Imagino a don Pedro de Oña leyendo los titulares de prensa por estos días... Y pienso que, tal vez, no tendría mucho que ensalzar, aunque sí bastante que lamentar.
Alonso de Ercilla no había dejado muy bien parados a los españoles en “La Araucana” y entonces don Pedro, estimulado por García Hurtado de Mendoza, se propuso poner las cosas en su lugar.
Sin embargo, hoy todo es tan confuso...Existe el riesgo de que el concepto de nación unitaria se esté adelgazando.
Se supone, además, según el artículo 10° de la Constitución, que son chilenos “los nacidos en el territorio de Chile”. Y eso no sólo comprende a mapuches y criollos, sino a hijos, nietos y bisnietos de croatas, palestinos, italianos, alemanes, ingleses, belgas y otras muchas nacionalidades, todos nacidos en el país.
Por cierto, también a descendientes de españoles, quizá la gran mayoría.
La moda indigenista, sazonada con infiltraciones antisistema, puede tener consecuencias muy graves en un país cuyos orígenes más profundos descansan verdaderamente en
- el mestizaje, y
- NO en las reservaciones,
- las matanzas sistemáticas y
- la preservación por motivos turísticos.
Por lo demás,
- si la pobreza todavía es cuestión de apellidos,
- siguen siendo muchos más los castellanos quienes la sufren.
Ojalá que Arauco no se transforme en nuestra Irlanda. Aunque de momento no asomen razones religiosas para tanto descalabro.
Editorial - "El Mercurio" - Sgo. de Chile - 21-Ago-2009
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