domingo, 23 de septiembre de 2012

Reto a la libertad


- Mientras el radicalismo islámico crece sin parar,

- la fortaleza de los valores occidentales decrece

La noticia habla de Ruqaya, una niña de ocho años que fue oradora en un gran congreso islamista en Sydney.
La niña hizo una defensa apasionada de la yihad ante un numeroso público, hasta el punto de que
- alarmó a la primera ministra de Australia,
- horrorizada por el uso de niños en favor del
  fundamentalismo.
A pesar de la indolencia ante estos asuntos, el hecho es que esta noticia debería interesarnos,
- primero, porque la radicalización islamista en
  Occidente no para de crecer.
- Y segundo, porque el partido que organizó el congreso
  y también las manifestaciones más violentas del país
- es el llamado Hizb Ut-Tahrir, cuyo objetivo es
- la conquista de Occidente.
Y debe interesarnos porque
- está fuertemente afincado en Catalunya donde
- no ha parado de hacer una intensa labor de
  proselitismo entre la inmigración musulmana y
- se ha implantado en asociaciones culturales ya
  establecidas.
Como ejemplo, fueron los líderes de las famosas protestas a favor de una mezquita en Badalona, en el 2006. Nada nunca, en estos temas, es casual.
- Mientras el fundamentalismo crece sin parar,
- la fortaleza de los valores occidentales decrece,
- no se sabe si por debilidad, por miedo o por simple
  interés,
- no en vano tenemos el alma vendida al petróleo, y
- el petróleo está en las manos de quien está....
Pero el hecho es que la reacción que han tenido muchos gobernantes ante la polémica del vídeo y las caricaturas de Charlie Hebdo ha sido asustadiza, servil y deplorable.
Personalmente encuentro el vídeo una auténtica imbecilidad, a diferencia de las caricaturas, que me parecen una sana provocación, pero
- la cuestión no está en si nos gusta poco o mucho
  el producto, sino
- en el derecho inalienable de reírse de los dioses tal
  como nos reímos de los humanos.
- La civilización se basa en este principio porque
- ninguna fe, ni ningún dogma puede estar por encima de
- la libertad del ciudadano de reírse de la fe y
  del dogma.
- Y cuando los dioses se imponen, llega la barbarie.
Sin embargo, y totalmente sobrepasados por el aumento imparable del dogmatismo intolerante en el islam, la reacción de Occidente ha sido patética y el paradigma es la ONU que, en boca de Rupert Colville, el alto comisionado para los Derechos Humanos, ha criticado duramente las caricaturas. Entonces,
- ¿Dónde está la ONU ante las leyes de países
  musulmanes que condenan a muerte a una persona por
  hacerse cristiana, o que enseñan en las escuelas a
  odiar a los judíos y a los cruzados?
- ¿Y cuando hacen congresos para reírse del
  holocausto?
- ¿Y encuentra normal que la protesta contra el vídeo
  sea ir matando gente?
Lo cierto es que
- cada día tenemos más miedo y menos capacidad
  de enfrentarnos a este fenómeno, y
- por eso usamos la táctica del cangrejo, con la idea
  de que
- si cedemos terreno, quizás pasamos la tormenta.
- Cosa que no pasa nunca, porque
- el terreno que cede la libertad
- siempre lo ocupa la intolerancia.
Pilar Rahola - La Vanguardia - Barcelona - 22-Sep-2012

El Mundo islámico
La primavera árabe no acaba de florecer.

El fin de las tiranías militares del norte de África -Túnez, Libia, Egipto- no ha dado paso a una era de gobiernos democráticos como sucedió tras el derribo del Muro de Berlín y la desaparición de la URSS, o como vimos en Alemania, Italia y Japón después de la Segunda Guerra Mundial.

