Los accionistas recelan de que los inversores asiáticos entren en el capital
UBS celebrará una asamblea extraordinaria el próximo 27 de febrero. Se promete animada.
Algunos de sus accionistas más importantes han expresado sus recelos ante la entrada de un inversor saudí y el fondo soberano de Singapur "Temasek". Entre ambos, inyectarán en el mayor banco de inversión del mundo 7.830 millones de euros para sortear los daños (valorados en 6.800 millones) que le ha provocado la crisis financiera causada por las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos, las ya famosas subprime.
Unión de Bancos Suizos (UBS) no ha sido la única entidad que ha recurrido a los fondos soberanos -instrumentos financieros de dependencia pública- de países emergentes para recuperarse del golpe de las hipotecas subprime.
El mayor fondo soberano del mundo, el "Abu Dhabi Investment Authority", ha anunciado una inversión de 7.500 millones de dólares (5.096 millones de euros) en Citigroup. A la lista se suman los estadounidenses Morgan Stanley, Bear Stearns, Merrill Lynch y el británico Barclays.
La crisis financiera ha arrojado a los grandes bancos en manos de los fondos soberanos en un momento de falta de liquidez. Y éstos no han dejado pasar la oportunidad, ahora que las acciones de los bancos están baratas y a ellos les sobra el dinero que necesitan las entidades financieras.
Los altos precios del petróleo, una de sus principales fuentes de ingresos, y el superávit exportador de los países emergentes han disparado sus recursos. Basta con ver el volumen gestionado por el fondo de Abu Dhabi, cuya liquidez procede del crudo. Los 875.000 millones de dólares (594.000 millones de euros) que ha movido en 2007 son casi tres veces más de lo que disponía dos años antes.
La banca no es el único sector en el que han entrado estos fondos. La irrupción de China Investment en Blackstone antes de la salida a Bolsa del fondo de capital riesgo es una prueba.
El gusto por las entidades financieras no es nuevo. Según consta en su página web, Temasek, el fondo soberano de Singapur que ha entrado en UBS y Merrill Lynch, cuenta con inversiones en tres grandes bancos chinos: ICBC, China Construction Bank y Bank of China.
La entrada en escena de estos fondos ha generado ciertos recelos entre los accionistas de las empresas donde han irrumpido, que ven amenazada su posición. "Creo que esta solución trae desventajas para los accionistas tradicionales", ha declarado el responsable de un inversor institucional en UBS a Financial Times, al comentar la entrada de Temasek y los saudíes. No son las únicas suspicacias.
"La composición de la cartera de inversión de estos fondos es muy opaca. Eso puede despertar cierto temor", explica Pablo Guijarro, de Analistas Financieros Internacionales (AFI). "Además, no dejan de depender de instituciones públicas, lo que puede generar problemas".
En todo caso, el mismo analista resta importancia a los miedos, al comentar que las entradas en Citigroup, UBS y Morgan Stanley no comportan derechos políticos para quien las ha hecho; en cambio, sí lo hacen en el caso de Merrill Lynch.
La banca recurre a ellos por necesidad, en opinión de Guijarro. No lo haría si no hubiera falta de liquidez y crisis. "Los fondos soberanos son una fuente de financiación amplia y abundante. Pero son el último recurso", concluye.
Y como la crisis de las hipotecas de alto riesgo no ha tocado fondo, los analistas pronostican que su papel irá a más. "Las expectativas son que el cénit de los impagos de las subprime llegue en agosto de 2008", afirma Juan Ramón Caridad, socio de Atlas Capital. Esto lleva a José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, a afirmar que, en el próximo año, los fondos soberanos serán el tema estrella y que acabarán por provocar una "ola de proteccionismo". "Son operaciones políticamente muy complicadas", concluye.
Los fondos soberanos nacieron en los años setenta. Noruega y Reino Unido fueron los pioneros. La intención inicial era asegurar el estado de bienestar gracias a los ingresos que generaban sus recursos naturales.
En el caso de los países emergentes, estos fondos -cuyo objetivo inicial es el desarrollo en sus Estados-, han adquirido un carácter defensivo desde 2007.
La ola especuladora que castigó a los tigres asiáticos en la década pasada provocó el cambio, explica Díez. Desde entonces acumulan grandes recursos financieros que, en principio, habían invertido en bonos del Tesoro estadounidense y en dólares. La caída de la rentabilidad de la renta fija y el desplome del billete verde les ha forzado a buscar inversiones más rentables.
El próximo paso será la entrada en los fondos de capital riesgo, tal y como ya hizo China Investment en Blackstone, explican en Intermoney. Para Díez, la falta de liquidez forzará al capital riesgo a seguir el camino que ha apuntado la banca.
MANUEL V. GÓMEZ - "El País" - Madrid - 31-Dic-2007
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