Una
mañana a fines de septiembre, Christine Lagarde, la directora gerente
del Fondo Monetario Internacional, compartía el escenario con el ex presidente
de Estados Unidos Bill Clinton, el vocalista del grupo de rock U2,
Bono, y la directora general de operaciones de Facebook, Sheryl
Sandberg, entre otras
personalidades.
Con un vestido blanco
y una bufanda naranja que realzaban su bronceado, Lagarde hablaba en la
Clinton Global Initiative en Manhattan.
Lucía como si
estuviera recostada tranquilamente en la cubierta de un yate en el
Mediterráneo.
Uno de los temas a
tratar fue
- la
sub-representación de las mujeres en el trabajo,
sobre el cual el FMI
acaba de publicar su primer estudio.
Lagarde, de 57 años,
indicó que
- entre 70% y
80% de las decisiones de consumo en la mayoría de los países
-
corresponden a mujeres.
También destacó el
papel que jugaron las mujeres en sacar a Islandia de la recesión. Cuando su
economía colapsó "los bancos, los fondos, el gobierno —todo quedó en manos de
mujeres", señaló.
-
"Entonces cuando hay problemas, entran las
mujeres.
- Pero
cuando se resuelve el problema,
- las mujeres tienen que seguir
ahí",
añadió, soltando una
risa.
De regreso en el
Carlyle Hotel, donde se alojaba junto a una serie de dignatarios que asistían a
la Asamblea General de las Naciones Unidas, habló sobre
- los
obstáculos para que más mujeres trabajen:
- educación,
acceso y, en algunos países, seguridad.
La pregunta es
cómo superarlos:
- algunos
creen que es un problema de iniciativa individual,
- otros lo
consideran un asunto colectivo y sistémico.
Lagarde, la primera
mujer en dirigir el FMI, espera reconciliar ambas posturas.
- "Es tanto
una responsabilidad colectiva, donde la sociedad debe unirse,… [y]
- una
responsabilidad individual", indicó.
- "He hecho
cosas y he decidido que mi destino no solamente dependía de
otra
gente".
El
estudio del FMI fue un tópico inusual para la organización. "No
creo que jamás hayamos tenido un estudio que se enfoque en las mujeres", sostuvo
Lagarde.
El trabajo muestra
- el bajo
grado de representación de las mujeres en la economía mundial y
- cómo
sus contribuciones a menudo son ignoradas en lugares como Medio Oriente
y
Japón.
También incluye
algunos casos de éxito, desde Brasil hasta Holanda, y explica
cómo
- la
incorporación de las mujeres a la fuerza laboral puede elevar el PIB
de
algunos países.
"Yo también fui
afortunada al operar en sociedades razonablemente protegidas cuando se trata de
mujeres, ya sea Francia o Estados Unidos", aseveró.
"Hay barreras
y discriminaciones, pero no es nada comparado con la lucha" de las
mujeres en Pakistán, India u otras partes de Asia.
En cuanto al
ímpetu del estudio del FMI, Lagarde reconoció que,
- "efectivamente les di un pequeño
empujón".
Lagarde también ha
sido insistente a la hora de difundir sus opiniones en otros temas. Criticó la
evasión tributaria en Grecia en un momento en que la mayor parte de la comunidad
internacional se compadecía del país.
Aunque también estaba preocupada, "tienes
que respetar el contrato social y debes cumplir las reglas"
explica.
Lagarde afirma que el
respeto por la responsabilidad vino de su infancia cerca de Le Havre, en
Francia.
-"Ciertamente, mis padres tenían esa ética laboral", asegura.
- Educada en
el catolicismo, fue girl scout y practicó nado sincronizado
- antes de ingresar a la
universidad en París.
La natación le enseñó
mucho, afirma. "Cuando comienzas a competir en serio, debes cumplir con la
disciplina, con la rutina, con aburridas vueltas tras vueltas de natación para
mejorar tu fortaleza y tu velocidad y tu cuerpo",
manifiesta.
Antes de asistir a la
universidad, estudió un año en EE.UU. en una beca, mientras que al mismo tiempo
realizaba una pasantía en la oficina del representante William Cohen durante las
audiencias del caso Watergate.
Ingresó en 1981 a la
oficina en París de la firma internacional de abogados Baker &
McKenzie y pasó muchos años trabajando en sus sucursales
internacionales. Ascendió hasta convertirse en la primera presidenta de
la firma.
Lagarde se ha sentido
cómoda en entornos dominados por varones desde temprana edad. Creció con tres
hermanos y fue una de las tres estudiantes mujeres en la escuela donde enseñaba
su padre, y que solía ser sólo para hombres. (Ahora está divorciada y tiene dos
hijos)
"Estuve
rodeada por grandes modelos", señala, un grupo que incluye a su
abuela, su madre y una socia gerente en Baker &
McKenzie.
El liderazgo del
Grupo de las 20 naciones, al menos, está mejorando su
proporción entre hombres y mujeres. "El hecho que tengas más mujeres en
ese grupo —cerca de 20% de ellas ahora— tomando la palabra, expresando
sus opiniones,
- usando un lenguaje diferente del que emplean los hombres"
- es una mejoría
Menciona a la
presidenta brasileña Dilma Rousseff, quien dijo en una
reciente discusión que
- se sentía "emocionada" a la hora de tomar algunas
decisiones.
"No estoy segura que
ese tipo de palabras y el otro lado de uno hubieran sido mencionados por un jefe
de estado masculino", señala.
- "Creo que
es bueno porque…
- se
necesitan las dos mitades de la humanidad para mirar las
cosas".
No obstante, Lagarde
no se siente cómoda usando el término feminista.
"En
los 60, se asociaba a un elemento de amenaza contra los hombres", dice, "y creo
que sólo se puede avanzar si ese movimiento es inclusivo y junta a los hombres
con las mujeres".
En cuanto a sus
aspiraciones, Lagarde niega que alguna vez haya pretendido ser presidenta de
Francia, un cargo en el cual algunos la han proyectado. "No, soy muy afortunada"
en mi rol actual, sostiene.
Como presidenta,
-"¿Podría alguna vez encargar un estudio sobre mujeres en el trabajo y
- movilizar la inteligencia de todas estas grandes personas"? pregunta.
- "No, no, no,
estoy bien, absolutamente bien".
Alexandra Wolfe - The Wall Street Journal - NYC - 13-Oct-2013
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