domingo, 29 de noviembre de 2009

Irán y América Latina: Los ayatolas en el patio trasero

Con la visita del Presidente Mahmoud Ahmadinejad a Brasil, Teherán busca acercarse a países más allá de sus tradicionales aliados en la región, Venezuela, Nicaragua y Bolivia.
- ¿Cómo se debería tratar con líderes electos que ven a sus opositores internos como agentes de potencias extranjeras y ocasionalmente meditan sobre invadir a sus vecinos?
Brasil tiene cierta experiencia en ese asunto después de diez años de presidencia de Hugo Chávez en Venezuela. Su respuesta siempre ha sido simple: manténgalos cerca.
Esta semana ese enfoque se tensionó un poco más cuando el Presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, fue recibido en Brasilia en una visita de Estado.
El Presidente anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva, ofreció ayuda para el trabajo que Irán está haciendo en tecnología nuclear con fines (supuestamente) pacíficos.
También habló del derecho de Israel a permanecer donde está en el mapa, coexistiendo con un Estado palestino.
En la calle, los manifestantes agitaban banderas recordando a Ahmadinejad que el Holocausto en realidad había sucedido, y se iniciaba un acalorado debate sobre la política exterior de Brasil.
"Una cosa es tener relaciones diplomáticas con dictaduras", escribió José Serra, gobernador de Sao Paulo y el favorito para las elecciones presidenciales de 2010, en el periódico Folha. "Y otra muy distinta dar la bienvenida a los líderes de ellas en su casa".
Sin embargo, eso es lo que algunos países latinoamericanos han estado haciendo. Farideh Farhi, del centro de estudios Woodrow Wilson de Washington, señala que
- Irán ha llegado al patio trasero de Estados Unidos "como un medio de confundirlo, o al menos establecer un punto de vista".
Los instrumentos de esta política han abarcado
- desde fabricar autos "anticapitalistas" en Venezuela
- hasta producir programas noticiosos y documentales para la televisión boliviana, sin duda para dar una visión justa y equilibrada del "Gran Satanás".
También ha habido diversas acciones en materias comerciales entre Irán y Ecuador, Nicaragua, Bolivia y Venezuela.
Los frutos de esta política hasta la fecha han incluido el apoyo de Venezuela y Cuba en una votación en la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) sobre el programa nuclear de Irán en 2006 (Siria fue el otro único país que ofreció apoyo).
Más importante para Ahmadinejad, sus visitas a América Latina le están dando un impulso en un momento en que no es recibido con agrado en muchos países y está bajo presión en casa después de su disputada reelección en junio.
Para ver cómo la política exterior de Irán funciona en países latinoamericanos más pequeños, ideológicamente simpatizantes, hay que mirar a Ecuador; un país que tiene problemas tan extremos para reunir dinero tras el incumplimiento de su deuda que fácilmente se puede ver influido por el dinero de gobiernos extranjeros.
Este mes una delegación iraní estuvo en Quito, la capital ecuatoriana, para discutir sobre los créditos para las plantas de energía hidroeléctrica, uno de los 25 acuerdos bilaterales que se firmaron cuando el Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, visitó Irán el año pasado.

Ecuador necesita urgentemente las plantas: se vio obligado a empezar a racionar la electricidad este mes.
Ambos gobiernos ya han hecho arreglos para facilitar el comercio. Los bancos iraníes involucrados, el Banco de Desarrollo para la Exportación de Irán y su subsidiaria con sede en Caracas, Banco Internacional de Desarrollo, han estado en la lista negra de EE.UU. por financiar supuestamente el programa nuclear de Irán.
Existe también el temor que Irán pudiera lavar dinero a través de Ecuador, que utiliza el dólar como moneda. El propio director de cumplimiento del Banco Central del país manifestó a la entidad bancaria que corría el riesgo de sanciones estadounidenses, como el embargo del dinero que mantenía en el extranjero.


Relevancia
Antes de esta semana, Irán había tenido poco éxito con los países más grandes de la región.
- México no está interesado en los avances iraníes.
- Colombia tiene una posición firme respecto de los países acusados de colaborar con terroristas.
- Argentina tiene relaciones poco cordiales con Irán, que datan de los atentados explosivos aún sin resolver contra la embajada israelí y un centro comunitario judío en Buenos Aires en la década de 1990.
Es la razón de por qué el viaje a Brasil fue tan importante. "Para Irán, una visita de Estado a Brasil vale diez a Venezuela", dice Peter Hakim, de Diálogo Interamericano, otro centro de estudios de EE.UU.
Para Brasil, los riesgos son mucho más grandes. El Presidente Lula habla frecuentemente de lo importante que es la democracia y miembros de su gobierno invocan su experiencia del exilio o el encarcelamiento a manos del ex gobierno militar brasileño.
Esto no encaja con las informaciones de que el gobierno iraní ha condenado a muerte a cinco activistas de oposición desde las protestas que se produjeron después de sus disputadas elecciones.
Brasil corre el riesgo de traspasar la línea en su deseo de que lo vean como una nación importante. A principios de este mes, cuando el Presidente israelí Shimon Peres estuvo en Brasilia, Lula habló de que su país ayudaría a resolver el conflicto palestino-israelí. Su sugerencia de un partido de fútbol entre Brasil y un combinado de israelíes y palestinos es una buena idea.
No obstante, Brasil no ha arreglado disputas más simples entre
- Argentina y Uruguay,
- Venezuela y Colombia, y
- los rivales políticos de Honduras.
Tiene pocas posibilidades de tener éxito donde países más poderosos han fracasado por tanto tiempo en el Medio Oriente.
Con todo, un Brasil que está comprometido con los problemas del mundo, aunque en forma incierta, es mejor seguramente que uno que no lo está.
Estados Unidos no se pronunció respecto de la visita del Presidente Mahmoud Ahmadinejad a Brasil. Pero su molestia al ver al líder iraní en un abrazo tan cálido en su patio trasero tal vez se mitigue con la idea de que al menos ahora hay una línea de comunicación abierta, vía Brasilia, con Teherán.
Para Ahmadinejad, sus visitas a América Latina le están dando un impulso en un momento en que no es recibido con agrado en muchos países.
Opinión - "El Mercurio" - Sgo. de Chile - 29-Nov-2009

