En su visita a Brasil, Francisco ha definido
las grandes líneas de su pontificado
El papa
Francisco clausuró ayer en Río de Janeiro, con una
misa festiva ante tres millones de fieles, su primer viaje internacional, en el
que
- ha
dejado asentadas las grandes líneas de su pontificado.
No fue algo que
él planificara: la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud se programó en la etapa
de su antecesor, Benedicto XVI. Pero no ha podido haber una circunstancia más
oportuna para el primer papa latinoamericano que estrenar la agenda
internacional en su propio continente.
Latinoamérica
acoge hoy
- a 2 de
cada 5 católicos en el mundo, pero
- el
catolicismo pierde terreno frente a las iglesias evangélicas.
La región
experimenta un crecimiento económico sin precedentes, pero todavía está marcada
por profundas desigualdades. Y, salvo Cuba, ha dejado atrás las dictaduras, pero
- sus
democracias adolecen de serias debilidades
institucionales.
- Este
viaje, pues, era decisivo.
-
Francisco lo sabía y lo ha aprovechado al máximo.
En la semana
transcurrida en Río ha dejado claras sus prioridades
-
visitando un hospital de drogadependientes y una favela,
-
entrando en contacto directo con los más humildes y
-
escatimando el tiempo a las jerarquías políticas y religiosas.
- La
atención a los pobres y a los más desfavorecidos es
el eje de la doctrina de la Iglesia.
Pero
-
Bergoglio acompaña la letra con los actos.
- La
austeridad y la sencillez que ha impuesto al llegar a la Santa
Sede
- van con
él desde siempre.
Y las medidas
adoptadas para reformar
- la
curia, el Código Penal y la banca vaticana hacen presagiar vientos de
cambio.
De ahí que
- sus
mensajes despierten un interés que Francisco no suele defraudar.
- Y menos
que nunca en este viaje.
Su llamamiento
para
-
recuperar la ética, la compasión y la solidaridad ha
tenido muchos destinatarios,
más allá de los
cientos de miles de jóvenes de todo el mundo que viajaron a Río.
El Papa ha
instado a los ciudadanos a
- dejar
de lado la indiferencia y el conformismo e implicarse en los
asuntos públicos.
Ha apelado a
- la
responsabilidad social de gobernantes y empresarios, y
- ha
reivindicado la honestidad y el espíritu de sacrificio de la
política.
Ha
criticado a
-
una Iglesia distanciada y hermética, en la que
-
ni obispos mundanos ni sacerdotes politizados han logrado
sintonizar
-
con las necesidades de los fieles.
Y ha defendido
-
un Estado laico que acoja con respeto a todos los credos.
Son
muchos los desafíos que Francisco tiene por delante,
entre ellos las cuestiones de la ética sexual. Pero no cabe
duda de que
- estamos ante un papado innovador.
Editorial - El País - Madrid - 30-Jul-2013
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