Se conoce como la "Gran Recesión", el año en el que la economía global sufrió su crisis más profunda desde la II Guerra Mundial.
Pero un nombre igualmente apropiado sería la "Gran Estabilización". Porque 2009 fue extraordinario,
- no sólo por el modo en que cayó la producción,
- sino que también por el modo en que se evitó una catástrofe.
Hace 12 meses, el pánico que sembró la quiebra de Lehman Brothers había llevado a los mercados financieros al borde del colapso.
La actividad económica global, desde la producción industrial hasta el comercio exterior, cayó más rápido que a principios de la década de 1930.
Esta vez, no obstante,
- La declinación se detuvo a los meses.
- Las grandes economías emergentes se aceleraron.
- La producción de China, la que se estancó pero nunca cayó, estuvo creciendo a un índice anualizado de cerca del 17% en el segundo trimestre.
- A mediados de año las economías grandes y ricas del mundo, con la excepción de Gran Bretaña y España, habían empezado a expandirse de nuevo.
- Es probable que sólo algunos rezagados, como Letonia e Irlanda, estén todavía en recesión.
Ha habido mucho daño colateral.
El desempleo promedio a través de la OCDE es de casi el 9%. En Estados Unidos, donde la recesión empezó mucho antes, el índice de desempleo se duplicó al 10%.
En algunos lugares, los años de avance en la reducción de la pobreza han retrocedido a medida que los más pobres se han visto afectados por
- el doble mal de ojo de las economías débiles y
- los precios aún altos de los alimentos.
Pero gracias a la flexibilidad de las economías grandes y populosas como la de China, India e Indonesia, al mundo emergente en general no le fue peor en esta caída que en la recesión de 1991. Para muchos en el planeta, la Gran Recesión no fue tan grande.
Esa consecuencia no fue inevitable.
Fue el resultado de la respuesta de gobierno más grande, más amplia y más rápida en la historia. - Se envolvió a los bancos tambaleantes en un capullo de miles de billones de dólares de garantías y dinero público.
- Los Bancos Centrales redujeron drásticamente las tasas de interés;
- los grandes expandieron considerablemente sus estados de cuentas.
- Los gobiernos de todo el mundo adoptaron el estímulo fiscal con gusto.
- Este activismo extraordinario contribuyó
- a detener el pánico,
- a apuntalar el sistema financiero y
- a hacer frente al colapso en la demanda privada.
A pesar de las afirmaciones de lo contrario, la Gran Recesión podría haber sido una Depresión sin ésta.
Estable, pero débil
Esas serían las buenas noticias.
La mala es que la estabilidad de hoy, aunque es bienvenida, es preocupantemente débil, tanto
- porque la demanda global todavía depende del apoyo del Gobierno
- como porque la generosidad pública
- ha ocultado viejos problemas, mientras
- ha creado nuevas fuentes de volatilidad.
Los precios de las propiedades todavía están bajando en más lugares que en donde están subiendo y, como muestra la nacionalización de Hypo Group de Austria, las tensiones bancarias aún persisten.
- La divergencia permanecerá.
- La demanda en el mundo industrializado seguirá siendo débil, especialmente en los países con familias muy endeudadas y sistemas bancarios quebrados.
Y
- a medida que aumenta la carga de la deuda pública,
- los gobiernos del mundo industrializado encontrarán que es cada vez más difícil pedir prestado.
El contraste con las economías emergentes mejor administradas se agudizará.
Los inversionistas ya están preocupados del incumplimiento de Grecia, pero otros miembros de la zona del euro también están en peligro. Incluso Gran Bretaña y Estados Unidos podrían enfrentar costos de empréstitos muchísimos más altos.
Los pesimistas esperan todo tipo de impactos en 2010,
- desde crisis de deuda soberana (¿un incumplimiento griego?)
- hasta un proteccionismo imprudente (los aranceles estadounidenses contra la moneda "injusta" de China, por ejemplo).
Lo más probable es un sinnúmero de problemas menores,
- desde alzas repentinas en el rendimiento de bonos (Gran Bretaña antes de las elecciones),
- hasta decisiones fiscales miopes (impuesto a las transacciones financieras) y huelgas por reducciones de sueldos (British Airways es un presagio).
Poco importante en comparación con el cataclismo de hace un año, pero suficiente como para moderar la alegría de las festividades.
