Ninguna
ley ha supuesto un mayor abuso de-
los derechos de la mujer y
- el derecho a la intimidad de la persona que
- la política del hijo único para controlar el crecimiento de la población
en China
En la historia de la República Popular
- no ha habido una orden más difícil de cumplir que
- la que ha obligado a cientos de millones de familias a tener un solo hijo.
Ninguna ley ha supuesto
- un mayor abuso de los derechos de la mujer y
- del derecho a la intimidad de la persona que
- esa política impuesta en 1979 en aras de
- controlar el crecimiento de la población.
Entonces, el 80% de los 1.000 millones de habitantes de China eran campesinos, por cuyas venas corrían las enseñanzas de Confucio, que
- basan el orden social en el orden familiar.
Para ellos era inconcebible que
- les prohibiesen su principio más básico:
- tener hijos para
- asegurar su vejez y
- el futuro de la patria.
En la ciudad, donde está menos enraizada la costumbre de que las hijas al casarse pasen a integrarse en la familia del marido y prácticamente rompan los lazos con la propia, las dificultades económicas facilitaron el trago amargo que supuso aceptar un solo hijo, pero
- en el campo se necesitaron medidas coercitivas extraordinarias.
El celo de las encargadas de la planificación familiar llegó a extremos tales como
- revisar de manera ocular si las mujeres tenían la menstruación en las fechas que
les correspondían,
- practicarles reconocimientos vaginales para comprobar que no estaban embarazadas o
- forzarlas a abortar.
El Gobierno autorizó un segundo embarazo a las campesinas que dieran a luz una niña en el primero.
Millones de mujeres vivieron con pánico su gestación ante
- la posibilidad de que volvieran a tener una hija.
Muchas se escondieron o huyeron hasta que nació el bebé y pudieron regresar con el varón en los brazos u ocultando a la niña para poder embarazarse otra vez.
- Si Mao Zedong reconoció a las mujeres la mitad del cielo que les correspondía,
- la política del hijo único encerró a millones de chinas en el infierno y
- otras muchas nunca nacieron.
- El feticidio femenino se multiplicó hasta el punto de que
- desde finales del pasado siglo están prohibidas las ecografías para conocer el sexo, y
- más de un médico que se enriqueció violando esta norma y practicando abortos clandestinos
de niñas fue condenado a la pena capital.
Pese a ello, hoy hay en China
- 25 millones de solteros que nunca podrán encontrar esposa.
La política del hijo único también somete a las mujeres a una enorme presión y tiene una incidencia negativa en la integración de estas en la sociedad.
Sufren en especial las profesionales y trabajadoras urbanas por la enorme competitividad de la educación en las ciudades, lo que lleva a muchas a renunciar total o parcialmente a su trabajo para dedicarse a reforzar las tareas escolares de su pequeño emperador o emperatriz.
Esto, según la Federación de Mujeres de China, es una de las causas de
- el “significativo retroceso en los índices de igualdad de la mujer”
que en los últimos años enfrenta el país.
Además, este control contra natura ha sumido la sociedad china en
- un profundo desconcierto que se ha llevado por delante muchos de sus valores.
Ahora muchos padres contemplan horrorizados el futuro ante la realidad de que a su único descendiente no le interesa tener el vástago o los vástagos que el Gobierno le autoriza
Georgina Higueras - El País - Madrid - 16-Nov-2013
- el derecho a la intimidad de la persona que
- la política del hijo único para controlar el crecimiento de la población
en China
En la historia de la República Popular
- no ha habido una orden más difícil de cumplir que
- la que ha obligado a cientos de millones de familias a tener un solo hijo.
Ninguna ley ha supuesto
- un mayor abuso de los derechos de la mujer y
- del derecho a la intimidad de la persona que
- esa política impuesta en 1979 en aras de
- controlar el crecimiento de la población.
Entonces, el 80% de los 1.000 millones de habitantes de China eran campesinos, por cuyas venas corrían las enseñanzas de Confucio, que
- basan el orden social en el orden familiar.
Para ellos era inconcebible que
- les prohibiesen su principio más básico:
- tener hijos para
- asegurar su vejez y
- el futuro de la patria.
En la ciudad, donde está menos enraizada la costumbre de que las hijas al casarse pasen a integrarse en la familia del marido y prácticamente rompan los lazos con la propia, las dificultades económicas facilitaron el trago amargo que supuso aceptar un solo hijo, pero
- en el campo se necesitaron medidas coercitivas extraordinarias.
El celo de las encargadas de la planificación familiar llegó a extremos tales como
- revisar de manera ocular si las mujeres tenían la menstruación en las fechas que
les correspondían,
- practicarles reconocimientos vaginales para comprobar que no estaban embarazadas o
- forzarlas a abortar.
El Gobierno autorizó un segundo embarazo a las campesinas que dieran a luz una niña en el primero.
Millones de mujeres vivieron con pánico su gestación ante
- la posibilidad de que volvieran a tener una hija.
Muchas se escondieron o huyeron hasta que nació el bebé y pudieron regresar con el varón en los brazos u ocultando a la niña para poder embarazarse otra vez.
- Si Mao Zedong reconoció a las mujeres la mitad del cielo que les correspondía,
- la política del hijo único encerró a millones de chinas en el infierno y
- otras muchas nunca nacieron.
- El feticidio femenino se multiplicó hasta el punto de que
- desde finales del pasado siglo están prohibidas las ecografías para conocer el sexo, y
- más de un médico que se enriqueció violando esta norma y practicando abortos clandestinos
de niñas fue condenado a la pena capital.
Pese a ello, hoy hay en China
- 25 millones de solteros que nunca podrán encontrar esposa.
La política del hijo único también somete a las mujeres a una enorme presión y tiene una incidencia negativa en la integración de estas en la sociedad.
Sufren en especial las profesionales y trabajadoras urbanas por la enorme competitividad de la educación en las ciudades, lo que lleva a muchas a renunciar total o parcialmente a su trabajo para dedicarse a reforzar las tareas escolares de su pequeño emperador o emperatriz.
Esto, según la Federación de Mujeres de China, es una de las causas de
- el “significativo retroceso en los índices de igualdad de la mujer”
que en los últimos años enfrenta el país.
Además, este control contra natura ha sumido la sociedad china en
- un profundo desconcierto que se ha llevado por delante muchos de sus valores.
Ahora muchos padres contemplan horrorizados el futuro ante la realidad de que a su único descendiente no le interesa tener el vástago o los vástagos que el Gobierno le autoriza
No hay comentarios:
Publicar un comentario