A 20 anos despues de la matanza.
El desafío nuclear coreano subraya que la solución de los problemas globales exige la cooperación china.
En tiempos de la guerra fría, en Occidente se bromeaba sobre el hecho de que la Unión Soviética era el único país donde el pasado, no el futuro, era imprevisible.
Cuando el jefe de la policía secreta, Laurenti Beria, fue detenido y ejecutado, se ordenó eliminar de la Enciclopedia soviética las páginas dedicadas al tenebroso personaje. Es decir, Beria nunca existió.
Y para que la enciclopedia no perdiera volumen, la autoridad incompetente ordenó que se ampliara sustancialmente la entrada correspondiente a Bering, el estrecho.
La práctica de reescribir el pasado no es patrimonio exclusivo de los regímenes totalitarios, pero China no ha perdido la mala costumbre.
Los dirigentes de Pekín tratan de borrar de la memoria colectiva toda referencia a "la matanza de Tiananmen", el 4 de junio de 1989.
Pekín nunca ha revelado cuántos manifestantes pro democracia murieron, aunque diversas fuentes establecen el número de víctimas entre dos mil y tres mil.
Dos décadas después, el silencio se ha roto con la publicacion de las memorias del líder reformista Zhao Ziyang, muerto hace cuatro años (Prisoner of the State: the secret journal of premier Zhao Ziyang).
Zhao, entonces secretario general del Partido Comunista, fue destituido por Deng Xiaoping, el líder indiscutido, por oponerse a que se emplearan los tanques para aplastar la protesta.
No sólo eso: Zhao fue acusado por el primer ministro, Li Peng, de apoyar la revuelta y dividir el partido.
Zhao se ha sacado la espina después de muerto. El dirigente chino, que vivió bajo arresto domiciliario hasta su muerte en enero del 2005, dejó grabadas más de treinta horas en las que explica su versión de lo sucedido en Tiananmen. Y no deja títere con cabeza.
Señala, con nombres y apellidos, quiénes decidieron imponer la ley marcial, iniciativa que califica de violación de la carta del Partido Comunista Chino, ya que la reunión debía haber sido presidida por el secretario general, pero este no fue informado de la convocatoria.
Zhao, primer ministro desde 1980 hasta 1987, es la prueba concluyente de que esto sucedió exactamente así, ya que entonces el secretario general era precisamente él.
En otro pasaje de las treinta cintas grabadas entre 1999 y el 2000, Zhao condena la razón oficial de lo sucedido.
Pekín insiste en que los manifestantes formaban parte de una conspiración anticomunista."En aquel momento dije que la mayoría de los manifestantes estaba pidiendo que corrigiéramos nuestros errores, no pretendía derribar nuestro sistema político", dejó grabado.
Las memorias de Zhao, que ahora han sido publicadas en Hong Kong, representan poco más que un incordio para las autoridades chinas.
Zhao contradice la versión oficial y aboga por una democracia de estilo occidental, pero Pekín, que continúa refiriéndose a la matanza de Tiananmen con un eufemismo,"el incidente del 4 de junio", esgrime que el progreso económico que ha conocido el país en los últimos veinte años demuestra que la decisión de enviar los tanques contra quienes pedían democracia fue acertada.
Y los dirigentes occidentales, con su realpolitik ante la superpotencia emergente, prefieren mirar hacia otro lado, como hizo el pasado febrero Hillary Clinton, secretaria de Estado, durante su visita a Pekín.
La razón parece simple. Estados Unidos y China se necesitan mutuamente. China quiere
- que el billón de dólares que ha invertido en deuda pública estadounidense mantenga su valor y
- que la economía de la superpotencia vuelva a levantar cabeza,
- ya que su bonanza depende en buena parte de que así suceda.
Y Washington necesita a Pekín para hacer frente a problemas que, como
-el cambio climático o la proliferación nuclear, son intratables sin la ayuda de China.
- El desafío nuclear de Corea del Norte exige que presione China, que es su gran aliado.
- En Birmania, donde la dictadura militar juzga sin garantías a Aung San Suu Kyi, Hillary Clinton ha admitido que las sanciones occidentales no hacen mella en el aliado de Pekín.- En Irán, el embrollo diplomático por el controvertido programa nuclear exige el concurso de China y Rusia.
- Y en África, la mano china abarca tanto como su estómago, hambriento de materias primas.
- El 10% del petróleo que consume el gigante asiático procede de Angola, Guinea Ecuatorial, Nigeria y Sudán;
- de Zambia y Congo obtiene cobre; y
- de Zimbabue y Sudáfrica, platino y cromo.
Y, como contrapartida, China exporta armamento a Zimbabue y Sudán.
Si Occidente quiere acabar con la tragedia de Darfur o poner fin a la tiranía de Robert Mugabe, necesita a China.
La matanza de Tiananmen sólo es historia.
Xavier Batalla - "La Vanguardia" - Barcelona - 30-May-2009
Veinte años después de la matanza
Las manifestaciones pro democracia que terminaron con la matanza de la plaza de Tiananmen, en Pekín, fueron el desafío más importante planteado a la RepúblicaPopular China desde el triunfo de la revolución maoísta, en 1949.
Las protestas de estudiantes e intelectuales comenzaron el 14 de abril de 1989, con el anuncio de la muerte del dirigente reformista Hu Yaobang. Y el momento cumbre de la protesta se alcanzó coincidiendo con la visita a Pekín del último líder soviético,Mijail Gorbachov, en un año en el que los regímenes comunistas europeos se derrumbaron.
El 4 de junio, los tanques entraron en Tiananmen. La versión oficial habló de 241 muertos; las asociaciones estudiantiles y la Cruz Roja, de entre dos mil y tres mil.
Veinte años despuésde la matanza de Tiananmen, la versión oficial ha sido desmentida por las memorias (Prisionero del Estado) edel ntonces secretario general del Partido Comunista Chino, Zhao Ziyang, que dejó grabadas treinta horas sobre lo ocurrido.
Zhao, fallecido en el 2005, fue destituido porque se opuso a que los tanques aplastaran las protestas.
Info - "La Vanguardia" - Barcelona - 30-May-2009
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