que se quema no es el verdadero 
- sino una deformación y que el verdadero es el que viene –porque 
- recupera las viejas esencias.
Sólo que en este caso es más osado: es difícil postular que
- el verdadero kirchnerismo es el de los que se fueron cuando
- la supuesta traidora se llama Cristina Fernández de Kirchner y
- fue elegida y ¿dirigida? por su marido Néstor Kirchner.
- Pero igual lo intentan.
Para eso tienen que postular que 
- la señora se aparta cada vez más de la línea del señor. 
Para eso tienen que insistir en 
- esa imagen de la señora soberbia, necia, intolerante, alguien que, 
- a diferencia del difunto, no escucha a nadie gobierna 
- según un par de nociones trasnochadas.
Para eso tienen que insistir en que
- el señor era político donde la señora es ideológica,
- el señor era pragmático donde la señora principista, 
- el señor contemporizador donde la señora belicosa,
- el señor consecuente donde la señora caprichosa,
- el señor un buen muchacho donde la señora una maestra siruela,
- el señor ducho en economía donde la señora cero al as, 
- el señor un peronista donde la señora una infiltrada.
Para eso tienen que 
- construir una diferencia inverosímil entre las políticas de dos políticos 
- que trabajaron toda la vida juntos.
Para eso aprovechan, entre otras cosas, que ya pasaron muchos años y que 
- el modelo económico que montó el señor 
- le está estallando a la señora entre las manos.
- Para eso tienen que armar otro relato, 
pero sabemos que en Argentina los relatos se venden a cuatro la docena.
Todo para decir que 
- el otro era otra cosa, no se vaya a creer, mi estimado –y que 
- ellos, que estaban con el otro, harían otras cosas.
- Todo para no perder el tren y pretender un lugar en el poder que viene.
- Todo para ser peronistas verdaderos.
Cuando la lanzó, años atrás, un Fernández, 
-  la Operación Néstor parecía destinada al fracaso, pero 
- la Argentina sigue siendo un país tan generoso.
- Les está saliendo bien; 
tan bien que los principales candidatos para las próximas presidenciales están usando ese discurso.
El así llamado massismo –no confundir con la línea Groucho– es 
- el producto más redondo de la Operación: 
- docena y media de políticos de la primera línea kirchnerista que ahoran 
- se muestran como la alternativa al kirchnerismo.
Y Daniel Scioli también trabaja el mismo rubro -peronismo en vena.
Y, curiosamente, tienen el apoyo –pactado o no, pagado o no– de varios de los columnistas políticos más leídos, que 
-  recuperan esta idea de que Néstor Kirchner era muy distinto
- la dan por sentada en sus columnas: gran servicio.
Que avanza y, si sigue próspera, 
- nos permitirá tener otro gobierno peronista en 2015.
Va a ser, por supuesto, levemente cruento: es obvio que
- su principal obstáculo es 
- Cristina Fernández, que  su destrucción 
- se ha vuelto la condición para 
  - el éxito de la Opernéstor, 
  - la supervivencia del peronismo.
El peronismo, en su etapa actual, depende de que los oportunistas del momento consigan convencer a cuanta más gente mejor de que
- Cristina Fernández 
  - nunca lo fue,
  - es un accidente, 
  - un patinazo en el camino, 
  - un error que ya solucionamos.
- Nos confundió durante un tiempo porque 
- seguimos a su marido pero
- ahora ya nos dimos cuenta;
- nosotros somos la alternativa a todo eso, 
- dirán, y querrán que les creamos.
- La supervivencia del peronismo 
- depende, una vez más, de que
- seamos suficientemente tontos.
- Ellos, una vez más, confían en nosotros.
Martín Caparrós - El País - Madrid - 28-Feb-2014

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