En la cumbre anual del Foro Económico Mundial se han codeado a la hora del champán la ansiedad occidental por el estado de sus bancos y sus bolsas, con orgullosos financieros de India, China y Kuwait con los bolsillos llenos de liquidez. Pero algo preocupa a todos y es la descordinación de mecanismos de alerta, en los mercados financieros, que ha demostrado la presente crisis.
Pero otras cuestiones prometedoras, en Cercano Oriente, Irán, Afganistán y Paquistán, así como de ayuda al desarrollo, añadían expectativas optimistas a las voces de alarma de lo que aún puede llegar, a quienes creen que
- la Reserva Federal volverá bajar tipos,
- el euro puede seguir escalando hasta 1,8 dólares y
- el barril de petróleo tal vez hasta el triple o el cuádruple.
El fundador del Foro, el profesor alemán Klaus Schwab, despidió en cambio a los llamados líderes globales, estimando «un ánimo moderadamente optimista, dado que se han abierto muchísimas oportunidades». Agregó no obstante que «si no encaramos los desafíos que nos acechan, llegará el momento en que incluso la mayor de las oportunidades no podrá ya garantizarnos nuestra continuidad como raza humana», esto en referencia
- al cambio climático,
- la escasez de agua,
- el terrorismo global y
- la pobreza.
No aprovecharon su oportunidad, por ejemplo, una vez más los 20 ministros de Comercio, convocados por los suizos y la Organización Mundial del Comercio, por ver de darle algún impulso a las negociaciones, tanto tiempo bloqueadas, para un nuevo acuerdo de apertura de las barreras mundiales, que pudiese precisamente inyectar nueva energía en el atrabiliario escenario económico y ofrecer una plataforma de expansión para todo el mundo en desarrollo.
Emergencia contra la pobreza
El primer ministro británico, Gordon Brown, calificó de imperativo, «es una situación de emergencia», el esfuerzo para establecer una serie de objetivos en la ONU para
- atajar por mitad la pobreza global,
- mejorar el acceso al agua,
- acabar con las pandemias y
- ofrecer a los niños una educación.
«Si no actuamos ahora no tendremos oportunidad alguna de cumplir los Objetivos del Milenio para el Desarrollo en 2015».
Pero la pregunta del millón en este Davos era saber si EEUU desciende hacia una recesión, o se trata sólo de un frenazo de una economía que lleva creciendo notablemente en la última década, pero sobre todo su posible efecto sobre el resto del mundo.
El estado de un número de banco occidentales, con la puntilla del colapso de Societé Générale, no dejaba en buena situación a éste hemisferio y consiguientemente ha habido gran especulación sobre si los nuevos gigantes asiáticos tienen ya fuerza económica para absorber el impacto.
RAMIRO VILLAPADIERNA - "ABC" - Madrid - 28-Ene-2007
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