Hace un año, el etanol se ganó los corazones y las billeteras de Wall Street y Washington con sus promesas de
- independencia energética,
- menos gases de efecto invernadero e
- impulso al sector agrícola estadounidense.
Hoy, el combustible con base en el maíz está bajo fuego. En el lapso de una cosecha, el etanol ha pasado de panacea a paria a ojos de los críticos, que ahora lo acusan de inflar los precios de los granos y los alimentos. Además, dudan de sus ventajas ambientales, cuestionando incluso su rol en la reducción de la demanda de petróleo. - Un reciente estudio de la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica concluye que los biocombustibles "ofrecen una cura [para la dependencia del petróleo] que es peor que la enfermedad".
- Un estudio de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos afirma que el etanol podría poner bajo presión el suministro de agua.
- Y la Asociación Pulmonar de EE.UU. expresó su preocupación porque el etanol, al quemarse, produce más ozono que la gasolina. En octubre, un experto externo que asesora a las Naciones Unidas llamó al uso de cultivos para producir biocombustibles "un crimen contra la humanidad".
Las Naciones Unidas repudió el comentario. EE.UU. es el mayor productor y el mayor consumidor mundial de etanol, sometiendo la suerte de agricultores, pueblos rurales y compañías de etanol al desempeño del combustible.
El presidente George W. Bush lo ha convertido en la piedra angular de su política energética, diseñada para reducir la dependencia de EE.UU. del petróleo extranjero. Pero el antes próspero negocio ha entrado en un bache:
- se han reducido sus ganancias,
- se han cancelado planes para nuevas plantas y
- los precios de las acciones de las compañías ligadas al etanol están en sus puntos más bajos del último año. El precio del etanol alcanzó su techo de US$ 5 por galón (3,8 litros) en junio de 2006, de acuerdo al Servicio de Información de Precios del Petróleo. El precio fue bajando a medida que se saturaba el limitado mercado para gasolina mezclada con 10% de etanol. La nuevas plantas que entraron en funcionamiento incrementaron la oferta y los precios cayeron todavía más. Hoy, el etanol en EE.UU. cuesta solamente US$ 1,50 por galón. Los analistas esperan que la capacidad de producción de etanol continúe creciendo en EE.UU., alentada por el precio del petróleo y la esperanza de que el Congreso incremente la producción mínima. Algunos observadores creen que la reducción actual en las ganancias es parte de un remezón necesario que pondrá a los mejores productores en una posición de crecimiento. Muchas empresas también tratan de desarrollar el llamado etanol de celulosa, derivado de fuentes como pasto, basura o aserrín, lo cual podría aliviar la presión sobre las acciones y contrarrestar las críticas. Pero la mayoría de los observadores duda de que el etanol de celulosa esté ampliamente disponible por al menos cinco años. Criadores molestos Los problemas actuales del etanol tienen mucho que ver con su éxito pasado. A medida que las ganancias y la producción se incrementaron en 2005 y 2006, también lo hizo el precio del maíz, lo cual molestó a los empresarios ganaderos, los cuales consumen la mayor parte del maíz de EE.UU. Éstos, a su vez, se aliaron con las compañías de comida procesada, golpeadas por el aumento en el precio de los granos, y con las petroleras. "En esta pelea nosotros somos David", dice Bob Dinneen, principal lobbista de la industria del etanol. Dinneen dice que su industria se ha vuelto el chivo expiatorio para los incrementos en el precio de los alimentos, que responden a varios factores, como la demanda externa y los altos precios del petróleo. También culpa a la falta de una red de distribución en EE.UU. que haga más fácil a los consumidores obtener etanol. "Idea siniestra" Al mismo tiempo, otros países han comenzado a cuestionar las bondades del etanol.
- México lo culpó en parte por el aumento en el precio de las tortillas.
- China prohibió que las nuevas plantas de biocombustibles usen maíz y
- Malasia redujo sus mandatos de producción.
- El presidente cubano, Fidel Castro, afirmó que usar cultivos para hacer combustible es una "idea siniestra" que causará hambre entre los pobres del mundo. Esto llamó la atención del presidente venezolano, Hugo Chávez, quien se apoderó del suministro de granos de su país y declaró que el maíz solamente podía ser usado como alimento. Los altos precios del maíz también golpearon a los productores de etanol. La carrera por construir plantas cada vez más grandes, alentada por el dinero de Wall Street, contribuyó a lograr una capacidad de producción récord, que podría llegar a 12.000 millones de galones el año próximo. Pero como la demanda actual en EE.UU. está en torno a los 6500 millones de galones, es probable que el precio del etanol baje aún más.
Lauren Etter - "Wall Street Journal" para "La Nación" - Buenos Aires - 28-Nov-2007
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