Sudamérica ha sido en estos años un
laboratorio político.
Algunos
países escogieron un camino realista, otros, repitieron recetas erróneas y hoy
pagan su error
Sudamérica ha
sido, en estos años, un laboratorio político. Algunos países, el
Perú entre ellos, escogieron un camino
realista para el desarrollo económico y social.
Otros,
repitieron recetas erróneas y hoy deben pagar su
error.
Las cifras son
contundentes. Según las proyecciones de los organismos mundiales (FMI, BM) en el
2014, Perú, Chile y Colombia podrían crecer 5.5%, 4.5%
y 4%, y en el 2015 lograrían 5.5%, 4.5% y 4.5%, porque escogieron
el camino de
- la
apertura hacia el mundo,
- la
inversión,
- la
infraestructura social y
- la
educación
- como instrumentos de la
democracia para la reducción sostenible de la pobreza que,
- en el
caso del Perú, bajó del 48% a 28% en cinco años gracias
- a un
crecimiento del 8% anual.
Otros,
como Venezuela, Argentina y Brasil optaron, en mayor o
menor medida, por
- la
regulación extrema o el estatismo,
- el
proteccionismo,
- la
distribución de subsidios y
- el
discurso confrontacional.
Pero su
crecimiento será en el 2014 de 1.5%, -0.5% y 1.8%
respectivamente y en 2015 de 1%, -1% y 2.7%.
Por consiguiente,
- sus
niveles de pobreza y de inflación aumentarán,
- su
infraestructura decaerá -ya las masas brasileras lo denuncian- y
- crecerá
su endeudamiento público,
- que en
los otros tres países ha disminuido.
Tal es la
consecuencia de diez años de chavismo o “socialismo del siglo
XXI” y de torneos retóricos casi siempre
acompañados de limitaciones a las libertades
democráticas.
Entretanto,
el conjunto de la economía mundial continuará
creciendo a pesar de los problemas que sufren algunas zonas o
países y que, en gran parte, se deben al sobreendeudamiento o
burocratismo en que incurrieron, además de los excesos
especulativos del capitalismo financiero.
Desde el 2012 el
avance mundial fue 3.2, 3% y será de 3.6% y 3.9% en el 2014 y
2015, pues está impulsado por la revolución
informática, que
-
incorpora de forma interactiva a los consumidores,
-
multiplica la creación científica y
- el
volumen de los capitales de inversión.
El
crecimiento global será
impulsado, además, por
- la
recuperación norteamericana y su ingreso a la exportación de Shale Gas;
- el
incesante aumento de la población mundial y
- el
fenómeno chino con sus principios confucianos.
Claro que tal
crecimiento no supera automáticamente los problemas
sociales, más aún, genera nuevos. Pero crea condiciones materiales
con las que los gobiernos democráticos pueden superarlos,
-
concentrando más inversiones para impulsar el empleo y los salarios
- como
ocurrió en la construcción, la agroindustria o la minería en Perú y
Chile,
- pero
también ejecutando infraestructura social.
Así
se reduce la pobreza con más igualdad, sin la velocidad que
desearíamos pero sin los desaciertos de la otra vía.
Quienes no lo
comprendieron
-
sumieron a sus pueblos en la pobreza y en la falta de libertad.
Cuba, que fascinó por
decenios a los autodenominados “izquierdistas”
proclama ahora, tras 55 años de dictadura y pobreza su "Reforma
económica”, que sólo consiste en
- llamar
a los capitales del mundo mientras
-
subsiste clínicamente “conectada” al subsidio petrolero venezolano.
Y lo hace
sin “Mea culpa” por el fracaso de un
“comunismo tropical” que Marx nunca propuso.
Argentina
- paga
las deudas de sus “aplaudidas” nacionalizaciones,
-
“blanquea” los capitales que huyeron y
-
aumenta los precios que creyó subsidiar para siempre con la misma
ingenuidad
- con la
que antes decretó la paridad de su moneda con el dólar.
Finalmente, Venezuela
- asesina
estudiantes,
- suprime
la libertad y
- crea
más pobreza y desempleo después de
- haber
dilapidado 800.000 millones de exportaciones petroleras
- en
retórica y subsidio a países y a grupos electorales atándolos así
- a su
estrategia de continuismo en el poder.
Como en el
evangelio, por sus frutos se conoce a las
políticas.
Alan García - El País - Madrid - 10-Jun-2014
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