domingo, 15 de julio de 2012

La gran ilusión de Europa


Nada indica que la redención a través del sufrimiento dictada por Alemania vaya a funcionar


A lo largo de los últimos meses, he leído varias valoraciones optimistas sobre las perspectivas de Europa. Curiosamente, sin embargo, ninguna de estas valoraciones sostiene que la fórmula de redención a través del sufrimiento dictada por Alemania para Europa tenga alguna posibilidad de funcionar.
En lugar de eso,
- el motivo del optimismo es que
- el fracaso —en concreto, la ruptura de la zona euro—
- sería un desastre para todos, incluidos los alemanes, y
que al final esta perspectiva
- inducirá a los dirigentes europeos a hacer lo que haga falta para resolver la situación.
Espero que este argumento sea acertado. Pero cada vez que leo un artículo en línea con esto, me viene a la mente Norman Angell.
¿Quién? Allá por 1910, Angell publicó un famoso libro titulado The Great Illusion (La gran ilusión) que sostenía que la guerra se había quedado obsoleta.
El comercio y la industria, señalaba, no la explotación de los pueblos sometidos,
- eran las claves de la riqueza nacional,
de modo que los enormes costes de la conquista militar no podían reportar ningún beneficio.
Además, sostenía que
- la humanidad estaba empezando a apreciar esta realidad, que
- las “pasiones del patriotismo” estaban decayendo rápidamente.
No dijo exactamente que ya no habría más grandes guerras, pero sí que transmitió esa impresión.
- Todos sabemos lo que pasó después.
La cuestión es que
- la perspectiva del desastre, por evidente que sea,
- no es ninguna garantía de que los países vayan a hacer
- lo que hace falta para evitar ese desastre.
Y esto es especialmente cierto cuando el orgullo y
- los prejuicios hacen que los dirigentes no estén dispuestos
- a ver lo que debería ser obvio.
Lo que me lleva de nuevo a la extremadamente difícil situación económica de Europa.
Resulta un tanto chocante, incluso para aquellos de nosotros que hemos estado siguiendo la historia desde el principio, caer en la cuenta de que han pasado más de dos años desde que los dirigentes europeos se comprometieron con su actual estrategia económica,
- una estrategia basada en la idea de que la austeridad fiscal y la “devaluación interna” (esencialmente, bajadas de los salarios)
- resolverían los problemas de los países deudores.
En todo este tiempo,
- la estrategia no ha producido ninguna historia de éxito;
lo más que pueden hacer los defensores de la ortodoxia es señalar un par de pequeños países bálticos que han experimentado pequeñas recuperaciones parciales de sus depresiones económicas, pero que
- siguen siendo mucho más pobres de lo que lo eran antes de la crisis.
Mientras tanto,
- la crisis del euro se ha propagado y se ha extendido
- desde Grecia hasta las economías mucho más grandes de España e Italia, y
- Europa en general está entrando de nuevo claramente en recesión.
- Pero las recetas políticas provenientes de Berlín y Fráncfort apenas han cambiado.
Pero un momento, me dirán ustedes, ¿no ha generado algo de movimiento la cumbre de la semana pasada? Sí, así es. Alemania cedió un poco y aceptó unas condiciones de préstamo más beneficiosas para Italia y España (pero no la compra de bonos por parte del Banco Central Europeo) y un plan de rescate para la banca privada que realmente podría tener cierto sentido (aunque es difícil saberlo dada la falta de detalles).
Pero
- estas concesiones siguen siendo minúsculas comparadas con la escala de los problemas.
- ¿Qué haría falta para salvar realmente la moneda única de Europa?
La respuesta, casi con seguridad, tendría que abarcar tanto
- grandes compras de bonos del Estado por parte del BCE como
- la disposición manifiesta de este banco central a aceptar
- una tasa de inflación un poco más alta.
Incluso con estas políticas, una gran parte de Europa se enfrentaría a
- la perspectiva de años de paro muy elevado.
Pero al menos habría una senda de recuperación a la vista.
Sin embargo, es muy, muy difícil imaginar
- cómo podría producirse un cambio político así.
Una parte del problema radica en el hecho de que
- los políticos alemanes se han pasado los dos últimos años diciéndoles a los votantes
- algo que no es cierto; concretamente, que la crisis es culpa 
- de los Gobiernos irresponsables del sur de Europa.
En España —que es ahora el epicentro de la crisis— el Gobierno
- tenía en realidad poca deuda y superávits presupuestarios justo antes de la crisis;
- si el país está ahora en crisis, esto es consecuencia de una inmensa burbuja inmobiliaria que
- los bancos de toda Europa, entre ellos especialmente los alemanes, ayudaron a inflar.
Pero ahora,
- esa historia falsa se interpone en el camino de cualquier solución viable.
Pero los votantes mal informados no son el único problema; ni siquiera la opinión de la élite europea ha afrontado todavía la realidad. Si leemos los últimos informes de las instituciones “expertas” con sede en Europa, como el que publicó la semana pasada el Banco de Pagos Internacionales, tenemos la impresión de entrar en un universo paralelo,
- uno en el que ni las lecciones de la historia ni las leyes de la aritmética son válidas;
- un universo en el que la austeridad aún podría funcionar si la gente tuviese fe y
- en el que todo el mundo puede recortar el gasto al mismo tiempo sin provocar una depresión.
De modo que
- ¿Se salvará Europa a sí misma?
Hay muchísimo en juego y
- los líderes europeos no son, en general, ni malvados ni estúpidos.
Pero
- lo mismo podría haberse dicho, lo crean o no, de
- los dirigentes europeos en 1914.
- Solo podemos esperar que esta vez sea diferente.
Paul Krugman - El País - Madrid - 15-Jul-2012

