No todavía. Pero el país asiático pronto lucirá peligrosamente insustancial, a menos que aquellos a cargo de las políticas permitan que el yuan suba.
¿Tiene el mundo una nueva economía de burbuja?
Un coro creciente de expertos en localizar "espumas" lo cree así. Su explicación es simple:
- Para respaldar la demanda, el gobierno de China ha creado enormes cantidades de crédito.
- Ese préstamo está llevando a una inflación de precios de activos insostenible,
- mientras que la inversión antieconómica está produciendo montones de capacidad excedentaria.
Como resultado, el estímulo de China será seguido inevitablemente por una quiebra más adelante.
Pocas cosas importan más para la economía global que si este argumento está en lo correcto.
Con Estados Unidos y otras economías en el mundo de habla inglesa debilitados por sus propias quiebras de activos, el ritmo del crecimiento global durante el próximo par de años dependerá fuertemente de China.
Una dolorosa caída de activos o un colapso bancario ahí retrasaría más el ritmo del crecimiento global.
Nadie duda que el crédito haya estado creciendo considerablemente en China.
El préstamo creció en un 34% en el año hasta agosto, más o menos 4 veces más rápido que el PIB nominal.
Sin embargo, los temores actuales son exagerados, por 4 razones principales.
- En primer lugar, ni los mercados accionarios ni inmobiliarios de China lucen peligrosamente sobrevalorados.
El múltiplo promedio de precios/ganancias, de 24, está muy por debajo del promedio a largo plazo de la nación.
Los precios de las propiedades están subiendo vigorosamente en Shanghai y otras ciudades, pero el crecimiento nacional precio-casa sólo se ha vuelto positivo.
- Segundo, aun cuando los precios de activos de China aumenten repentinamente y luego caigan, el daño será menos grave que en otras partes, porque los precios de casas y acciones de la nación asiática no han llevado a la excesiva petición de préstamos impulsada por deudas.
Sólo cerca de una cuarta parte de los propietarios de una casa de clase media tiene hipotecas y el crédito promedio al valor es menos del 50%.
- Tercero, aunque haya mucho campo para mejorar la eficiencia de la designación de capital en China, el aumento del préstamo tal vez no sea tan ineficiente como algunos temen. Mucho ha ido a parar a infraestructura, lo cual podría mejorar el índice de crecimiento de la productividad.
- Por último, las autoridades chinas han estado desde hace tiempo más preocupadas por el crecimiento excesivo del crédito y las burbujas de los precios de activos que varias de sus contrapartes occidentales.
Incluso ahora, los reguladores están ajustando las normas -exigiendo pagos iniciales más grandes por las segundas casas y un aprovisionamiento más alto de los bancos- mientras los políticos de Beijing prometen que las condiciones monetarias continuarán holgadas.
No obstante, aun cuando las preocupaciones inmediatas por una burbuja sean exageradas, hay riesgos a mediano plazo.
- La liquidez amplia,
- la inflación baja y
- el crecimiento firme
son los ingredientes perfectos para la inflación sostenida del precio de activos.
Y China carece de un instrumento antiburbuja esencial: la capacidad para subir las tasas de interés.
¿El yuan para hacer qué?
Para respaldar a sus exportadores, China mantuvo el yuan estable frente al dólar el año pasado, al ligar las condiciones monetarias del país con las de Estados Unidos. Hasta ahora eso ha importado poco.
La deflación interna significa que las tasas de interés reales de la nación asiática son las más altas de cualquiera gran economía.
Pero este acople monetario se va a volver cada vez más peligroso. La economía débil de Estados Unidos significa que es probable que sus condiciones monetarias permanezcan ultra holgadas por mucho más tiempo que lo que sería sensato para China.
Si se deja demasiado tiempo, el alineamiento monetario podría hinchar una burbuja de activos.
Del mismo modo que
- el reequilibrio de la economía de China
- necesita un yuan más firme,
- así también la habilidad para evitar burbujas requiere de uno más flexible.
La transición no será fácil. El espectro de un yuan más firme empeorará, al menos temporalmente, la efervescencia del precio de activos, a medida que el capital extranjero inunde al país anticipándose a una moneda más firme.
Pero esto indica que es preferible actuar rápidamente y con cuidado, más bien que no hacer nada.
Mientras más China persiga al dólar, más grandes serán las distorsiones y los riesgos de un ajuste de moneda.
Sin una política monetaria independiente la nación con el tiempo llegará a ser una economía de burbuja.
