Las principales economías emergentes se recuperarán más rápido que Estados Unidos.
¿Recuerda el debate sobre el desacoplamiento?
Hace un año, varios comentaristas -entre ellos, este medio- sostenían que
- las economías emergentes se habían vuelto más adaptables a una recesión estadounidense gracias a sus mercados internos firmes y a políticas macroeconómicas prudentes.
Aquellos que tenían una "visión pesimista" sostenían que
- la debilidad de Estados Unidos desplomaría al mundo emergente.
Durante los últimos seis meses, el receso económico global ha parecido demostrar que
- los escépticos tenían razón.
Las economías emergentes flaqueaban y el desacoplamiento era ridículo, sin embargo, la idea quizás se descartó demasiado pronto. Aun cuando la producción de Estados Unidos siga siendo débil, hay señas de que algunas de las economías emergentes más grandes podrían ver una recuperación respetable.
China es la muestra A de este nuevo desacople:
- su economía se empezó a acelerar de nuevo en los primeros cuatro meses de este año.
- La inversión en capital fijo está creciendo a una velocidad no vista desde 2006 y
- el consumo se mantiene bien.
A pesar del debate por la precisión de las cifras del PIB de China, una mayoría de economistas está de acuerdo en que la producción crecerá más rápido de lo que parecía posible sólo hace unos meses. El crecimiento este año podría ser cercano al 8%.
Tal optimismo ha dado un impulso a los precios de los productos básicos, los que, a su vez, han iluminado el panorama para Brasil y otros exportadores de tales productos.
A pesar de eso, incluso los países con mejor rendimiento crecerán en forma más lenta que como lo hicieron entre 2004 y 2007. Ni tampoco la adaptabilidad va a ser universal:
- las economías endeudadas de Europa del Este sufrirán a medida que se reduzcan los bancos globales, y
- las economías emergentes entrelazadas con Estados Unidos, tal como México, seguirán recibiendo duros golpes. Como también los recibirán los países más pequeños, más dependientes del comercio.
El desacoplamiento 2.0 es un fenómeno más limitado, está confinado a algunas de las economías emergentes más grandes y menos endeudadas.
Esto se basa en dos hechos no apreciados lo suficiente:
- las principales economías emergentes no dependen tanto del gasto estadounidense como se cree comúnmente; y
- han resultado ser más capaces y estar más dispuestas a responder a las flaquezas económicas que muchos temían.
Aquellas como China o Brasil fueron golpeadas con fuerza a fines del año pasado no sólo, o incluso principalmente, porque la demanda estadounidense se fue a pique,
- más de la mitad de las exportaciones chinas van a otras economías emergentes, y
- China hace poco dio alcance a Estados Unidos como el mayor mercado exportador de Brasil.
Del mismo modo, se vieron fuertemente afectadas por
- el casi colapso de los mercados crediticios globales y
- la dramática liquidación de existencias de las empresas heridas.
Además, muchos países emergentes habían estado apretando enérgicamente la política monetaria con el fin de combatir la inflación exactamente antes de que los alcanzaran estos impactos.
El resultado fue que la demanda interna se desplomó al mismo tiempo que cayeron las exportaciones. No es una mala idea, después de todo, sin embargo,
- los impactos globales ahora están disminuyendo.
- Las empresas no pueden reducir radicalmente las existencias para siempre, y
- a medida que aminora el pánico de los inversionistas, los mercados crediticios están empezando a funcionar.
Esto no será suficiente para estimular una recuperación vibrante en Estados Unidos, donde las familias tienen que reconstruir penosamente sus estados de cuenta. Pero elimina una traba sobre las grandes economías emergentes; sobre todo porque sus gobiernos han aflojado considerablemente las riendas fiscales y monetarias.
El estímulo de China es el más espectacular, pero Brasil también ha podido bajar las tasas de interés e incrementar el gasto.
El activismo del gobierno ayuda a explicar
- por qué las grandes economías emergentes dignas de crédito se pueden recuperar en forma más rápida,
- pero no puede crear una adaptabilidad a largo plazo.
La recuperación de China sólo se sostendrá si la economía cambia más de la inversión auspiciada por el Estado al consumo privado. Eso requerirá de fuertes cambios estructurales, de obligar a las firmas estatales a pagar dividendos más suculentos a una red de seguro social más fuerte.
Otros países, principalmente India, tienen que calibrar sus finanzas de gobierno incluso con más cuidado.
La idea del desacople sigue con vida, pero eso no significa que una prosperidad sostenida en las grandes economías emergentes sea una conclusión sacada de antemano.
The Economist - "El Mercurio" - Sgo. de Chile - 23-May-2009
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