Con una población similar a la del Estado español, Polonia ha enviado a la emigración a un millón de mujeres en los tres últimos años con consecuencias tan evidentes para la sociedad polaca como el riesgo de colapso del sistema social polaco, con especial incidencia en la sanidad y la educación.
POLONIA se desfeminiza, se desangra en mujeres. La entrada en la Unión Europea ha abierto la puerta del país a una auténtica fuga de faldas. En los tres últimos años han emigrado de Polonia un millón de mujeres, cifra que se incrementará ahora con la entrada en el espacio Schengen y la apertura total de fronteras.
El problema es inmenso. No sólo a nivel de desestructuración familiar, o de caída de la natalidad, sino que incluso llega a amenazar con el colapso del sistema social polaco ya que son las mujeres las que llevan el peso del cuidado de niños y ancianos. Al menos, en ese sentido apunta el último informe de la London School of Economics, cuyos datos coinciden con los que baraja la Comisión Europea. En Polonia, la emigración no sabe de género. La mitad de los dos millones de ciudadanos polacos que trabajan actualmente en el extranjero serían mujeres.
Entre 20 y 40 años
"Hasta ahora sólo se ha hablado de la fuga de cerebros como principal consecuencia de la emigración, pero lo cierto es que Polonia vive una fuga de cuidadoras tras la marcha de tantas mujeres", alertó el informe de la Escuela de Estudios Económicos. Pero el problema supera incluso ese ámbito.
Para la demógrafa Irena Kotowska, "la principal amenaza es que las mujeres que deciden marcharse suelen estar entre los 20 y 40 años, una edad en la que son piezas fundamentales en el mercado laboral y social polaco", además de en la configuración de la misma sociedad polaca, al ser base esencial de la estructura familiar.
Sanidad, educación ...
De hecho, los efectos ya se han dejado notar en el sistema sanitario de Polonia, donde se cuentan cinco enfermeras por cada mil habitantes, justo la mitad de lo que la Organización Mundial de la Salud considera recomendable, lo que hace que en algunos hospitales la situación sea insostenible y, por ejemplo, una sola enfermera se haga cargo de 60 pacientes.
También en la enseñanza se hace patente la marcha de mujeres, ya que se trata de una profesión eminentemente femenina en Polonia, donde 900 de cada 1.000 docentes son mujeres.
"Cada día me llegan noticias de alguna profesora que ha decidido emigrar", se lamenta la portavoz del Sindicato de Maestras Polacas, Magdalena Kaszulanis.
Pero el gran drama, según alertaron los demógrafos, lo vivirá Polonia durante los próximos años, sobre todo en las regiones más pobres y más castigadas por la emigración, donde la mayor parte de la población pertenecerá a la llamada tercera edad y no contará con soporte familiar que les atienda.
Editorial - "DEIA" - Bilbao - 26-Dic-2007
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