Dijo Lord Anthony Giddens, el padre de
"la tercera vía" de Tony Blair.
El reputado británico nos habla de la
decisiva batalla por Europa que se avecina y sobre un mundo en el que
declinan las ideologías
- Asediada por
la crisis,
- atacada por
los populistas,
- espiada por
sus aliados e
- insegura de sí
misma,
- Europa mira con
auténtica aprensión a las elecciones al Parlamento europeo de
mayo del
año que viene.
Una sensación de
emergencia que comparte Lord Anthony
Giddens, el gran sociólogo británico que
- concibió la
«tercera vía» detrás de las victorias de Tony
Blair y
- repensó la
idea de modernidad en la era de la globalización.
Anclado en el centro
radical que apadrinó siempre, una especie de liberalismo
socialdemócrata ilustrado, el
intelectual londinense suma, a sus 75 años y con 34 libros a sus espaldas, la
calma de la madurez a la lucidez y frescura analítica que tuvo
siempre.
- «En los próximos seis
meses se juega la batalla por el futuro de Europa», advierte,
- en referencia al
empuje de los populismos y del euroescepticismo.
En su intervención esta semana en
un foro sobre la UE en la sede británica del European Council on
Foreign Relations, un centro de análisis europeísta,
exigía a los pro-europeos –y a los funcionarios de Bruselas
presentes- hablar de Europa con mayor pasión.
Como europeísta convencido, «algo
muy raro en un británico», quiere lanzar en estos meses
- el Proyecto
Europa, una red de «think-tanks» a modo de coalición
intelectual
- para afrontar la
batalla que vaticina.
—¿Cuál es el argumento
definitivo sobre la necesidad de más Europa?
—Yo soy proeuropeo porque
Europa unificó a un continente en guerra, y ese
proyecto no ha perdido su relevancia. Hace no tanto tiempo hubo un nivel brutal
de destrucción en el centro del continente, y tenemos todavía el
reto de integrar a los Balcanes. Esta legitimidad pública es para mi un factor muy
importante.
En segundo lugar, está
la prosperidad económica. En este momento decirlo
parece algo perverso, pero - el mercado único aporta un 2,2% de PIB
adicional a los Estados miembros
- con un reparto bastante
equitativo, incluso durante la crisis.
—Son los viejos
argumentos de la misión histórica y el mercado común...
—Vivimos en un mundo
dirigido por las narrativas de los poderosos.
Deberíamos olvidarnos de todo ese discurso sobre el poder
blando de Europa. Europa no puede ser solo un poder blando.
- No podemos contentarnos
con afirmar que
- Europa está a la
vanguardia de una incipiente forma de gobernanza global, porque
no existe.
- Europa debe aspirar
a asumir poder
- en materia
medioambiental,
- en materia
empresarial.
La pregunta sobre Europa es si
puede desarrollar nuevos mecanismos de integración para ser una potencia
significativa en la arena mundial.
- Europa es un
proyecto inacabado.
Que la UE se
estanque, o que se desintegre, es para mi
una posibilidad.
Y yo quiero crear lo primero.
- Europa debe
participar en el diálogo global con una poderosa sola
voz...
—Pero, ¿para decir qué?
¿Cuál es la narrativa europea?
—Participar en la
construcción de un mundo mejor en muchos aspectos.
Que Europa hablara con
una sola voz en la cumbre de Copenhague sobre
cambio climático fue muy importante, aunque luego
fue excluida.
Sin esa voz,
- quedaríamos marginados
y a la deriva en un mundo de cambios espectaculares.
Muy poca gente es consciente de
cómo esos cambios transforman nuestras
vidas.
—En este mundo en el que
usar iPhone o Android nos determina más que muchas otras
consideraciones, ¿tiene
sentido hablar de izquierda y de derecha?
—Sí, las
ideologías todavía importan.
Y lo ideal sería
- ver reflejadas
en el sistema político europeo
- las divisiones
entre izquierda y derecha que encontramos en el ámbito nacional.
No tienen la importancia de antes
porque
- ya no
hay utopías a la vuelta de la esquina, y porque
- hay muchos
asuntos que no son cuestión de izquierda-derecha.
Pero las ideologías
- siguen siendo un
principio axial de la política.
Y sería mejor si hubiera partidos
políticos europeos significativos.
—¿Ha fracasado la Europa
social de la socialdemocracia a la luz de esta Europa de
la
austeridad?
—Bueno, habría que empezar
diciendo que
- el
capitalismo ha fracasado, porque ha sido el capitalismo a escala global
- el que ha
provocado esta crisis principalmente.
Detrás de ella está
- la emergencia de una
nueva forma de capitalismo financiero global, y
- no se puede culpar a la
socialdemocracia de ello.
No es solo la socialdemocracia la
que intenta acomodarse a unos niveles de interdependencia sin precedentes. Sigue
habiendo diferencias fundamentales entre
- los valores de los
fundamentalistas del mercado en la derecha y los socialdemócratas.
- Y son los
fundamentalistas del mercado los que han perdido la
discusión.
—Dice que en los próximos
seis meses se jugará una «batalla por el futuro de
Europa»,
¿veremos el ascenso
de los populismos y la derrota de las ideologías
tradicionales?
—En los próximos
seis meses hasta las elecciones europeas debe producirse el debate necesario,
porque si no los populistas y los euroescépticos
dominarán la conversación.
- Son más atractivos para
los medios,
- tienen representantes
más pintorescos, y
- apelan a las emociones
de muchas personas ante el estado de este mundo.
