Uno se da cuenta de que las cosas andan
mal cuando los jefes de Wall Street tienen que viajar en
autobús.
Eso es lo que sucedió hace un par de semanas
cuando Lloyd
Blankfein,
presidente ejecutivo de Goldman
Sachs Group Inc.; James
Dimon,
presidente ejecutivo de J.P.
Morgan Chase &
Co.; y otros importantes banqueros se subieron a un bus
para un viaje a la Casa Blanca.
Su misión: advertirle al
presidente Barack
Obama sobre
- los riesgos del cierre
parcial del gobierno y
- la batalla sobre el
presupuesto.
Uno de los asistentes a la reunión me
describió su cambio de ánimo entre la ida y la vuelta:
- de ligeramente optimista
cuando se dirigía a la Casa Blanca
- a tremendamente preocupado
durante el regreso.
El episodio resume una crisis en la que
Wall Street y Washington han entablado un diálogo de sordos
conforme se acerca el plazo del jueves para elevar el límite de endeudamiento de
Estados Unidos.
El mayor malentendido ha sido la
idea, particularmente prominente en el Congreso, de que
- los mercados no están
preocupados respecto a las maniobras de Washington.
Esa percepción, a su vez, le quita
presión al Congreso y el gobierno para resolver el impasse sobre
el presupuesto.
- La realidad es mucho más compleja
y ofrece lecciones importantes,
- incluso si se alcanzara un acuerdo
de última hora.
Es verdad que los mercados de
acciones se han mantenido relativamente
calmados, dadas las circunstancias. Después de todo,
el Promedio Industrial Dow Jones ha subido
más de 3% desde el jueves. Ayer cerró 0,4% al
alza.
"¿Fin del mundo? Bah", es
como lo resumió Nicholas Colas, estratega jefe de
mercado de la corredora ConvergEx Group, en una nota a
sus clientes la semana pasada.
No obstante, a otros importantes activos
le ha ido mucho peor, en particular
- los bonos del Tesoro de EE.UU. a corto
plazo,
- las operaciones con pacto de recompra, o
repo, e incluso
- el
dólar.
Los mercados ni siquiera cuentan toda la historia.
Un vistazo tras las bambalinas de Wall Street muestra
- un sector financiero aún afligido
por los recientes vestigios de la crisis.
Prueba de esto es un informe confidencial preparado
por una importante institución financiera y compartido con banqueros centrales y
presidentes ejecutivos de bancos.
El documento, al que he
tenido acceso, analiza
- las potenciales ramificaciones en
el mercado de una "cesación de pagos técnica" de EE.UU.
Algunos políticos
han tratado de minimizar el impacto de tal evento,
- haciendo énfasis en su naturaleza
"técnica", en referencia a
- un incumplimiento debido a
la falta de voluntad del gobierno, en lugar de
- su incapacidad para pagar la
deuda.
El informe dice lo
contrario, al señalar que
- las consecuencias podrían ser
catastróficas.
- La pieza clave del engranaje, y
la que podría desatar el caos, es
- el papel que desempeñan
los bonos del Tesoro de EE.UU.
- como conductos de
liquidez para todo el sistema.
En pocas palabras,
- una cesación de pagos —o incluso algo
cercano— podría socavar
- la confianza de los
inversionistas en que EE.UU. siempre cumple con sus
obligaciones.
El impacto más directo sería
- una venta generalizada de deuda
del Tesoro a corto plazo,
- con efectos sobre el mercado de
valores y el dólar.
- Un default real aumentaría el
número y los tipos de bonos evitados
por los inversionistas.
Para hacerse una idea,
- había alrededor de US$1,5 billones
(millones de millones) de bonos del Tesoro a corto plazo
- en circulación al final del
segundo trimestre, o
- casi tres veces la deuda de
Lehman Brothers Holdings Inc. en 2008.
- Cualquier trastorno en el mercado
perjudicaría a todos.
- El efecto secundario de coquetear
con un default sería igual de importante.
Según el informe,
- cuanto más se prolongue la disputa por el
tope de la deuda,
- mayor será el riesgo de que los
inversionistas
- cuestionen el valor de los
bonos soberanos estadounidenses como
garantía.
No se trata de un asunto
trivial.
La deuda del Tesoro es
- la
garantía tanto en el mercado de "repos bilaterales" de
US$2,6 billones como
- en las operaciones de "repos
tripartitos" de US$1,8 billones.
- Ambos son pilares de
- la financiación de corto plazo
de los bancos y
- la capacidad de canalizar
dinero a la economía.
- La deuda del gobierno de EE.UU. también se
usa ampliamente en
- el gigantesco mercado de
derivados.
El colapso de Lehman mostró
lo que sucede cuando
- los mercados de derivados y repos
pierden la fe en la garantía.
- Las transacciones
financieras y el comercio mundial se paralizan porque
- las partes pierden la
confianza en el otro.
Sin dudas, el impacto de cualquier situación como
esta podría ser amortiguado por medidas de rescate. Los operadores y los
banqueros señalan que la Reserva Federal podría aliviar la falta de liquidez
interviniendo en los mercados de repos o incluso comprando bonos del Tesoro
impagos.
No obstante, se trata más de una esperanza
que de una convicción.
El banco central de EE.UU. ha indicado su
negativa a intervenir.
El mensaje de Wall Street a
Washington es claro:
- a menos que haya un acuerdo duradero,
- todos emprenderemos un viaje en bus
- sólo de ida a un lugar "aterrador".
Francisco Guerrera - The Wall Street Journal - NYC - 14-Oct-2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario