El empleo será la
prioridad de la nueva presidenta del Banco Central de Estados
Unidos
La sustituta de Bernanke forma parte de un grupo de economistas
progresistas
Promover
- el máximo empleo,
- la estabilidad de precios y
- un sistema financiero seguro y estable.
Esos
son los tres pilares sobre los que se sustenta la acción de la Reserva Federal.
Pero
para Janet
Yellen, hay un mandato que puede más:
- la
misión última del banco central es “servir a todos los ciudadanos”.
Por
eso, considera que la institución debe actuar en consecuencia, para
- asegurar que todo el mundo tiene la oportunidad de trabajar
duro y prosperar.
El
Senado de Estados Unidos ha aprobado el nombramiento de Yellen
(56 votos a favor, 26 en contra y18 abstenciones) como sustituta
de Bernanke al frente de la Reserva Federal.
A la
espera de su toma de posesión, que se producirá el próximo 31 de enero, el breve
discurso que dio Yellen aceptando la nominación a la presidencia de la Fed es
muy revelador sobre cuál es su prioridad. En este momento,
-
lo que más le preocupa son los estragos por los que siguen pasando
-
millones de familias de EE UU, seis años después de comenzar la Gran
Recesión.
“Hay gente
que no es capaz de encontrar un trabajo y preocupada por cómo pagar las facturas
y llegar a final de mes”, dijo ante Barack Obama.
Así
defiende que
-
se dé más peso a la creación de empleo si la inflación lo permite.
Es una
línea de pensamiento que coincide con la de otros economistas
progresistas de la escuela de Yale, que se distancia de la que
profesó Alan Greenspan, partidario de
dejar a los mercados hacer lo que quieran.
Y Ben Bernanke, otro conservador, no tuvo otra opción
que utilizar todo su conocimiento sobre la Gran Depresión para evitar una
hecatombe similar.
Yellen no
tiene secretos ni pasiones ocultas. Tampoco se le considera una ideóloga. Es una
observadora. Su opinión se basa puramente en hechos, y gracias a su apertura al
diálogo busca siempre soluciones en su entorno. Sin embargo, también se puede
decir que
-
se formó en la escuela de economistas que defiende
-
la intervención del Gobierno frente a los grandes problemas
que
afectan al país,
-
como el paro de larga duración.
Es el
intervencionismo que también profesa Joseph Stiglitz,
su antiguo profesor en Yale.
El Nobel
de Economía es también uno de sus más cercanos amigos. No ve los datos de empleo
y de paro como números en tablas estadísticas. Trata de entender el
coste humano que hay detrás de esas cifras. Por eso, en su
forma de pensar,
-
la acción de la Fed es necesaria, porque
-
el mercado laboral no es perfecto,
-
como tampoco el mercado financiero.
“¿Pueden las economías capitalistas operar
a pleno empleo en ausencia de una intervención rutinaria?”, se
preguntaba en 1999.
Respondió
con un no rotundo, a lo que añadió que
-
cualquier desviación de ese objetivo crea un “problema social”.
Es su
forma de decir que hay recetas políticas para responder a las grandes cuestiones
a las que se enfrenta la economía. Una filosofía opuesta a la de la
escuela de Chicago.
Yellen
sucedió a Stiglitz al frente del consejo de asesores económicos de la Casa
Blanca. Aunque el gran mentor de la presidenta de la Fed fue el economista
James Tobin,
uno de los principales seguidores de John Maynard Keynes.
uno de los principales seguidores de John Maynard Keynes.
El también
galardonado con el Nobel le convenció para estudiar en Yale, donde conoció
a Ted Truman, y fue el que le despertó el interés por
estudiar el impacto social del
desempleo.
Aunque
quizás el gran referente de Janet Yellen es George
Akerlof, que compartió el Nobel con Michael Spence y
Joseph Stiglitz.
Es
su marido. Le conoció en la Fed. Juntos formaron una de las parejas de
economistas más influyentes. Elaboraron un estudio en el que explicaban cómo los
empleados mal remunerados eran menos productivos. Cómo con el paro de larga
duración, eso supone una pérdida de recursos para la
economía.
Pero de
nuevo, intenta darle un giro a la teoría económica para entender el
coste humano.
Es esta
visceralidad hacia el problema del paro por lo que
-
no se espera que como presidenta de la Fed
-
vaya a estar cruzada de brazos, esperando a que problemas como
-
la desigualdad se resuelvan solos.
Pero pese
a su activismo, Yellen también es consciente de que
-
el estímulo artificial a la economía no es infinito y que prolongarlo puede
conllevar riesgos.
El
gran reto, por tanto, para Yellen como presidenta de la Fed, y la amenaza de
paso para el activismo de la vieja escuela de economistas de Yale, es que
- el intervencionismo masivo de los últimos cinco años
- se demuestre incapaz de sacar a la economía
- de esta especie de estancamiento permanente que sufre.
- Si eso sucede, su influencia en el debate interno dentro del
organismo y,
- por extensión, en Washington, se verá
limitada.
Sandro Pozzi - El País - Madrid - 6-Ene-2014
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