Muchas organizaciones consideran al talento como un fenómeno casi mágico, una cualidad que surge misteriosamente en los empleados. Cynthia Cuculiansky (BDO Becher) escribirá una serie de artículos para MATERIABIZ sobre las políticas que debe implementar una empresa para asegurarse los mejores trabajadores...
Según una reciente investigación conjunta entre el Boston Consulting Group y la Asociación Europea de Gestión de Personal, la gestión del talento es ahora y será en 2015 el gran desafío de las empresas europeas.
De acuerdo con la encuesta (que incluyó 1.350 ejecutivos de 27 países), las organizaciones tendrán que hacer frente a un escenario caracterizado por una escasez de trabajadores talentosos.
Pero, ¿qué es exactamente el talento?
Según la Real Academia Española, ni más ni menos que "inteligencia" (referida a la capacidad de entender) o "aptitud" (entendida como la capacidad para el desempeño o ejercicio de una ocupación). Así, una buena definición del talento parece ser "inteligencia puesta en acción".
Si bien esto pudiera parecer una obviedad, lo cierto es que muchas organizaciones no implementan un enfoque proactivo a la hora poner en acción su materia gris.
En efecto, en muchas empresas, el término "talento" parece asociado a la "sorpresa", al asombroso descubrimiento de una cualidad casi "mística" en alguien que pasaba desapercibido, y que de pronto nos deslumbró con saberes y habilidades que nadie había imaginado que tenía.
Pero, ¿cómo es posible que este ignoto empleado haya pasado súbitamente del ostracismo al estrellato?
La actitud es un componente clave del talento. Docentes, pedagogos y psicólogos han sabido desde hace mucho que si una persona es tratada como si fuera talentosa, esto se reflejará en su actitud.
Esta persona se atreverá a experimentar, a correr más riesgos, tendrá más seguridad para expresarse y explorar nuevas posibilidades. No es extraño entonces, que cuando una organización señala a una persona como "talento", el individuo comience a brillar, haciéndose cargo del rótulo y actuando en consecuencia.
Sin embargo, la persona no ha adquirido mágicamente ninguna habilidad que no poseía anteriormente. Lo que ha ocurrido, en realidad, es que la organización le ha brindado la posibilidad de desplegar sus capacidades, desarrollarse y crecer.
¿Alcanza entonces con brindar un ambiente organizacional motivador para desarrollar talento?
Incluso en condiciones óptimas de ambiente organizacional, no todas las personas alcanzan igual grado de desarrollo. No alcanza con endilgar una etiqueta a alguien para que sus capacidades se desenvuelvan maravillosamente.
Por lo tanto, otra clave para desarrollar talento consiste en utilizar las herramientas adecuadas para una buena selección y desarrollo.
Cynthia Cuculiansky - Materiabiz - Buenos Aires - 30-Ene-2008
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