Érase una vez un país que presumía -ante quien quisiera creerlo- de no tener política industrial, de ser adalid de la libre competencia y de cosechar todos sus éxitos económicos con la iniciativa privada de sus capitanes de empresa. Eso de puertas afuera.
De puertas adentro la situación era algo distinta, según se resume en un informe para el período 1955-2000.
En aquel remoto año 55 ya habían creado un Servicio de Extensión Industrial en ayuda de la modernización manufacturera en todas las regiones y sectores.
En el año 58 crearon un Instituto Triangular de Investigación para contratar servicios de investigación entre la industria y el Gobierno. Ese año también se abrió un centro de formación industrial capaz de acoger cuatro mil trabajadores al año.
Corriendo el año 59 se abre un parque empresarial que unía las instituciones académicas y el capital privado, para definir ya en el año 62 un programa de subvenciones estatales en ciencia y tecnología.
En los años siguientes se apostó por la biotecnología, la microelectrónica y las telecomunicaciones creando centros de investigación específicos.
Ya en los primeros años ochenta surgen incubadoras de empresas y se crea la primera red digital entre todas las agencias estatales.
El año 1984 fue especialmente activo. Se crea un campus integral por parte de la industria, el Gobierno y la Universidad; también un Centro de Desarrollo de Pequeñas Empresas con 15 oficinas distribuidas por todo el territorio y la primera red de banda ancha de Internet.
En los años noventa se crea el primer centro para distribución global just-in-time .
Hasta aquí el resumen telegráfico del prolongado proceso de apoyo e impulso público a programas de promoción del desarrollo económico en el Estado de nuestra fábula.
El lector debe saber en este punto que se trata del de Carolina del Norte, según un informe oficial de su NCBST (North Carolina Board of Science and Technology). Y que en Galicia habrá que esperar al año 1982 para que nazca Feuga, al 1990 para las OTRI, al 1999 para Uninova o al 2001 para Unirisco.
El éxito de Carolina del Norte lo es de un proceso prolongado en el tiempo, perfilado en sus sucesivos objetivos y con un volumen de fondos comprometidos cercano al 3% del producto nacional.
Hoy su área metropolitana principal (Raleigh-Durham) con apenas un millón de habitantes supera de largo, en índices de competitividad, las puntuaciones de las tres mayores áreas metropolitanas de EE.UU. (Nueva York, Los Ángeles o Chicago) que multiplican por cuarenta su población.
Y lo hace con una capital, Raleigh, que no llega a los trescientos mil habitantes. Creo que debemos emular este sistema, presuntamente no intervencionista, del otro lado del Atlántico y que por eso procede saludar con esperanza la naciente Cidade Tecnolóxica de Vigo.
Albino Prada - "La Voz de Galicia" - Santiago - 16-Dic-2007
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