domingo, 1 de junio de 2014

De buitres y carneros


En los últimos 40 años hemos tenido 5 crisis económicas de mayor o menor intensidad.
 
- El Plan de Inflación 0 de Gelbard (emisión monetaria para financiar el déficit fiscal) terminó 
  - en el Rodrigazo con un cúmulo de tarifazos y una devaluación salvaje del peso.
- "La tablita" de Martínez de Hoz (deuda externa para financiar el déficit fiscal),
  - en las descontroladas devaluaciones de Sigaut.
- El Plan Austral (reservas del BCRA),
  - en el Austral II (emisión monetaria).
- El Plan Primavera,
  - en hiperinflación.
- La convertibilidad (deuda externa)
  - en la peor crisis de nuestra historia y
-"El modelo de la década ganada" (emisión monetaria y uso de reservas),
  - en estanflación, fenómeno que no sufríamos desde hacía décadas y
  - casi ningún país razonable del mundo experimenta hoy.
Es claro que
- las crisis anteriores tuvieron que ver con
- crisis de financiamiento del déficit fiscal.
Es más,
- el déficit que quebró a cada uno de los anteriores planes económicos
- viene decreciendo a lo largo del tiempo y demuestra que
- el Estado argentino tiene, tendencialmente, cada vez menos crédito
- tanto interno como externo para financiar sus desaguisados fiscales.
Para ponerlo en criollo: lamento informarle a la progresía que
- el déficit fiscal es cada vez menos reactivante y más procrisis.
- El Rodrigazo ocurrió con 12% del PBI de déficit fiscal.
- El fin de "la tablita" con 11%;
- la hiperinflación, con 8,5%;
- la crisis de la convertibilidad, con 7%, y
- la "década ganada" terminó con el cepo cambiario cuando
  - el desequilibrio de las cuentas públicas llegó a 4% del PBI.
Razones no les faltan a los oferentes de crédito para
- tener cada vez menos deseos de financiar al Estado argentino.
La sucesión de
- licuaciones de ahorros,
- punciones de depósitos,
- defaults de la deuda pública y
- pesificaciones asimétricas
- ha estado a la orden del día con el mismo argumento (y sin sonrojarse) del "mandato popular"
- que previamente justificaba el déficit fiscal por motivos sociales y de reactivación económica. - Esquizofrénico.
Pero si la recaudación de impuestos era de
- 16% del PBI hace 40 años y
hoy, debido a una sumatoria infinita de impuestazos decididos por la clase política de los sucesivos gobiernos, es de
- 36% del PBI,
quiere decir que
- aquellas crisis fueron por un exceso de gasto público (que es corrupto y clientelista),
- no por una magra recaudación.
 
¿Quién decide ese nivel de gasto público que genera crisis de manera cíclica, causándonos (entre otras razones) una decadencia secular?
De nuevo,
- la clase política
que todos los años lo vota en los presupuestos que sancionan el Congreso Nacional, las Legislaturas provinciales y los Concejos municipales.
El número de políticos que realmente decide
- ese gasto público de mas de 40% del PBI (hoy en $ 1.700.000 millones anuales)
- no debe superar los 2000 en todo el país.
A su vez, ese gasto público
- va dirigido a un total aproximado 13 millones de personas que, en su mayoría, votan.
Ese número se compone de
- 3 millones de empleados públicos,
- 6 millones de jubilados y
- 4 millones de beneficiarios de planes sociales.
O sea que
- 2000 personas, 0,005% de la población total, dedicadas a una política profesional
- que busca sólo el enriquecimiento personal y el poder, deciden directamente sobre
- la vida de 1/3 de los argentinos y sobre un gasto (consumo más inversión) que
- representa 40% del PBI.
- El 60% del resto del gasto que es el PBI, también afectado por
- los impuestos que le impone la clase política, lo realiza
- el sector privado, compuesto por 27 millones de personas (2/3 de la población) que
- no tienen un líder que los represente como sí los que viven del gasto público:
- la corporación política.
- Esto sí que es inequidad distributiva.
Por eso, cuando se trata de
- subir impuestos, tarifas o devaluar, hay más "consenso" que
- cuando se trata de echar un empleado público.
- El lobby de la corporación política tiene claro que su negocio es
- velar primero para que el gasto público nunca baje y luego,
- muy en segundo lugar, vienen las disputas políticas entre sus miembros.
En la Argentina,
- la palabra "ajuste" se usa sólo para describir una baja de gasto público, pero
- nunca si la gente de a pie en el sector privado
- no llega a fin de mes como consecuencia de la inflación, provocada por
- el financiamiento monetario de los déficits fiscales producto de
  - el aumento del gasto público por encima de la recaudación, o
- si un empresario privado suspende o despide gente porque no da más de
  - la presión impositiva,
  - los costos laborales y
  - los precios y cortes de la energía.
Pero no cansados con haber "vacunado" a los privados con
- impuestos salvajes,
- inflación,
- devaluación y
- la falta de crédito para financiar un gasto público corrupto y clientelista,
- la clase política va por más, por no decir por todo.
Con el envión del acuerdo con el Club de París y para evitar los malos ratos que el financiamiento monetario del déficit fiscal le trae con el dólar blue y la pérdida de reservas (fines de 2013) o la recesión que causó el cambio de financiamiento hacia más deuda interna con las Lebacs que el BCRA coloca a los bancos (desde fines de enero de 2014),
- el Gobierno (Nación y provincias) hará todo lo posible 
- para emitir deuda externa.

- El gasto público se mira y no se toca.
José Luis Espert - La Nación - Buenos Aires - 1-Jun-2014

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