Necesitamos un mayor activismo de
la parte de los europeístas de todas las tendencias para forzar a los
euroescépticos a
- decir lo que defienden
y no solo lo que critican,
- definir el
tipo de mundo que quieren.
- Si quieren una
Europa de estados-nación deben decirlo para que podamos discutir
sus
implicaciones.
—¿Saldrá el Reino Unido
de la UE?
—El Reino Unido corre
un serio peligro de salirse de la UE.
Sería un ejemplo clásico de «ten
cuidado con las cosas que deseas». Creo que
- la mayoría de los
británicos no entienden el ajuste que implica,
- supondría un
replanteamiento total de la identidad del país.
Para ser viable económicamente
fuera de la UE,
- Gran Bretaña tendría
que ser como Canadá o Taiwán,
- países muy
activistas en el mundo y orientados al exterior.
Y no es el caso de la Gran
Bretaña actual, que
- está atrapada en una
especia de nostalgia post-imperial.
- Los británicos y los
franceses son incapaces de desprenderse de su molde imperial.
No queremos ver que un país
como Israel podría derrotar a toda Europa si no fuera
por la OTAN.
Los británicos deben tomar una
decisión de tal magnitud con toda la información, y no solo con el mensaje a
medias.
- Existe el
riesgo de que Gran Bretaña se aleje de la UE sin que
- la opinión
pública comprenda lo que está en juego.
—Pues parece que los
populistas han copado el escenario...
—Sí, no entiendo por qué
- los únicos que
hablan con pasión sobre Europa son los que no creen en
ella.
Que los euroescépticos y los
populistas lleguen a dominar el Parlamento europeo o, al menos, a paralizarlo,
sería una tragedia para Europa.
Los pro-europeos deben llevar
su mensaje a los europeos de forma
apasionada.
—En relación a la
inmigración, uno de los ingredientes del discurso del miedo de los
populistas,
no veo que los partidos
pro-europeos estén transmitiendo un mensaje propio...
—Aquí entra en juego de nuevo la
dinámica entre izquierda y derecha, porque no veo a la derecha extrema
interesada en el cosmopolitanismo. Están en contra de lo
cosmopolita.
—Pero tienen su propia
narrativa, y los demás no...
—Sí, pero no
tienen una narrativa positiva, sino un mensaje muy negativo. Y si pensamos en
cómo gestionar una sociedad hiper-diversa, la respuesta hay que encontrarla en
corrientes más liberales y más progresistas, creo.
- El
multiculturalismo es un término caduco propio de un tiempo en
que
- la inmigración era
solo física, ahora la diversidad es
física y tecnológica.
- Vivimos en un mundo de
hiper-diversidad.
Una ciudad como Londres es un
espacio muy diverso que funciona con éxito, con muy pocas zonas prohibidas como
las que encuentras en París o en Chicago.
Londres va mejor
que el resto de Gran Bretaña precisamente
- gracias a la mayor
presencia de inmigrantes.
- ¿Por qué no puede el
resto de Europa ser así?
- Uno de los motivos
del estancamiento de Japón durante dos décadas es que
- es una sociedad
demasiado monolítica, no les gustan los
extranjeros.
—¿Girará la nueva
gobernanza global en torno a un G-2 compuesto por EE.UU. y
China?
—No lo creo.
No sabemos aún cuál será la
trayectoria de estos dos países en los próximos diez años, pero creo que
- la hipótesis de que el
siglo XXI vaya a ser el siglo asiático está por ver.
China ha logrado avances
impresionantes pero
- tienen muy serios
problemas de deuda o de estructura demográfica.
Deberíamos evitar la idea de que
solo la UE tiene problemas estructurales.
En los próximos
años veremos
- una cooperación
intensificada entre las grandes regiones y los grandes países,
- en el G-8 y el G-20
pero también en otras organizaciones.
- En materias como el
cambio climático, por ejemplo, no basta con una solución en ese
G-2.
—Cree que las
negociaciones comerciales en curso entre la UE y EE.UU. pueden ser una
«reconstitución parcial de Occidente», ¿está en riesgo ahora por el escándalo de
la NSA?
—No, no va a ponerse en riesgo
por eso. Las dudas están en
- si los dos bloques
serán capaces de alcanzar acuerdos en los asuntos que les
separan, como
- las
patentes, o algunas políticas europeas como
- el principio de
precaución que la UE aplica a los cultivos genéticamente
modificados, o
- la «excepción
cultural» francesa.
Además, requerirá la
aprobación del Congreso de EE.UU., que podría ser también
un obstáculo.
- Pero si ocurre, y yo lo
defiendo, sería
- la
mayor transformación en la economía mundial, y
- una
reconstitución de Occidente,
- no en un sentido
elevado, sino en el hecho de que
- añadiría
una porción sustancial de PIB a ambas economías.
—¿Qué impacto tiene
la era digital en todo esto?
—Internet supone
- la mayor
transformación secular de los últimos cien años, y
- no
tenemos ni idea del alcance que tendrá el cambio.
Estamos en terreno
desconocido en muchas áreas.
- La crisis financiera no
ha sido como la de los años 30, ha sido algo mucho más global.
- Los riesgos y
las oportunidades se combinan de una forma
- mucho más
problemática que en cualquier civilización anterior.
- Todos los
países luchan en estos momentos por redefinir su
identidad.
Borja Bergareche - ABC - Madrid - 3-Oct-2013
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