Los textos secretos de Lula
Éste es un memorando que los asesores del presidente de Brasil enviaron a su jefe:
"Le recomendamos que reciba en visita de Estado a su colega iraní, Mahmud Ahmadineyad.
Seguramente esta decisión será criticada, pero esa visita tendrá para usted y Brasil más beneficios que costos:
1- Su foto recibiendo al presidente iraní reafirmará ante el mundo que tenemos una política internacional independiente de Estados Unidos, al que no tememos ofender o irritar.
2- Como nuevo actor global, Brasil puede y debe desempeñar un papel protagónico en las principales negociaciones de estos tiempos. La que desarrollan EE UU, Europa, China y Rusia con Irán sobre su programa nuclear es muy importante, y Brasil no debe quedarse al margen.

Podemos convertirnos en actores indispensables para disminuir las fricciones con Irán.
Es más, nuestro país también puede mediar en Oriente Próximo. Brasil es grande, exitoso, no alineado y no tiene conflictos de interés en esa región donde los actores tradicionales carecen de ideas y credibilidad.

Y usted, señor presidente, tiene prestigio.
Podemos aportar una nueva perspectiva y ser vistos como paladines de la paz en el mundo. Esto nos daría más influencia en negociaciones relacionadas con nuestros intereses inmediatos.
3- Los esfuerzos para que Brasil llegue a ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU se verían fortalecidos con el voto de Irán".

El presidente de Brasil estuvo de acuerdo e invitó a Mahmud Ahmadineyad, ofreciéndole una calurosa bienvenida. Días después de la visita, recibió esta carta de un buen amigo:
"Querido Lula. Como sabes, no me gusta molestarte. Como también sabes, me siento muy orgulloso de ti.
Pero hoy te escribo con el derecho que me dan los años que pasamos juntos luchando como líderes sindicales cuando, en este país, organizar a los trabajadores y oponerse al régimen militar era un delito.
Sentí una gran tristeza cuando te vi abrazando al presidente de Irán.
- ¿Pensaste en ese momento, viejo compañero, que si tú y yo hubiésemos estado hoy en Irán haciendo lo que hicimos en Brasil cuando éramos jóvenes -protestar contra la dictadura- ese presidente que tú abrazaste nos estaría condenando a muerte?
- La televisión oficial iraní anunció las sentencias a muerte de ocho personas. ¿Su delito?
Protestar contra el Gobierno y contra la que ellos consideran que fue una elección fraudulenta del presidente a quien recibiste con todos los honores.
En otras palabras, Lula, van a morir a manos de tu huésped por ser hoy como fuiste tú cuando tenías su edad y, al igual que ellos, no podías soportar callado los abusos de la dictadura.
Además, en Irán, centenares de estudiantes y líderes políticos están en la cárcel y algunos seguramente estaban siendo torturados mientras tú ofrecías un banquete al responsable de estos hechos. No objeto que hayas invitado a este tirano: comprendo esos cálculos de Estado.
Y espero que, en privado, le hayas hecho saber que a los brasileños no nos gustan los Gobiernos que matan a sus opositores.
Pero me entristeció verte de la mano con él. Sus manos están manchadas de sangre, las tuyas no
.
Estuve de acuerdo contigo cuando le dijiste al mundo que si un país como Irán desea tener un programa nuclear con fines pacíficos, debe poder hacerlo. Pero Irán no merece tu defensa.
El primer ministro de India, Manmohan Singh, se opuso sin ambigüedades al programa iraní. Sin ambigüedades, Lula. Días después de tu espaldarazo, 25 países emitieron un voto de censura contra Irán.
La comunidad internacional no cree a tu huésped de honor cuando dice que no está intentando producir bombas atómicas. Hasta China y Rusia, que tienen muchos más intereses que Brasil en Irán, respaldaron la resolución.
- ¿Tus asesores no te alertaron del riesgo que corrías apoyando a un líder sangriento?
Sé que la política internacional requiere maniobras y compromisos. Lo que no entiendo es que hayas estado dispuesto a ignorar tan públicamente los principios que te hicieron ser lo que eres.
Sé que aún estás aprendiendo a ser un líder mundial. Pero recuerda que no vale la pena serlo si para eso debes dejar de ser quien eres".
Estos textos ni son secretos, ni son verdaderos. Los he inventado yo.
Pero si bien son sólo producto de mi imaginación, su mensaje central refleja una realidad que hoy le es obvia hasta al propio Lula: Se equivocó.
MOISÉS NAÍM - "El País" - Madrid - 29-Nov-2009

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