Pero un nombre igualmente apropiado sería la "Gran Estabilización". Porque 2009 fue extraordinario,
- no sólo por el modo en que cayó la producción,
- sino que también por el modo en que se evitó una catástrofe.
Hace 12 meses, el pánico que sembró la quiebra de Lehman Brothers había llevado a los mercados financieros al borde del colapso.
La actividad económica global, desde la producción industrial hasta el comercio exterior, cayó más rápido que a principios de la década de 1930.
Esta vez, no obstante,
- La declinación se detuvo a los meses.
- Las grandes economías emergentes se aceleraron.
- La producción de China, la que se estancó pero nunca cayó, estuvo creciendo a un índice anualizado de cerca del 17% en el segundo trimestre.
- A mediados de año las economías grandes y ricas del mundo, con la excepción de Gran Bretaña y España, habían empezado a expandirse de nuevo.
- Es probable que sólo algunos rezagados, como Letonia e Irlanda, estén todavía en recesión.
Ha habido mucho daño colateral.
El desempleo promedio a través de la OCDE es de casi el 9%. En Estados Unidos, donde la recesión empezó mucho antes, el índice de desempleo se duplicó al 10%.
En algunos lugares, los años de avance en la reducción de la pobreza han retrocedido a medida que los más pobres se han visto afectados por
- el doble mal de ojo de las economías débiles y
- los precios aún altos de los alimentos.
Pero gracias a la flexibilidad de las economías grandes y populosas como la de China, India e Indonesia, al mundo emergente en general no le fue peor en esta caída que en la recesión de 1991. Para muchos en el planeta, la Gran Recesión no fue tan grande.
Esa consecuencia no fue inevitable.
Fue el resultado de la respuesta de gobierno más grande, más amplia y más rápida en la historia. - Se envolvió a los bancos tambaleantes en un capullo de miles de billones de dólares de garantías y dinero público.
- Los Bancos Centrales redujeron drásticamente las tasas de interés;
- los grandes expandieron considerablemente sus estados de cuentas.
- Los gobiernos de todo el mundo adoptaron el estímulo fiscal con gusto.
- Este activismo extraordinario contribuyó
- a detener el pánico,
- a apuntalar el sistema financiero y
- a hacer frente al colapso en la demanda privada.
A pesar de las afirmaciones de lo contrario, la Gran Recesión podría haber sido una Depresión sin ésta.
Estable, pero débil
Esas serían las buenas noticias.
La mala es que la estabilidad de hoy, aunque es bienvenida, es preocupantemente débil, tanto
- porque la demanda global todavía depende del apoyo del Gobierno
- como porque la generosidad pública
- ha ocultado viejos problemas, mientras
- ha creado nuevas fuentes de volatilidad.
Los precios de las propiedades todavía están bajando en más lugares que en donde están subiendo y, como muestra la nacionalización de Hypo Group de Austria, las tensiones bancarias aún persisten.
- La divergencia permanecerá.
- La demanda en el mundo industrializado seguirá siendo débil, especialmente en los países con familias muy endeudadas y sistemas bancarios quebrados.
Y
- a medida que aumenta la carga de la deuda pública,
- los gobiernos del mundo industrializado encontrarán que es cada vez más difícil pedir prestado.
El contraste con las economías emergentes mejor administradas se agudizará.
Los inversionistas ya están preocupados del incumplimiento de Grecia, pero otros miembros de la zona del euro también están en peligro. Incluso Gran Bretaña y Estados Unidos podrían enfrentar costos de empréstitos muchísimos más altos.
Los pesimistas esperan todo tipo de impactos en 2010,
- desde crisis de deuda soberana (¿un incumplimiento griego?)
- hasta un proteccionismo imprudente (los aranceles estadounidenses contra la moneda "injusta" de China, por ejemplo).
Lo más probable es un sinnúmero de problemas menores,
- desde alzas repentinas en el rendimiento de bonos (Gran Bretaña antes de las elecciones),
- hasta decisiones fiscales miopes (impuesto a las transacciones financieras) y huelgas por reducciones de sueldos (British Airways es un presagio).
Poco importante en comparación con el cataclismo de hace un año, pero suficiente como para moderar la alegría de las festividades.
Editorial - "El Mercurio" - Sgo. de Chile - 29-Dic-2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario