El libro ¿Por qué fracasan
los países? Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza
de Darren Acemoglu y James Robinson contiene
explicaciones muy plausibles sobre el fenómeno del
desarrollo.
Los autores
analizan y critican en base a la evidencia histórica
disponible las distintas teorías que durante mucho
tiempo han pretendido explicar
- por qué
algunos países logran un desarrollo sostenido mientras otros
- se
debaten eternamente en la pobreza.
Así las
explicaciones simples,
-
ubicación geográfica, clima, quedan rápidamente refutadas al igual que
- teorías
más elaboradas que tienen que ver con
- una
presunta ignorancia de los gobernantes sobre
-
cuáles son las políticas "correctas" a impulsar para lograr el
desarrollo.
Esta última ha
sido muy funcional a
- la
cooperación técnica de los organismos internacionales y gobiernos de los países
centrales.
El libro nos
ayuda a entender también
- por qué
esta cooperación ha recogido tantos fracasos.
La hipótesis central de los autores es que
-
es la calidad de las instituciones políticas y económicas
- lo que
explica el éxito o el fracaso de los países
- a lo largo de la historia.
Uno de los
ejemplos más logrados es
- la
comparación de la evolución de las dos Coreas que
- hasta
principios de la década de los cincuenta del siglo pasado constituían una
única nación.
De acuerdo a
la tesis del libro
- el
futuro no está escrito.
- No hay
garantías ni condenas eternas pero sí existen
-
círculos virtuosos y círculos viciosos, ya que
- una buena calidad institucional en
lo político y económico
- tiende a reforzarse en el tiempo.
-
Lamentablemente lo contrario también es cierto.
Existen
también coyunturas críticas en las cuales
- los
países mejor equipados desde el punto de vista institucional
aprovechan para
- dar
saltos cualitativos en el desarrollo.
- Otros
no están en condiciones de aprovechar esas
coyunturas.
Esta apretada
síntesis viene a cuenta de
- una
reflexión respecto a lo sucedido con
- los países sudamericanos en la última
década.
- ¿En qué
medida se sentaron bases sólidas para
- un desarrollo sostenido más allá
de
- diez
años de exuberante crecimiento económico
- derivado de una coyuntura externa excepcional?
En particular en
Uruguay, nos quedó
- una
formidable revolución tecnológica en la agricultura y
- un
crecimiento importante de la inversión extranjera,
- orientada primordialmente
- a la
explotación intensiva de nuestros recursos naturales.
Sin embargo
-
ningún cambio estructural tuvo lugar de manera de
-
posicionar mejor al país en el concierto internacional.
Casi todas
las reformas importantes siguen en carpeta (o
en la papelera).
Curiosamente Uruguay se ha
caracterizado históricamente por
- poseer
una institucionalidad política bastante bien considerada a nivel mundial.
Sin embargo, a
juzgar por los resultados
-
deberíamos mirarnos mejor en el espejo.
Salimos muy bien
peinados en la foto pero
- existe
una compleja red de intereses económicos frente a los que
- los
últimos gobiernos han sido muy permeables y lejos de ponerles límites,
- muchas
veces los legitimaron,
- deteriorando la calidad de las
instituciones económicas.
Si a eso le
sumamos
- la
influencia que en la coalición gobernante tienen
-
las concepciones atávicas sobre el papel del Estado, se obtiene
-
una mezcla que impidió en buena medida que la
sociedad en su conjunto
-
aprovechara de manera duradera una coyuntura difícilmente
repetible.
Fanny Trylesinski -
Economista - El País - Montevideo - 15-Nov-2013
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