"La derecha busca el LÍDER, que
tenga
- la sencillez y honestidad
del "Balsero del Niemen",
que como
Churchill,
- tenga claro que hay PRINCIPIOS Y
VALORES INTRANSABLES..."
Cuenta la historia que cuando
Napoleón se retira de Rusia, vencido por el invierno y el hambre, cruza en balsa
al río Niemen y le pregunta al balsero:
- ¿Han pasado ya
muchos desertores por este río?
- El balsero le
contesta: "No, su Majestad, usted es el
primero".
La pelotera en
la derecha me trajo a la memoria la anécdota anterior, y por eso
decidí compartir algunas historias, que sin tener ninguna relación entre ellas,
espero sirvan de inspiración a alguien que
- esté dispuesto a
recoger la antorcha de la
libertad.
Junio de 1940, el gabinete de guerra británico se enfrenta
a una encrucijada. Francia ha caído, su ejército
derrotado en Flandes ha sido evacuado.
Alemania ha pulverizado el equilibrio de
poderes y consolidado la pesadilla de la política exterior
británica desde el siglo XVI.
Hitler hegemoniza Europa, ha
neutralizado mediante un tratado a la
Rusia Comunista y sus enemigos de la primera guerra:
Italia y Japón ahora son sus aliados.
Estados Unidos permanece
impasible en su aislacionismo.
El Imperio Británico está
solo, todavía endeudado desde la primera guerra, y dentro del
gabinete británico hay voces lideradas por Lord
Halifax que exigen negociar con
Alemania.
Churchill tira una línea y
se niega a transar con los socialismos nazista y
fascista.
Recurre al pueblo,
- ofreciéndoles solo sangre, sudor y
lágrimas,
- lo invita a luchar, en las
playas, en la tierra, pero
- rendirse jamás.
En los siguientes 2 años, Inglaterra no conocerá
sino de derrotas, pero Churchill mantiene arriba el
ánimo, y casi con espíritu deportivo se despacha esa frase que lo haría famoso:
- "Los ingleses perdemos todas las batallas,
salvo la última".Quizás la arenga más
famosa de la historia pronunciada antes de una batalla
(Agincourt, en este caso) sea sólo una creación
literaria de Shakespeare.
En su obra "Enrique
V" nos cuenta el poeta que enfrentado a un enemigo mucho más
numeroso y falto de refuerzos, cuando Westmoreland,
primo del rey, le representa a Enrique lo exiguo de su número,
el Rey emociona con el discurso de
San Crispín:- "Nosotros pocos,
nosotros felizmente pocos, nosotros una banda de
hermanos.
- Porque el que hoy
derrame su sangre conmigo, será mi hermano; por vil que sea.
- Este día ennoblecerá
su condición: y los gentiles hombres que están ahora
en la cama en
Inglaterra,
- se considerarán
malditos por no haber estado aquí.
- Y tendrán su virilidad en poco
cuando hable alguno de los que lucharon con nosotros el día de San
Crispín".El desenlace es conocido:
triunfa el pueblo inglés con arco y flecha sobre la aristocrática caballería
francesa.La Copa
América es la competencia de yates más importante del mundo, nació
bajo el auspicio de la Corona británica, y desde su
primera edición, en 1851, y por 132 años, la
ganaron siempre los norteamericanos.
Hasta el fatídico
1983, en que triunfó John Bertrand en el Australia
II.
El timonel
derrotado era un famoso capitán de Estados Unidos llamado
Dennis Conner.
Una vez perdida la regata, se enfrenta
a la prensa indignada, y la primera pregunta es:
- "¿Qué se siente ser el
primer timonel norteamericano en más de un siglo en perder la copa América?"
Dennis
Conner hace una pausa, y responde:
- "Un orgullo inmenso de
tener el privilegio de ser el primer timonel norteamericano que la
recupere".
- Huelga decir que la
recuperaría en 1987.Entre las muchas celebraciones de
goles me gusta la de Cristiano Ronaldo.
Hace 3
gestos después de cada gol que expresan -en ese orden-:
- calma;
- yo estoy aquí;
- no hay de que preocuparse.La derecha anda en
busca del líder,
- que tenga la sencillez y
honestidad del balsero del Niemen;
- que como Churchill tenga
claro que hay valores y principios intransables;
- que, al igual que
Enrique V, no le importe estar en minoría si está con los que deben estar
y defendiendo lo
correcto;
- que tenga la garra y el
espíritu competitivo que mostró Dennis Conner
y, por sobre todo,
- que trasunte la calma y
seguridad del gran
Cristiano.
Gerardo Varela Alonso - El Mercurio - Sgo. de Chile - 18-Ene-2014
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