El total es de 107.615.
En este siglo se han invertido
70.000 millones de euros para instalar 55.000 MW, la mayoría en centrales de
gas, parques eólicos y plantas solares
Nuestro
país ha tenido en la democracia cuatro planes energéticos
nacionales (PEN), el último de los cuales se redactó para el
periodo 1991-2000.
En todos
ellos ha primado la ideología del gobierno de turno, ingnorándose los debates
que podían dar lugar a estrategias energéticas racionales. Este desorden se ha
hecho más patente a lo largo de este siglo, con millonarias inversiones
de dudosa utilidad, costosas subvenciones, frecuentes y sorprendentes cambios de
regulación y tarifas que se fijaban en el Consejo de Ministros y que
son actualmente las terceras más caras de la
UE.
El ejemplo
más claro de esta falta de planificación energética es
-
la desmesurada potencia instalada para la producción de electricidad.
Al cierre
de 2012
-
había 107.615 megavatios (MW) en todo el país,
-
casi el doble de la existente en 2000 (55.563 MW) y,
lo que es
más incongruente, supone
-
el doble de la potencia que se necesita, ya que
-
la demanda máxima registrada el año pasado fue de 43.527
MW.
Incluso,
el récord histórico, fijado en 2007, está en 45.450
MW.
El
problema es que como la electricidad no se puede guardar en un depósito como
sucede con otras energías, sólo se produce lo que se necesita en cada instante,
según las previsiones y el control que realiza ejemplarmente Red Eléctrica
(REE).
A este
dislate se llegó tras la apuesta de los gobiernos de Aznar por
-
las centrales de ciclo combinado de gas (utilizan ese combustible para
producir electricidad) y
- por la eólica y,
sobre
todo, por la obcecación de los ejecutivos
de Rodríguez Zapatero con
-
las energías renovables o régimen especial (hidráulica, eólica, solar,
biomasa y
cogeneración)
-
sin reparar en costes.
El
resultado,
-
inversiones de 70.000 millones de euros en poco más de 10 años para instalar
-
casi 55.000 MW de potencia nueva,
- 27.144 MW de ciclos combinados de gas,
- 23.147 MW eólicos y
- 4.200 MW de fotovoltaica.
Brusca caída de la
demanda
A todo
esto se sumó la brusca caída de la demanda eléctrica,
situándola en niveles de 2006.
El
descenso en 2013 es, hasta septiembre, del 2,9%, el mayor desde 2009, y sumamos
ya 25 meses consecutivos con bajadas.
Curiosamente, ese descenso del consumo no ha sido óbice
para que el año pasado
-
se instalaran 3.080 MW más de potencia de energías renovables y que
-
sólo se dieran de baja 2 centrales de carbón y otra
de fuel que
sumaban 686 MW.
Y en 2011
-
se instalaron otros 2.417 MW, de los que 2.382 MW eran
renovables.
La crisis
y el consiguiente menor consumo rompió las previsiones del sector, acostumbrado
a crecimientos anuales de la demanda del 6% en la década de los
90, incrementos propios de países subdesarrollados.
De hecho,
en 2000 y 2001 el sistema eléctrico español estuvo a punto de saltar por los
aires porque era incapaz de digerir ese espectacular incremento del consumo
propiciado por el aumento del nivel de vida y, sobre todo, por «el boom»
urbanístico.
El peligro
de que se produjera un gran apagón en la península –en Levante y Cataluña
estuvieron muy cerca– hizo que se acelerara la construcción de nuevas
centrales de generación eléctrica, especialmente las de
ciclo combinado y los parques eólicos.
Sistema seguro, pero muy
caro
- «Tenemos un sistema energético
fuerte, seguro y diversificado, pero muy caro»,
explicó esta misma semana el secretario de
Estado de Energía, Alberto Nadal.
«Y eso que en 2003 los precios en nuestro
país estaban en la media baja de la UE.
- ¿Qué ha pasado entonces?,
- pues que ha habido graves errores
en la política energética entre 2003 y 2011», apuntó.
Nadal añadió que «se ha querido cambiar el
mix energético desde el BOE».
El secretario de Estado recordó que
-
entre 2007 y 2008 se construyeron en España
-
el 75% de las instalaciones fotovoltaicas que hay,
«con un coste elevadísimo; de hecho, otros
países aprendieron a hacer placas solares caras
que instalaron aquí».
Otro ejemplo:
-
el 70% de las instalaciones termosolares del mundo, una de las más
costosas,
- está en España.
En la misma línea se expresó el presidente
de Iberdrola, Ignacio Galán, quien dijo que
-
si se suspendiera la producción de energía solar
- la factura de la luz «podría bajar en
más de un 10%».
Javier González Navarro - ABC - Madrid - 21-Oct-2013
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