Hollande, cercado por la crisis
- La caída del poder adquisitivo de las familias y

- las perspectivas de cierre masivo de empresas
- ponen un final abrupto al corto "periodo de gracia"
  presidencial

Amenazantes nubarrones políticos, económicos y sociales se ciernen sobre el Elíseo, a los 69 días de la elección de François Hollande, acosado precipitadamente por
- la pérdida del poder adquisitivo de las familias,
- una cascada de cierre de empresas y
- las denuncias de quienes critican su capitulación ante
  la austeridad y el abandono de las promesas electorales.
Abrió el fuego el Instituto Nacional de Estadísticas Económicas con una mala noticia:
- “El poder adquisitivo de las familias caerá fuertemente este año, como consecuencias de
- la subida de los impuestos,
- la escasa actividad económica y
- el incremento del paro”.
La CGT, sindicato mayoritario, dio un segundo aldabonazo: “Es de temer
- el cierre de más de 40.000 empresas el próximo otoño”.
Peugeot, el segundo gran constructor de automóviles, se apresuró a confirmar y matizar tal previsión, confirmando el cierre de su factoría de Aulnay-sous-Bois, suprimiendo más de 8.000 puestos de trabajo, en la periferia norte de París.
"Le Monde", por su parte, hizo este primer balance de la nueva política de austeridad:
- “Serán los funcionarios quienes paguen de la política
   de rigor”.
- “Rigor” es la palabra oficial para calificar
- los primeros pasos presupuestarios del primer gobierno
  Hollande:
- 7.200 millones de nuevos impuestos, este año;
- de 40.000 a 65.000 millones de euros de recortes
  e impuestos, para los próximos dieciocho meses.
Jean-Luc Mélenchon, líder del Frente de izquierda (Fdi, integrado por el PCF y varios grupúsculos de izquierda), ha sido el primero aliado en distanciarse del presidente Hollande:
- “El presidente está comenzando a abandonar sus promesas
  electorales,
- adoptando la política de austeridad impuesta por Angela
  Merkel”.
Dos meses después
Hollande había prometido que
- Francia no ratificaría el Pacto Presupuestario y Fiscal
  europeo
- adoptado por la zona euro, bajo impulsión alemana.
Angela Merkel aceptó incluir la promesa de consagrar 100.000 millones de euros, en toda Europa, para lanzar “programas de crecimiento”, en fecha y lugar todavía imprecisos.
Hollande se ha visto forzado a aceptar la ratificación del Pacto denunciado con mucho vigor hace apenas dos meses.
Antes de ser elegido, Hollande repitió en muchas ocasiones que
- “la austeridad no puede ser nuestro horizonte”.
- Dos meses más tarde, el presidente se ve forzado
  a intentar imponer un “rigor” que
- tiene todos los rostros de una agravación de la austeridad:
- pérdida del poder adquisitivo de las familias,
- recortes presupuestarios,
- subida masiva de impuestos,
con una metamorfosis radical de su personalidad:
- el presidente “normal” está hoy acosado por
- los enfrentamientos entre su compañera sentimental,
  Valérie Trierweiler, y
- la madre de sus cuatro hijos, Ségolène Royal, que
- sigue esperando ser ministra de su ex.
Pedro Quiñonero - ABC - Madrid - 15-Jul-2012

El misterio de la fortaleza del euro por fin se desvanece
El euro cayó esta semana a mínimos de dos años frente al dólar y tal vez la pregunta más pertinente sea ¿por qué se demoró tanto tiempo?


En realidad la fortaleza de la moneda única ha sido
- uno de los grandes rompecabezas de la era de crisis.
Pese a la creciente
- evidencia de sus mal fundados cimientos y
- sospecha de que simplemente no puede sobrevivir en 
  su forma actual,
- el euro se mantuvo firme.
Desde que la primera ola golpeó a Grecia en 2010, el cruce euro/dólar promedió US$1,35, nivel más de 10% superior a su media histórica, y
- se mantuvo persistentemente sobrevalorado.
Este es un proceso que solo ahora parece estar dando pie
atrás.
Y, no se olvide de que cuando el euro comenzó a desplomarse frente al dólar a comienzos de esta semana, no lo hizo debido a alguna nueva puñalada en la agonía de la deuda europea.
No, los inversionistas
- se sintieron decepcionados de que la Reserva Federal
  de Estados Unidos
- no pareciera tan inclinada a relajar su control monetario
  como esperaban.
En otras palabras, lo que estamos viendo ahora es
- tanto una historia de "fortaleza del dólar" como
- de "debilidad del euro".
El Índice del Dólar, que mide las negociaciones frente a todo,
- alcanzó el jueves un nuevo máximo de dos años.
Analistas de Bank of America Merrill Lynch creen que
- parte de la extraña resistencia del euro tuvo que ver con
- los bancos de la eurozona y su desapalancamiento.
Según su investigación, las entidades de financiamiento del bloque
- redujeron sus activos extranjeros (los que no están
  denominados en euros) en
- no menos de US$4 billones desde 2008.
La reducción de los cobros extranjeros en la zona euro en el mismo período fue de apenas US$0,4 billones.
"Incluso si algunos de esos cobros no se convirtieron de nuevo en euros, esas magnitudes son lo suficientemente grandes para
- sugerir un impacto positivo muy fuerte sobre el euro",
  escribieron.
Y, en ese sentido, este enorme flujo parecería explicar en gran medida
- la aparente inmunidad de la valuación de la moneda única
  a una crisis de la cual es la causa.
No obstante,
- el euro finalmente parece estar derrumbándose.
En los niveles actuales registra
- una caída del 17,3% frente al dólar
desde el momento más álgido de la era de crisis.
Ciertamente, los encargados de las proyecciones están poniéndose serios sobre la debilidad.
Nomura para empezar redujo sus estimaciones para el euro a
- US$1,15 hacia fin de año, lo que se compara con los
- US$1,23 anteriores.
Esa podría terminar siendo una visión optimista, en especial si la política monetaria en la eurozona se relaja más y más rápidamente que en Estados Unidos, como parece ahora.
El banco MIG ahora ve espacio para una caída a US$1,08.
Incluso una red de seguridad de US$4 billones puede cubrir solo hasta cierto punto
David Cottle - The Wall Street Journal - NYC - 14-Jul-2012


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