viernes, 7 de septiembre de 2012

Fórmula alemana para reducir los índices de desempleo juvenil


Desocupación en ese grupo etario llega al 7,9%, la mitad del promedio en la Eurozona

La clave está en un vasto y descentralizado programa de formación profesional, con eje en la participación del sector privado.
La oferta es atractiva:

- estudiar una profesión mientras se recibe un sueldo y
- se trabaja en una empresa durante un período de 2
  o 3 años

Graduarse de mecánico industrial mientras se trabaja en Siemens, aprender mecatrónica en las plantas de Volkswagen o convertirse en chef mientras se prepara la comida para los pasajeros de Lufthansa.

En total 344 profesiones están abiertas a medio millón de jóvenes alemanes que cada año apuestan por una profesión técnica y no ir a la universidad.
Al terminar la educación básica (alrededor de los 16 años), los jóvenes pueden escoger entre
- hacer dos años de bachillerato, que les permitirá ir a
  la universidad, o
- ingresar al mundo laboral a través de un programa de
  formación profesional ( Berufsbildung Programme ), en
  el que comparten su tiempo entre la empresa que los reciba
  y el instituto técnico.
La oferta es atractiva:
- estudiar una profesión mientras se recibe un sueldo y
- se trabaja en una empresa durante un período de 2 o
  3 años,
- después de los cuales muchos obtienen un contrato.
- El año pasado, 62% de los jóvenes escogió un programa
  profesional,
- un tercio de ellos contaba ya con el bachillerato
  terminado.
"No se puede trabajar sin supervisión hasta el segundo año, pero eso no quiere decir que al inicio uno vaya sólo a hacer café.
El primer año se trata de aprender, aprender, aprender", cuenta en un foro de estudiantes Joachim, quien a sus 20 años está en su tercer año de formación como vendedor para el sector retail en Deutsche Telekom, con un sueldo de 700 euros.
El sistema dual de educación trata de
- satisfacer la demanda de las empresas,
- incorporando a los jóvenes en las tareas para las que
  existen vacantes.
- Basado en una tradición centenaria de formación
  de aprendices, se considera que
- el sistema ha sido clave para la reducción del desempleo
  juvenil.

Parece dar resultado
En junio,
- el desempleo en Alemania llegó apenas a 5,4%,
- mientras la tasa de desocupación juvenil alcanzó un 7,9%.
En comparación, mientras
- la tasa de desempleo promedio de la Eurozona en junio
  fue de 11,2%,
- el nivel de desempleo juvenil en la región fue exactamente
  el doble.
Ni que hablar de los países en recesión como Grecia o España, donde
- el 52% de los jóvenes menores de 25 años no tienen
  posibilidad de trabajar.

El rol de los privados
Según la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria (DHIK),
- las empresas invirtieron el año pasado unos 20.000
  millones de euros
- en los programas de formación profesional.
Esto es, en el pago de salario para los aprendices y el sueldo para los tutores, así como instancias de supervisión de calidad.
- Las firmas tienen voz y voto en el diseño de los currículos
- de las distintas profesiones que se ofrecen,
- así como en la modernización de contenidos.
- "Somos una nación exportadora, y
- la industria manufacturera requiere de personal realmente
  capacitado.
De ahí que las empresas entienden
- la necesidad de invertir",
 afirma Barbara Fabian, jefa del Departamento de Política Educativa de la DHIK.
No todas las empresas están autorizadas para capacitar. Actualmente,
- unas 500.000 participan del sistema,
- lo que equivale al 22% del total existente en el país.
Pero éstas
- cubren más del 70% de los costos totales de la formación
  profesional en Alemania.
En el Instituto Federal de Formación Profesional (BBIB) explican que si bien cada estado es responsable de las escuelas, de hacer el seguimiento de calidad, etc., el sistema se basa en la Ley de Formación Profesional, en la que se fijan los objetivos, quiénes participan en el sistema y los estándares que debe cumplir.
"Si bien además están las empresas grandes,
- el corazón del sistema son las pequeñas y medianas
  empresas,
- ellas son las verdaderas formadoras", afirma Fabian.
- Es cierto, 7 de cada 10 empresas formadoras son Pymes.
Se trata de un ejercicio de ganar-ganar.
Según Diana Cáceres-Reebs, asesora del BIBB para la Cooperación Internacional, se calcula que
- las empresas deben invertir en promedio unos 15.000
  euros al año por cada aprendiz;
- pero al mismo tiempo, se estima que
- la producción anual de cada uno llega a los 13.500 euros.
"Con la ventaja de que después
- pueden contratar a un empleado que no solo conoce
  el trabajo,
- sino que siente una mayor afinidad con la empresa", afirma.
- La parte teórica de la formación está a cargo de las
  Escuelas Técnicas, entidades públicas reguladas por
  cada estado.
- No es fácil entrar en ellas. Depende de
  - la entrevista personal al candidato,
  - si éste ya obtuvo una plaza de formación en una empresa
  - si existen vacantes en la carrera que se quiere estudiar.
Un gran avance, explica Cáceres-Reebs, es la ampliación del reconocimiento de los certificados entregados. Por ejemplo, desde este año los certificados de "Maestre" en el sector de manufacturas serán equivalentes a títulos de pregrado.
"Uno de los desafíos es crear un sistema integral, en el que se facilite el paso de una instancia de formación a otra", explica la experta.

Envejecimiento
A pesar de sus buenas cifras económicas,
- Alemania está lejos de tener sus problemas resueltos.
- Hay un problema muy grave gestándose actualmente:
- el envejecimiento de la población.
"El mayor desafío es demográfico.
- Hoy tenemos más plazas de formación en oferta, que jóvenes aplicando",
sentencia la experta del BIBB.
Los datos lo demuestran. El año pasado, las empresas ofrecieron
- 599.289 plazas de formación, unas
- 29.689 quedaron sin ocupar.
Y mientras la oferta de plazas creció en 2011 un 3,8% respecto al año anterior, la demanda de los jóvenes aumentó apenas 0,4%.
Parte de la ausencia de jóvenes se suple con el aumento de la población migrante.
Pero esto también implica retos, explica Cáceres-Reebs, quien hace énfasis no sólo en la carencia del idioma que puedan tener esos jóvenes, sino también con la necesidad de que en las empresas los tutores cuenten con mayores competencias de comunicación intercultural.
En el informe del BIBB con datos a 2011, se afirma que
- las desventajas de los hijos de familias migrantes en el sistema educativo alemán
son "significativas".
- Otro problema es la calidad de la educación básica.
Los empresarios se quejan de que muchos llegan sin las habilidades básicas:
- "No pueden escribir una carta, no pueden sumar",
dice Fabian de la DIHK, con tono de indignación y con sentido de urgencia, y advierte:
- "Con la baja cantidad de jóvenes que tenemos,
- necesitamos obtener de ellos todo su potencial.
- No debería haber ningún joven fuera del sistema".
Marcela Vélez - El Mercurio - Sgo. de Chile - 6-Sep-2012


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