Hillary Clinton, y con ella medio Estados Unidos,
- están perplejos por el comportamiento brutal de las
  turbas libias.
- El asesinato del embajador Chris Stevens y otros
  tres funcionarios norteamericanos fue un espectáculo
  horrible,
especialmente porque ocurría poco después de que Washington se hubiera empeñado a fondo en liberar a Libia de la dictadura brutal de Gadafi junto a una coalición de países europeos agrupados en la OTAN y liderados por la Francia de Sarkozy.
El presidente Obama le reconoció al periodista José Díaz-Balart de la cadena Telemundo que
- este Egipto, el post Mubarak, no es un país aliado,
- aunque no se trata de una nación enemiga.
(Espere un poco, Presidente, todo se andará).
Afganistán e Irak tampoco se han transformado en democracias funcionales naturalmente pro-occidentales, pese a la presencia masiva del ejército americano y la inversión de miles de millones de dólares.
- Todo era una vana ilusión.
- El plan de Nation Building, originado en
- la benévola arrogancia de una poderosa cultura
  aquejada de voluntarismo,
- no ha funcionado.
Sencillamente, el objetivo de
- inducir entre los árabes, desde afuera del seno de l
  a sociedad,
- el modelo de Estado conocido como "democracia
  liberal",
- ha fracasado.
- ¿Por qué?
- Porque la democracia liberal es
- mucho más que
- un diseño institucional.
Los norteamericanos tienden a creer que
- es el resultado de poseer
  - un cierto tipo de Constitución,
  - poderes limitados y
  - economía de mercado,
  - elementos fácilmente reproducibles,
- pero ignoran el factor que le da sustento a ese
  andamiaje formal:
- los valores de la tribu.
Si Estados Unidos, a fines del siglo XVIII, inventó el mundo moderno, no fue porque suscribieron las ideas del británico John Locke, sino porque
- la mayoría de su sociedad aceptaba como buena
- la noción de la tolerancia,
- la supremacía de los derechos individuales y
- la importancia de tener un gobierno
- de reglas imparciales y no de hombres.
Más importante que todo el andamiaje constitucional construido en 1787 es
- la Primera Enmienda impuesta a
- la Ley de Leyes para
- proteger las libertades.
Si bien la Constitución americana surgía del pensamiento de los "ilustrados" ingleses y creaba, artificialmente, un tipo de Estado peculiar (la primera república moderna),
- esa Primera Enmienda, protectora de
- la libertad religiosa,
- los derechos de expresión, reunión y petición,
- expresaba algo mucho más trascendente:
- la voluntad de aceptar al otro aunque
- tuviera ideas con las que no comulgamos o
- comportamientos que nos resultaran desagradables.
La grandeza de la democracia liberal radica en eso:
- el valor supremo que se le asigna a - la tolerancia, definida como
- la aceptación de los derechos
- del otro a existir y manifestarse,
- aunque nos repugne.
Por eso
- no funciona
- la construcción artificial de
- democracias liberales.
Mucho antes de que EE.UU. se convirtiera en república independiente, William Penn, un cuáquero pacifista, fundó Pennsilvania, decidido a vivir en paz con los indios, admitir todos las credos religiosos y a someter su gobierno a una suerte de control y consenso social.
Philadelphia sería eso: la cuna de la fraternidad y el amor.
¿Dónde está en las sociedades árabes ese espíritu de tolerancia si las personas nacen y crecen repitiendo el mantra de que Alá es el único Dios, Mahoma su único profeta, y la gran tarea de los islamistas es la conquista del mundo para gloria de esas creencias religiosas y la imposición universal de la sharía?
¿Dónde están en el islamismo los valores de la tolerancia y la humilde aceptación del otro, del diferente, en un plano de igualdad y respeto?
Es verdad que las tres grandes religiones monoteístas en sus orígenes (y durante siglos)
- han sido intolerantes y brutales con quienes
- no pertenecían al círculo de sus creyentes,
pero los valores de judíos y cristianos, en general, tal vez como consecuencia de guerras espantosas, han evolucionado en dirección de la tolerancia y la aceptación, mientras el islamismo permanece anclado en la vieja ortodoxia excluyente que hace imposible que arraigue el modelo de la democracia liberal.
Es, en suma,
- una cuestión de valores.
- Mientras eso no cambie,
- no habrá primavera en el mundo árabe.
Carlos Alberto Montaner - El País - Montevideo - 23-Sep-2012

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