domingo, 10 de noviembre de 2013

Por qué los alemanes son como son


Analistas germanos aceptan que el actual predominio de Berlín es malo para la UE, pero afirman que España sobreestima el poder de Merkel
 
«Alemania se muere».
No lo dice un germanófobo británico o francés sino el economista que se encarga de la prospección en el Instituto Alemán de Investigación (DIW), uno de los think-tanks más prestigiosos de Berlín.
Dirk Ulbricht no entiende por qué
- Europa considera un ejemplo a su país, ni por qué
- dirige su mirada hacia él en busca de salvación cuando, argumenta,
- se precipita a un callejón sin salida como consecuencia de su declive demográfico.
«Alemania es vieja.
Tenemos cada vez más personas mayores. Como consecuencia,
- la riqueza que se genera se destina más y más al ahorro en lugar de ir a la inversión.
- Carreteras y puentes se encuentran en un estado miserable.
- Se dedican pocos recursos a educación.
- Aumentan a la par el conservadurismo y el miedo a innovar.
- Crece la desigualdad.
- El modelo alemán no es recomendable para nadie», afirma.
Ulbricht es uno de los ponentes reunidos por la Academia Europea de Berlín (EAB) en el CIDOB barcelonés para intentar explicar a una audiencia española por qué los alemanes son como son.
No es el único que se muestra sorprendido por la importancia que ha adquirido su país para el resto de la Unión.
Las intervenciones reflejan a partes iguales la preocupación que existe por el miedo que despierta el poderío germano y
- la perplejidad por la capacidad que se le atribuye a Alemania para
- solucionar los problemas de la UE cuando tiene tantos sin resolver en casa.
«Los alemanes no querían el euro. Al contrario: preferían seguir con el marco, que consideraban parte de su identidad.
Kohl llevó al país a la moneda única en contra de la mayoría para que los otros socios de la UE no nos viesen tan dominantes», comenta el director de la EAB, Eckart D. Stratenschulte.
A su juicio, Alemania no busca el liderazgo porque sabe que, si lo hiciese, todo el mundo se pondría en su contra. «Sabemos que
- estamos mejor dentro de la familia europea y que, a largo plazo,
- el actual predominio alemán no es bueno para la UE ni para Alemania», asegura.
 
El poder de la Canciller
Tres son las ideas que transmiten los conferenciantes.
La primera es que
- Merkel no es tan poderosa dentro como se la pinta fuera y
- que no existe el riesgo de que un día, al despertarse, se comporte como si
- el Kaiser se hubiera reencarnado en ella.
Se lo impide una trama de poderes que se vigilan unos a otros y que la obligan a pactar continuamente.
«Aunque hemos superado la fase de los estereotipos y ya se hacen análisis más profundos, en España se sobreestima el poder que tiene la canciller y se ignora que está muy acotada por su propio partido, el socio de coalición, los Estados federados, el Senado, el Bundesbank y el Tribunal Constitucional», afirma el director de la Fiedrich-Ebert-Stiftung en Madrid, Lothar Witte.
«No se puede tener miedo de que Alemania sepa antes que los demás lo que quiere porque lo impide la complejidad de su proceso de toma de decisiones», abunda en el asunto el jefe para la Unidad de Asuntos Europeos de Renania-Westfalia, Bend Müller.
- «Ese sistema está hecho adrede para evitar que volvamos a ser muy poderosos y
- no hay la menor intención de cambiarlo», remacha.
La segunda idea es que
- «Alemania tiene miedo a que todo explote»,
por utilizar las palabras de Strastenschulte.
Este es el motivo, sostiene, por el que solo trabaja con un escenario:
- garantizar la supervivencia de la eurozona con todos los socios que ahora están dentro
- a condición de que hagan sostenibles sus cuentas.
«Volver a destramar las ciudades entre Alemania y Francia es inimaginable. Sería una bomba de relojería», afirma el todavía ministro de Estado para Europa del Gobierno federal, Michael George Link.
En su opinión,
- estamos en el primer cuarto de hora de la nueva historia europea.
- «Dentro de 30 años se verá el período que va del 2010 al 2020 como
- el momento en que se forjó la Unión definitiva.
- Estamos en la fase de decidir
   - si la UE es un discurso que se recita los domingos o
   - si aguanta el choque con la realidad».
 
Polarización
La tercera idea es que
- no existe un abismo insalvable entre Alemania y España y que
- los habitantes de ambos países se ven aún con buenos ojos:
los españoles recuerdan que Alemania los ayudó a entrar en Europa cuando otros ponían dificultades y los alemanes no olvidan que España apoyo la reunificación.
- «El problema para España es la corrupción de las élites», explica Witte.
- «Tampoco entendemos la polarización»,
añade la expresidenta del comité presupuestario del Bundestag, Petra Evelyne Merkel,
- sorprendida porque los políticos españoles que conoció
- desperdiciaban energía en «batallitas» en vez de abrir caminos comunes.
«El consenso es bueno», afirma. Pese a lo que sugiere su apellido, esta Merkel es socialdemócrata.
- Los problemas de imagen de España en Alemania son

- la corrupción y la polarización
Leoncio Gozález - La Voz de Galicia - Santiago de Compostela - 10-11-2013

No hay comentarios: