domingo, 11 de marzo de 2012

Opciones angustiosas en una Europa con problemas

Daniel Davies, analista y miembro del grupo bloguero Crooked Timber (madera retorcida), publicaba hace poco una entrada muy buena –escrita en forma de juego de aventuras en el que se representa un papel- sobre Grecia (en crookedtimber.org); la argumentación era que
- no hay ninguna respuesta buena, y desde luego
- no para el Gobierno de Grecia, dada la situación generada por
- la creación del euro y la burbuja de deuda inicial dentro de la zona euro.
Es verdaderamente

- una situación angustiosa para todas las economías periféricas en apuros.
En el fondo, sus problemas se deben principalmente a
- asuntos más relacionados con la balanza de pagos que con la deuda soberana;
- tuvieron unas entradas de capital enormes entre 1999 y 2007,
- lo cual condujo a la inflación, y
- ahora necesitan recuperar la competitividad de alguna manera.
Pero

- hay una crisis de deuda soberana superpuesta a lo anterior,
- la cual les ha obligado a buscar ayuda y
- las entidades crediticias están exigiendo una austeridad muy severa a cambio,
- lo cual está deprimiendo aún más unas economías que
- ya sufren una grave sobrevaloración.
- No resulta difícil ver lo que Europa en su conjunto -

que, en la práctica, significa el Banco Central Europeo y los alemanes-
- debería estar haciendo:
- menos en cuanto a las exigencias de austeridad,
- mucha más reactivación económica,
- la situación global tendría mucho mejor aspecto con
- una inflación del 3 o el 4% en la eurozona.
Y se puede argumentar que
- la austeridad, al menos con este grado de severidad,
- es en realidad contraproducente
- incluso desde el punto de vista fiscal:
- deprime el crecimiento,
- de manera que la situación de la deuda empeora aun
- cuando el déficit público actual se reduce.
Sin embargo,

- resulta mucho más difícil decir
- lo que deberían hacer los dirigentes de esas economías periféricas.
- La suspensión de pagos unilateral
- no resolverá el problema de la competitividad y,
al menos por ahora,
- agravaría realmente las restricciones fiscales,
ya que todas ellas siguen registrando déficits primarios (lo cual podría cambiar en un año más o menos).
- La salida del euro permitiría una devaluación rápida, y
- así se resolvería el problema de la competitividad;
- pero causaría una alteración tremenda y
- daría pie a una inmenso resentimiento,
así que
- es difícil que un Gobierno decida dar ese paso a menos que
- realmente no haya ninguna alternativa,
- lo que pronto podría ser cierto en el caso de Grecia, pero no en los demás.
Así que

- hay una especie de trampa.
Si cualquiera de ustedes fuese el presidente de uno de esos países,
- ¿Qué podría hacer?
Me temo que, en la mayoría de los casos,
- suplicarle a la troika que
- sea menos estricta en sus exigencias de austeridad,
- hacer lo posible, que no es mucho),por
- acelerar la mejora de la competitividad y
- esperar bien a que las cosas mejoren poco a poco
- gracias a la “devaluación interna”, o
- bien a que empeoren y generen
- un entorno económico y político en el que
- la salida del euro se convierta en una posibilidad real.
- Es una forma terrible de hacer política económica,
- pero no veo ninguna solución mágica
Paul Krugman - El País - Madrid - 10-Mar-2012

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