En los últimos 40 años hemos
tenido 5 crisis
económicas de mayor o menor intensidad.
- El
Plan de Inflación 0 de Gelbard (emisión monetaria para financiar el déficit
fiscal) terminó
- en el
Rodrigazo con un cúmulo de tarifazos y una devaluación salvaje del peso.
- "La
tablita" de Martínez de Hoz (deuda externa para financiar el déficit
fiscal),
- en
las descontroladas devaluaciones de Sigaut.
- El
Plan Austral (reservas del BCRA),
- en el
Austral II (emisión monetaria).
- El
Plan Primavera,
- en
hiperinflación.
- La
convertibilidad (deuda externa)
- en la
peor crisis de nuestra historia y
-"El
modelo de la década ganada" (emisión monetaria y uso de reservas),
- en
estanflación, fenómeno que no sufríamos desde hacía décadas y
- casi
ningún país razonable del mundo experimenta hoy.
Es claro que
- las
crisis anteriores tuvieron que ver con
-
crisis de financiamiento del déficit fiscal.
Es más,
- el
déficit que quebró a cada uno de los anteriores planes económicos
- viene
decreciendo a lo largo del tiempo y demuestra que
- el
Estado argentino tiene, tendencialmente, cada vez menos crédito
- tanto
interno como externo para financiar sus desaguisados
fiscales.
Para ponerlo en
criollo: lamento informarle a la progresía que
- el déficit fiscal es cada vez menos
reactivante y más procrisis.
- El
Rodrigazo ocurrió con 12% del PBI de déficit fiscal.
- El
fin de "la tablita" con 11%;
- la
hiperinflación, con 8,5%;
- la
crisis de la convertibilidad, con 7%, y
- la
"década ganada" terminó con el cepo cambiario cuando
- el
desequilibrio de las cuentas públicas llegó a 4% del
PBI.
Razones no les
faltan a los oferentes de crédito para
- tener cada vez menos deseos de financiar al Estado
argentino.
La sucesión de
- licuaciones de ahorros,
-
punciones de depósitos,
-
defaults de la deuda pública y
-
pesificaciones asimétricas
- ha
estado a la orden del día con el mismo argumento (y sin sonrojarse) del
"mandato popular"
- que
previamente justificaba el déficit fiscal por motivos sociales y de reactivación
económica. - Esquizofrénico.
Pero si la
recaudación de impuestos era de
- 16% del
PBI hace 40 años y
hoy, debido a una sumatoria infinita de
impuestazos decididos por la clase política de los sucesivos gobiernos, es de
- 36% del
PBI,
quiere decir que
-
aquellas crisis fueron por un exceso de gasto público (que es
corrupto y clientelista),
-
no por una magra recaudación.
¿Quién
decide ese nivel de gasto público que genera crisis de manera cíclica,
causándonos (entre otras razones) una decadencia secular?
De nuevo,
- la clase política
que todos los
años lo vota en los presupuestos que sancionan el Congreso Nacional, las
Legislaturas provinciales y los Concejos municipales.
El
número de políticos que realmente decide
- ese
gasto público de mas de 40% del PBI (hoy en $ 1.700.000 millones anuales)
- no debe
superar los 2000 en todo el país.
A su vez, ese
gasto público
- va dirigido a un
total aproximado 13 millones de personas que, en su mayoría, votan.
Ese número se
compone de
- 3
millones de empleados públicos,
- 6
millones de jubilados y
- 4
millones de beneficiarios de planes sociales.
O sea que
- 2000
personas, 0,005% de la población total, dedicadas a una política
profesional
- que
busca sólo el enriquecimiento personal y el poder, deciden directamente
sobre
- la vida
de 1/3 de los argentinos y sobre un gasto (consumo más inversión) que
-
representa 40% del PBI.
- El 60%
del resto del gasto que es el PBI, también afectado por
- los
impuestos que le impone la clase política, lo realiza
- el
sector privado, compuesto por 27 millones de personas (2/3 de la población)
que
-
no tienen un líder que los represente como sí los que
viven del gasto público:
- la
corporación política.
- Esto sí
que es inequidad distributiva.
Por eso, cuando
se trata de
-
subir impuestos, tarifas o devaluar, hay más "consenso"
que
- cuando
se trata de echar un empleado público.
- El
lobby de la corporación política tiene claro que su negocio es
-
velar primero para que el gasto público nunca baje y luego,
- muy en
segundo lugar, vienen las disputas políticas entre sus
miembros.
En la Argentina,
- la
palabra "ajuste" se usa sólo para describir una baja de gasto público,
pero
- nunca
si la gente de a pie en el sector privado
- no
llega a fin de mes como consecuencia de la inflación,
provocada por
- el
financiamiento monetario de los déficits fiscales producto de
- el
aumento del gasto público por encima de la recaudación, o
- si un
empresario privado suspende o despide gente porque no da más de
- la
presión impositiva,
- los
costos laborales y
- los
precios y cortes de la energía.
Pero
no cansados con haber "vacunado" a los
privados con
-
impuestos salvajes,
-
inflación,
-
devaluación y
- la
falta de crédito para financiar un gasto público corrupto y clientelista,
- la
clase política va por más, por no decir por
todo.
Con el envión del
acuerdo con el Club de París y para evitar los malos
ratos que el financiamiento monetario del déficit fiscal le trae con
el dólar blue y la pérdida de reservas (fines de 2013)
o la recesión que causó el cambio de financiamiento
hacia más deuda interna con las Lebacs que el BCRA
coloca a los bancos (desde fines de enero de 2014),
-
el Gobierno (Nación y provincias) hará todo lo posible
- para emitir deuda
externa.
- El gasto público se mira y no se
toca.
José Luis Espert - La Nación - Buenos Aires - 1-Jun-2014
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