La oposición arrasa en Japón. "El principal reto será gestionar esta victoria sin ser arrogantes", dijo Yukio Hatoyam.
Taro Aso anunció que dimitirá a finales de septiembre, tras asumir la catástrofe.
Su líder, el centrista Yukio Hatoyama será el nuevo primer ministro de la segunda potencia económica mundial, aquejada de graves problemas de fondo como el desempleo juvenil o las pensiones.
Los japoneses se pronunciaron de forma contundente y superaron los sondeos más optimistas. Con una participación del 70%, tres puntos más que en el 2005, el PDJ superó con holgura la cifra de 300 escaños, de los 480 que tiene la Cámara Baja y diezmó al hasta ayer todopoderoso Partido Liberal Demócrata (PLD), que se queda con 119 diputados, frente a los 300 que tenía.
El entusiasmo se desató inmediatamente en la sede el PDJ. "Es la victoria del pueblo", sentenció Hatoyama tras conocer los primeros resultados, que fueron recibidos por los dirigentes del PDJ con la tradicional reverencia de agradecimiento empleada en Japón y con las manos en alto.
Minutos después, llegaron los aplausos y los gritos de banzai (larga vida, en japonés). Y se desató la euforia en el cuartel general del Partido Democrático. No era para menos. Es la primera vez en más de medio siglo que una fuerza política distinta del PLD controlará las dos cámaras, ya que desde el 2007 el PDJ es mayoritario en el Senado.
Una situación que impulsó a Hatoyama a declarar que "el principal reto será gestionar esta victoria sin ser arrogantes". Su rival, Taro Aso, tardó apenas un par de horas en asumir la derrota y anunciar su dimisión para finales de septiembre. "No he logrado eliminar la decepción que existía hacia el PLD, por lo que acepto la realidad", reconoció Aso, hundido.
El resultado es un verdadero seísmo para el PLD. Un partido cuyo millón de militantes no concebía
- perder el poder,
- pasar a la oposición,
- verse privados de información y
- relaciones privilegiadas en un entramado que engloba a
- políticos, financieros y hombres de empresa.
Es el fin de una era. Numerosos ministros, ex ministros y altos cargos vieron ayer esfumarse su escaño. Los titulares de Finanzas y de Interior se han quedado fuera del hemiciclo.
Hatoyama, que será elegido primer ministro por la Dieta a mediados de septiembre, afirmó anoche que este resultado demuestra
- "el enfado del pueblo japonés contra el gobierno", así como
- "el deseo del pueblo de cambiar la política en este país".
Pero este líder de 62 años no lo tendrá fácil. Tendrá que actuar con rapidez si no quiere perder el apoyo de los votantes, preocupados por
- un paro galopante y
- una sociedad que envejece rápidamente,
- lo que provoca un alza de los gastos sociales.
Hatoyama quiere seguir el ejemplo de Obama en Estados Unidos y dar respuestas rápidas a las reivindicaciones de la gente. Anoche anunció que hoy se reunirá con sus socios del Partido Social Demócrata y del Nuevo Partido del Pueblo, con quienes pactó formar un gobierno de coalición, para negociar la composición del ejecutivo y las primeras medidas que adoptar.
Los retos son importantes. El líder centrista se comprometió en la campaña a
- impulsar un generoso programa de ayudas para
- los jubilados,
- las familias y
- los más desfavorecidos.
Apuesta por
- relanzar la economía del país a través del consumo.
- Ha propuesto que la educación sea gratis hasta la secundaria,
- derogar el peaje de las autopistas,
- bajar el impuesto de las gasolinas y
- mantener inalterable en el 5% la tasa de IVA.
De forma paralela, los líderes del PDJ se pondrán en contacto hoy mismo con la dirección del PLD para acordar un calendario de reuniones para realizar la transmisión de poderes cuanto antes.
Los centristas quieren recibir información lo antes posible, tanto en asuntos internacionales como nacionales, para poder actuar.
