El eterno drama de los intentos de
Argentina por evadir a sus acreedores ha dado un sorprendente
giro.
El miércoles, se
informó en varios medios que
- el
Fondo Monetario Internacional podría abrir un caso ante
- la Corte
Suprema de Estados Unidos respaldando al país en su disputa con
los
acreedores.
Este es el
mismo FMI que, después de años de advertencias,
- emitió una
"declaración de censura" contra Argentina el pasado mes de febrero
- por
reportar cifras económicas falsas, tales como
- una tasa de
inflación 15 puntos porcentuales por debajo de la real.
A menos que
rectifique sus estadísticas, Argentina se arriesga a convertirse en el único
país desde 1954 en ser expulsado de la
organización.
La directora gerente del FMI, Christine
Lagarde,
- no ha
explicado por qué el fondo podría intervenir a favor de Argentina.
Pero hace varios
meses, un informe del FMI indicó que
- si se
obliga a Argentina a pagar,
- los
acreedores minoritarios tendrían demasiado poder en el
futuro para
-
determinar cómo se reestructuran las deudas soberanas tras una
cesación de pagos.
Sin embargo,
- la cesación
de pagos de US$100.000 millones de Argentina es
- completamente
atípica.
Por una parte,
- el país
tiene el dinero para pagar.
Por otra,
- cuando
tomó el dinero prestado en la década de los 90,
- Argentina
otorgó protecciones especiales a los prestamistas que
- otras
naciones en deuda usualmente no
extienden.
- El principio realmente
importante que
- debe ser
defendido en el caso argentino
- no tiene que ver con
- los
acreedores minoritarios y un gobierno holgazán.
En juego se encuentra
- el estatus de Nueva York como
- el principal destino de los países para
emitir bonos.
Cerca de
- US$420.000 millones en deuda soberana,
amparada bajo
- las leyes de Nueva
York, se encuentran en circulación
y
- este mercado no puede operar
tranquilamente a menos que
- los acreedores puedan hacer cumplir
los contratos.
Si Argentina
- se sale
con la suya y no paga a los acreedores, una consecuencia será que
- los
prestamistas en el futuro exigirán tasas más altas debido a que
-
están asumiendo más riesgos; otra podría ser que
- se
abstendrán de conceder
préstamos.
Esta sórdida historia
comenzó en 2001 con
- el incumplimiento de pagos más grande de la
historia.
Desde entonces,
muchos acreedores exasperados han llegado a acuerdos, pero otros, incluyendo países como
Alemania y prestamistas privados que van desde jubilados italianos
a fondos de cobertura estadounidenses,
- se han
rehusado, exigiendo que el país cumpla con sus promesas.
Sin embargo, la
presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner,
- ha
ignorado más de 100 órdenes judiciales de pagar y
-
plantó al panel de arbitraje del Banco Mundial.
Argentina,
- otrora el décimo país más rico del mundo
per cápita,
- se ha vuelto un renegado,
- pasando por alto la tradición y el derecho
internacional.
Recientemente, la
cuerda judicial comenzó a apretarse alrededor de su cuello.
El año pasado, una
corte federal de distrito de Nueva York falló a favor de los acreedores,
ordenando a Argentina que
- llegara a un acuerdo con todas las partes, no sólo
algunas.
Argentina
apeló, indicando a los jueces que
- no cumpliría con una decisión que no le
gustase.
Después de que una
corte de apelaciones mantuviera el fallo del tribunal de distrito, Argentina le
pidió a la Corte Suprema de EE.UU. que
- estudiara el caso, asegurando
que
- la Ley de
Inmunidad Soberana Extranjera de 1976 (FSIA) prohíbe
- que EE.UU.
ordene una transferencia de propiedad
argentina.
Este es el
acusado que el FMI, que tiene el mandato de mantener la estabilidad
del sistema monetario, comercial y crediticio de todo el mundo,
podría respaldar.
- El gobierno
estadounidense ha decidido lo contrario.
Después de una
reunión el 12 de julio con abogados de ambas partes, el Departamento de Justicia
indicó a los involucrados que
- no
presentaría un documento de amicus curiae,
- una
opinión voluntaria no solicitada de un tercero que
- no se juega nada en
el caso,
- para
respaldar la nueva apelación de
Argentina.
EE.UU. ha enviado
señales confusas en el pasado.
En 2011, el Departamento
del Tesoro anunció que debido a que Argentina ignoró las sentencias que la
obligaban a pagar a los acreedores, EE.UU. dejaría de votar en las
organizaciones internacionales a favor de nuevos préstamos para el país.
(El Reino Unido hizo
lo mismo a principios de este año). No obstante, el Departamento de Justicia
presentó un amicus curiae ante la corte federal de
apelaciones respaldando a Argentina en la batalla legal más reciente.
Una de
las preocupaciones de EE.UU. es que
- al
refrendar la decisión de la corte de distrito,
- el tribunal
de apelaciones podría "minar los sostenidos esfuerzos de EE.UU.
- para promover
resoluciones ordenadas a las crisis de deuda soberana".
Otro problema es que
- una
decisión a favor de los acreedores podría contradecir la
FSIA.
Sin embargo,
- al insistir
que Argentina cumpla la ley,
- EE.UU.
alentará la resolución de crisis de deuda
- dejándoles claro a los
deudores que
- no
pueden actuar con impunidad.
- La FSIA es irrelevante en este
caso.
Con
- su larga
historia de cesaciones de pagos,
- Argentina tuvo que dar a los
prestamistas
- incentivos importantes para poner en riesgo su dinero.
Entre estos se
destacan
- una exención de inmunidad soberana,
- un acuerdo para que las disputas
- se
dirimieran en las cortes de Nueva York y
- una cláusula conocida como pari passu
que exige que
- todos los acreedores sean tratados de la
misma manera.
Mientras tanto,
el FMI merece un Oscar de la Academia por su
cinismo.
Después del
incumplimiento de pagos de 2001, el fondo presionó a Argentina para que
resolviera sus deudas, incluyendo los miles de millones que le debe al propio
FMI.
Su presión se
alivió de repente a finales de 2005, cuando
- Argentina
le pagó su deuda hasta el último
centavo.
Si
- la junta
directiva del FMI
- se une a Argentina ante la Corte Suprema,
-
ignorando su tradicional política de
- neutralidad en las
disputas de deuda,
- enviará el
mensaje equivocado a otros países que
- podrían sentirse tentados
- a
evitar pagar sus
obligaciones.
James Glassman - The Wall Street Journal - NYC - 23-Jul-2013
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