domingo, 16 de septiembre de 2012

Los intelectuales y la política



En una sociedad -pongamos por caso la uruguaya- los intelectuales tienen una importante función:
- Ayudar a pensar.


Tarea trascendente si las hay.
- El intelectual se define y se destaca por
- el compromiso con el razonamiento lógico, riguroso
  e independiente.
Sin embargo muchos intelectuales han aceptado ser lo que Gramsci llamó
- intelectuales orgánicos y,
siguiendo ese criterio,
- se han enrolado como voluntarios en partidos políticos
  de izquierda.
Ha sucedido acá y en todas partes del mundo.
Uno de los problemas que enfrenta la sociedad uruguaya refiere a
- la autoridad.
- En aquellos ámbitos políticos donde esos intelectuales
  militan
- se comprueba un visible recelo a ejercer la autoridad,
  que deriva en
- prevenciones y sospechas hacia quienes la ejercen,
- contramarchas que la desprestigian y
- falta de severidad con hacia aquellos jerarcas que no
  la hacen respetar.
Pongo un ejemplo emblemático que todos recuerdan: hace un tiempo el Director de Enseñanza del MEC subió a la red un video en que unos liceales eran reprendidos por la Directora del Liceo Bauzá.
- Lo subió para desprestigiar a la Dra. Bianchi, que
- ha cobrado justa fama precisamente por revindicar
  el principio de autoridad.
- El Ministro de Educación no le pidió la renuncia a
  su subordinado.
El intelectual suele aficionarse a las modas.
Está de moda exaltar la espontaneidad:
- en la enseñanza,
- en la familia,
- en las asambleas;
- en criar hijos sin parámetros de autoridad,
- en esfumar en lo posible las figuras de autoridad:
- no más reglas,
- no más paterfamilias,
- no más milicos.
¿Cómo ha de ser manejada la autoridad para que ni falte ni ahogue?
Este es un tema de debate de ideas sobre asuntos cívicos.
El problema no es sencillo.
Más autoridad no equivale a más garrote.
Quizás tenga mucho que ver
- las figuras de autoridad, la forma como se las prestigia
  o se las ridiculiza.
- ¿Cómo es la figura de autoridad del Presidente Mujica?
- Todos somos iguales ante la ley pero hay diferencias
- entre el que sabe y el que no sabe,
- entre el maestro y el alumno,
- entre el padre y el hijo,
- entre el jerarca que hace cumplir y el que se cree
  "piola" porque deja correr.
El padre que prefiere que su hijo lo trate como a un hermano lo está privando de la figura paterna.
La autoridad que no se anima a ser ejercida se desvanece y eso es una pérdida a dos puntas.
La ausencia de discusiones en serio sobre la autoridad ha llevado a que estemos oyendo propuestas asombrosas de parte de diputados frentistas (irrupción policial nocturna en los domicilios).
El Frente Amplio ahora en el gobierno se encuentra que
- todas las paparruchas de elogio a la permisividad que
  ellos consumieron
- de boca de sus intelectuales amigos durante tanto
  tiempo
- no les sirven para ejercer las funciones de gobierno.
El Frente no sabe qué hacer; tampoco lo tiene claro el resto de la sociedad y del espectro político porque no hubo debate de ideas sobre asuntos cívicos de importancia.
La interacción entre la academia y la política ha sido complaciente,
- no ha generado elementos útiles para que la reflexión
  sobre
- un problema tan serio pueda mantener un mínimo nivel
  de información y sensatez.
No tenemos que inventar la pólvora; en Europa se discute esto hace tiempo y el mundo entero tiene un gran lío en la cabeza al respecto.
Pero debemos exigirnos un nivel de discusión serio.
Juan Martín Posadas - El País - Montevideo - 16-Sep-2012

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