Para evitar ese destino, Beijing debe desatarse del yuan.
Un coro creciente de expertos en localizar "espumas" lo cree así. Su explicación es simple:
- Para respaldar la demanda, el gobierno de China ha creado enormes cantidades de crédito.
- Ese préstamo está llevando a una inflación de precios de activos insostenible,
- mientras que la inversión antieconómica está produciendo montones de capacidad excedentaria.
Como resultado, el estímulo de China será seguido inevitablemente por una quiebra más adelante.
Pocas cosas importan más para la economía global que si este argumento está en lo correcto.
Con Estados Unidos y otras economías en el mundo de habla inglesa debilitados por sus propias quiebras de activos, el ritmo del crecimiento global durante el próximo par de años dependerá fuertemente de China.
Una dolorosa caída de activos o un colapso bancario ahí retrasaría más el ritmo del crecimiento global.
Nadie duda que el crédito haya estado creciendo considerablemente en China.
El préstamo creció en un 34% en el año hasta agosto, más o menos 4 veces más rápido que el PIB nominal.
Sin embargo, los temores actuales son exagerados, por 4 razones principales.
- En primer lugar, ni los mercados accionarios ni inmobiliarios de China lucen peligrosamente sobrevalorados.
El múltiplo promedio de precios/ganancias, de 24, está muy por debajo del promedio a largo plazo de la nación.
Los precios de las propiedades están subiendo vigorosamente en Shanghai y otras ciudades, pero el crecimiento nacional precio-casa sólo se ha vuelto positivo.
- Segundo, aun cuando los precios de activos de China aumenten repentinamente y luego caigan, el daño será menos grave que en otras partes, porque los precios de casas y acciones de la nación asiática no han llevado a la excesiva petición de préstamos impulsada por deudas.
Sólo cerca de una cuarta parte de los propietarios de una casa de clase media tiene hipotecas y el crédito promedio al valor es menos del 50%.
- Tercero, aunque haya mucho campo para mejorar la eficiencia de la designación de capital en China, el aumento del préstamo tal vez no sea tan ineficiente como algunos temen. Mucho ha ido a parar a infraestructura, lo cual podría mejorar el índice de crecimiento de la productividad.
- Por último, las autoridades chinas han estado desde hace tiempo más preocupadas por el crecimiento excesivo del crédito y las burbujas de los precios de activos que varias de sus contrapartes occidentales.
Incluso ahora, los reguladores están ajustando las normas -exigiendo pagos iniciales más grandes por las segundas casas y un aprovisionamiento más alto de los bancos- mientras los políticos de Beijing prometen que las condiciones monetarias continuarán holgadas.
No obstante, aun cuando las preocupaciones inmediatas por una burbuja sean exageradas, hay riesgos a mediano plazo.
- La liquidez amplia,
- la inflación baja y
- el crecimiento firme
son los ingredientes perfectos para la inflación sostenida del precio de activos.
Y China carece de un instrumento antiburbuja esencial: la capacidad para subir las tasas de interés.
¿El yuan para hacer qué?
Para respaldar a sus exportadores, China mantuvo el yuan estable frente al dólar el año pasado, al ligar las condiciones monetarias del país con las de Estados Unidos. Hasta ahora eso ha importado poco.
La deflación interna significa que las tasas de interés reales de la nación asiática son las más altas de cualquiera gran economía.
Pero este acople monetario se va a volver cada vez más peligroso. La economía débil de Estados Unidos significa que es probable que sus condiciones monetarias permanezcan ultra holgadas por mucho más tiempo que lo que sería sensato para China.
Si se deja demasiado tiempo, el alineamiento monetario podría hinchar una burbuja de activos.
Del mismo modo que
- el reequilibrio de la economía de China
- necesita un yuan más firme,
- así también la habilidad para evitar burbujas requiere de uno más flexible.
La transición no será fácil. El espectro de un yuan más firme empeorará, al menos temporalmente, la efervescencia del precio de activos, a medida que el capital extranjero inunde al país anticipándose a una moneda más firme.
Pero esto indica que es preferible actuar rápidamente y con cuidado, más bien que no hacer nada.
Mientras más China persiga al dólar, más grandes serán las distorsiones y los riesgos de un ajuste de moneda.
Sin una política monetaria independiente la nación con el tiempo llegará a ser una economía de burbuja.
Para evitar ese destino, Beijing debe desatarse del yuan.
Información - "El Mercurio" - Sgo. de Chile - 14-Oct-2009
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