Hatoyama quiere acabar con la parálisis parlamentaria. El cambio ha llegado a Japón.
Isidre Ambrós - "La vanguardia" - Barcelona - 31-Ago-2009
Dos historias
Japón es una de las más grandes historias económicas del siglo XX. Desde las ruinas de su derrota en 1945, Japón se convirtió hace años en la segunda economía del mundo.
En la década de 1980, el empuje económico japonés, con sus inversiones en el mercado estadounidense, provocó no pocos temores. Pero el posterior estallido de la burbuja japonesa, con la consiguiente recesión, hizo que los guionistas de Hollywood tuvieran que mirar hacia otro lado para buscar a Godzilla.
La economía japonesa parece que ahora, pese a dar muestras de recuperación, está a un paso de ser superada por China, la potencia emergente.
Pero Japón continúa siendo un actor global en
- tecnología,
- comercio y
- cultura,
aunque su demografía puede comprometer el futuro,
- de 128 millones de habitantes en el 2004 tal vez pasará a
- sólo 90 millones en el 2055.
En cualquier caso, lo cierto es que Japón, con una sociedad disciplinada, laboriosa y estable socialmente, es contemplado en el mundo occidental como uno de los nuestros, es decir, como un sistema democrático occidental avanzado.El sistema político japonés, sin embargo, es otra historia. Japón celebra elecciones multipartidistas por sufragio universal, pero ha tenido resultados sorprendentes, incluso para los occidentales no demócratas. Durante más de medio siglo, y con la excepción de un paréntesis de menos de un año, el Partido Liberal Demócrata (PLD), fundado en 1955, ha controlado el Gobierno, pero la inestabilidad ha sido la norma: desde entonces, Japón ha tenido nada menos que 27 primeros ministros. Es más, los últimos 3 jefes de Gobierno han dimitido entre escándalos y con apenas un año en el cargo.
¿Qué explica esta extraña situación?
Algunos conocedores de las tradiciones japonesas lo atribuyen al hecho de que
- los nipones valoran más la experiencia que el conocimiento. Y
- otros apuntan al rígido sistema educativo.
Pero una y otra explicación, si fueran las correctas, no servirían para comprender el éxito japonés en el desarrollo tecnológico, por poner un ejemplo.
La versión más socorrida es la que señala al PLD, partido que, con el gran crédito que disfrutó en la guerra fría, desarrolló extraordinarios y opacos lazos con el mundo de los negocios, trajes incluidos.
El final de la guerra fría modificó un tanto este escenario, pero no llegó el cambio. Un ejemplo: en los últimos veinte años,
- 8 primeros ministros resultaron ser hijos o nietos de políticos del PLD.
Y, según la investigación realizada por un periodista japonés, Shiota Ushio, hasta un 25% de los diputados ahora salientes son hijos de ex parlamentarios. Y si nos referimos a los bancos (parlamentarios) del PLD, el porcentaje de escaños casi hereditarios aumenta hasta el 40%.
El electorado japonés, que según los sondeos está cansado del partido prácticamente único, acudirá a las urnas este domingo.
Xavier Batalla - "La Vanguardia" - Barcelona - 30-Ago-2009
Hatoyama, el hombre de la tercera vía nipona
El líder del PJD convence al electorado con su adaptación a Japón de las ideas reformistas de Blair y Bill Clinton.
Incómodo con la vieja guardia del PLD, dejó el partido en 1993 para luchar contra la corrupción.
Yukio Hatoyama (Tokio, 1947), el político que decidió un día de 1993
- modernizar al Partido Liberal Demócrata (PLD) o
- echarlo del poder,
ha logrado su objetivo.
Dieciséis años después podrá aplicar sus ideas reformistas próximas a la tercera vía que en su día impulsaron el presidente de EE.UU. Bill Clinton, y el británico, Tony Blair. El éxito alcanzado anoche por este ingeniero de 62 años significa la culminación de una larga carrera política del primogénito de la cuarta generación de una poderosa familia política.
