Son
el grupo oscuro y organizado que empuja las crecientes
protestas en el país hacia la violencia.
- Forman un grupo
relativamente pequeño.
- Son menos de 100 personas, pero
- cuando entran en una manifestación se multiplican, y
- como un huracán,
destruyen todo lo que encuentran a su paso.
Es la fuerza que los Black Blocs brasileños esconden tras
sus máscaras,
- la acción de jóvenes de
clase media baja que protestan contra
- la precarización del
Estado y
- los servicios
públicos,
según explica a ABC la
española Esther Solano, doctora en ciencias sociales
por la Complutense, y una de las principales estudiosas de este grupo en
Brasil.
- «La violencia para
ellos es como un grito.
- Ellos quieren provocar con
la única herramienta que tienen a su alcance»,
dice Solano sobre los Black
Bloc paulistas, a los que describe como
- muchachos de extracción
humilde, de 18 a 23 años,
- que estudiaron en escuelas
públicas y ahora
- asisten a universidades
privadas no muy buenas.
- La mayoría de ellos
- trabaja muchas horas,
- gana poco,
- se enfrenta a diario al
tráfico intenso y
- padece unos servicios públicos
deficientes.
Como ha ocurrido en Europa y Estados
Unidos
- contra grandes eventos capitalistas y
- en países emergentes contra
Gobiernos autoritarios,
- los Black Bloc
brasileños repiten las tácticas de los grupos antisistema:
- vestirse de
negro o de gris,
- usar máscaras
y
- enfrentar en
bloque a la Policía.
- Han sido identificados como
anarquistas y
- actúan horizontalmente y sin
líderes.
Los Black Bloc
brasileños son estos días
- objeto de análisis
entre los medios de comunicación e intelectuales,
- que admiten su dificultad
en comprenderlos.
Un importante especialista en violencia
entrevistado por ABC,
prefirió abstenerse de comentarios sobre
ellos.
Las acciones del
grupo, que alcanzaron su cénit la semana pasada con los estragos
causados en el centro de São
Paulo y de Río
de Janeiro, las principales ciudades del país, provocó la
respuesta más dura de las autoridades locales,
- preocupadas por que las
acciones de Black
Bloc puedan entorpecer
- la organización del Mundial de fútbol del verano que
viene.
Bruno Paes
Manso, periodista especializado en la cobertura de violencia de
«O Estado de São Paulo», ve diferencias entre
los Black Bloc de octubre y los que se destacaron
entre las manifestaciones de junio.
Los de junio eran
- estudiantes de la
prestigiosa Universidad de São Paulo (USP), de clase media,
- vinculados al Movimiento
Pase Libre (MPL) y con un objetivo claro,
- el de conseguir la
reducción de la tarifa de
ómnibus.
«Es una
chiquillada
- que vive en la
periferia, que tiene rabia hacia el Estado, hacia la
Policía.
- Es una segunda generación de
Black Blocs con una violencia que parece gratuita,
- lo que hace que pierdan
la popularidad»,
explica el periodista, que entrevistó a
algunos integrantes.
Según Paes
Manso, estos jóvenes
- aprendieron la táctica Black
Bloc con los militantes del MPL.
Polarización
Esther Solano es
una de las pocas intelectuales que ha tenido contacto directo con estos jóvenes
y muestra su preocupación con
- la forma en que los Black
Bloc brasileños están ganando espacio en los medios de
comunicación.
- «No son revolucionarios del
siglo XXI como los presentan sectores de izquierda ni
quieren serlo»,
dice la especialista que tampoco comparte
la visión que los incrimina como si fueran bandidos:
- «Se está hablando mucho de
ellos, pero hay poca gente que quiere entender que
- es un fenómeno
social que va a continuar».
Los jóvenes, que según la especialista,
forman un colectivo bastante organizado,
- tienen como objetivo
principal protestar contra el Mundial
2014,
- un evento que acapara
en los últimos tiempos las inversiones
gubernamentales.
La criminalización del
movimiento a través de una ley que prevé la
prisión para grupos a partir de cuatro personas reunidas y
de la ley de seguridad nacional, resucitada de la
dictadura,
- está retrayendo a los jóvenes de
dar declaraciones y entrevistas que los ayuden a explicarse, cuenta
Solano.
El tono más duro en las declaraciones de
las autoridades de los Gobiernos de São Paulo y de Río de Janeiro en las últimas
semanas y
- su advertencia de que
no habrá tolerancia alguna con los Black Bloc
- están creando una
polarización que preocupa a la
especialista.
- «Los dos juegan con la misma
herramienta, la violencia.
- La Policía tiene
legitimidad para usarla contra los Black Bloc, y ellos no.
- La ley de Seguridad Nacional
es una neurosis colectiva que puede
- estar creando una amenaza
aún mayor», advierte Solano.
Otra
preocupación de Solano es
- la dinámica que se ha
creado entre los Black Bloc de Río y São Paulo.
Unos se manifiestan en apoyo a los otros y
viceversa, lo que alimenta las acciones.
- «Ellos dicen que van a
seguir saliendo y no sé medir hasta que punto lo harán»,
dice la intelectual que le
augura una larga vida al
movimiento.
Verónica Goyzueta - ABC - Madrid - 16-Oct-2013
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