- Licenciado por la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Tokio (Todai) y
- Doctorado en la universidad estadounidense de Stanford, en California,
Yukio Hatoyama sigue así los pasos de su abuelo, Ichiro Hatoyama, que fue primer ministro de Japón en los años 1952-54 y antes había participado en la fundación del PLD. Pero los primeros pasos del clan Hatoyama en el mundo de la política nipona se remontan a 1896. Este año y el siguiente su bisabuelo, el samurái Kazuo Hatoyama presidió la Cámara de Representantes. Luego su abuelo ocupó el cargo de premier.
Su padre, Ichiro Hatoyama, fue ministro de Asuntos Exteriores a mediados de los setenta, y su hermano menor, Kunio, ha sido ministro en los tres últimos gobiernos del PLD. Precisamente la influencia de los Hatoyama en la política japonesa desde los años cuarenta, su riqueza y la carrera política de los dos hermanos, Yukio y Kunio, ha hecho que a menudo los medios de comunicación nipones les comparen con "los Kennedy" estadounidenses. Pero la influencia y la fortuna de Yukio Hatoyama no procede solo de la rama paterna de la familia. Su abuelo materno es Sojiro Ishibashi, el fundador de la marca de neumáticos Bridgestone. Esta situación familiar ha propiciado que el nuevo premier sea uno de los parlamentarios más ricos. Su patrimonio se calcula en 1.500 millones de yenes (unos 14 millones de euros). Sin embargo, no fue hasta los 36 años que dio sus primeros pasos en la política. Antes se dedicó a la enseñanza, en EE.UU. y en Japón. Los dio de la mano de su padre, de quien se convirtió en secretario en 1983. Tres años después fue elegido diputado por una circunscripción de Hokkaido, gracias a que un amigo de su padre desistió de presentarse a la reelección. Desde el primer día contó con numerosos e importantes apoyos para destacar. Una de las facciones más poderosas del PLD, el llamado "club del jueves", liderado por el ex premier Kakuei Tanaka, le dio amparo. Pero este apasionado del fútbol americano, el béisbol y la música –grabó un disco con su hermano Kunio en 1988–, en seguida se sintió incómodo ante la manera de actuar de la vieja guardia del partido. Sus críticas aumentaron y en poco tiempo se convirtió en uno de los líderes de una nueva generación de políticos. Decidió dedicar sus esfuerzos a luchar contra la corrupción y eliminar el excesivo poder de los burócratas en el gobierno del país.
Guiado por estas ideas, Hatoyama no aguantó mucho en las filas del PLD. En plena crisis de la economía japonesa, abandonó el PLD en 1993 para crear su propio movimiento político. Una singladura que concluyó en 1996 con el nacimiento del Partido Democrático de Japón (PJD), que en 1998 se convirtió en el principal partido de la oposición. Ocupó la presidencia del PDJ entre 1999 y el 2002. Dimitió presionado por la dirección del partido, que le acusó de falta de transparencia en su proyecto de absorber otros pequeños partidos. Pero volvió a tomar las riendas el pasado mayo, tras la dimisión del entonces presidente Ozawa, salpicado por un escándalo financiero. Casado con la ex actriz Miyuki Hashimoto y padre de un hijo de 33 años que se mantiene apartado de la política, Hatoyama ha dedicado los últimos años a afinar su estrategia política.
Desde finales de los noventa se dedicó a
- adaptar el concepto de la tercera vía aplicada por Clinton y Blair a la política japonesa y
- bregó por encaminar su partido hacia el centroizquierda.
Una propuesta que, unida a los errores del PLD, ha seducido al electorado hasta encumbrarlo al cargo de premier. Un puesto que al parecer también ha alcanzado gracias a su sentido del humor. Cuando en el 2001 se enteró de que los japoneses le llamaban ET por la forma de sus ojos, mandó imprimir autoadhesivos con su caricatura como extraterrestre.
Isidre Ambrós - "La Vanguardia" - Barcelona -31-Ago-2009