Afirma que
- "el lobby" ha impedido avanzar en la aprobación de un marco regulador del sistema financiero seguro, y
- la recuperación no se está dando a la velocidad requerida. , ex Director del Departamento de Economía de Harvard, de visita en Chile entrega una mirada desde la historia a la actual coyuntura económica.
La mayoría de los problemas económicos contemporáneos tienen su respuesta en la historia", dice Jeffrey Williamson, uno de los historiadores económicos más destacados de la actualidad.
"Mi idea es mostrar lo que ya hemos hecho, para no caer en los mismos errores", explica el ex director de Economía de Harvard, quien ha dedicado gran parte de su vida académica a estudiar los problemas de desarrollo y crecimiento, llegando incluso a remontarse dos mil años atrás en búsqueda de la solución. Y desde su perspectiva, parece que Estados Unidos y Europa no han sido muy buenos alumnos en esta crisis.
Invitado al país por EH Clio Lab, el laboratorio de historia económica de la Universidad Católica, habló en exclusiva con "El Mercurio" sobre las lecciones y proyecciones de la crisis, además de los culpables de la inequidad en Latinoamérica: las políticas antimercado a partir del siglo XX .
Aunque el académico reconoce que es muy probable que volvamos a ver una crisis como esta en el futuro y que se han cometido muchos errores en las decisiones tomadas,
- "regalando dinero a grupos de interés" y
- siguiendo "presiones lobbistas de todos lados",
al menos reconoce que
- las políticas tomadas han tenido la rapidez suficiente como para impedir el colapso económico y no repetir el desastre de 1930.
"Es verdad que están regalando una enorme cantidad de dinero. ¡Mis impuestos! Pero lo que importa es que eso salvó mis ahorros y al sistema financiero, por lo que sólo perdí el 20% de mis activos, en lugar del 100%. ¡Eso para mí es un excelente negocio!", afirma.
También rescata el rol de Ben Bernanke, a cargo de la Fed: "Él es un especialista en la Gran Depresión, por lo que no podría haber existido un mejor hombre como director de la Reserva Federal que él, para enfrentar este contexto económico que parece otra Gran Depresión".
El problema es que "los estadounidenses son extremadamente impacientes por conseguir soluciones inmediatas", dice Williamson, explicando así el debilitamiento en el apoyo a Obama y Bernanke que se ha visto en los últimos meses.
La "desilusión"
-Tomando en cuenta las otras crisis y las medidas que se han tomado para salir de la actual, ¿cuánto cree que tardaremos en volver a la normalidad?
"La economía estadounidense ya está mostrando una mejoría. La desilusión es que la recuperación no se está dando con la rapidez ni con el dramatismo que esperábamos".
"Esto se debe a que los consumidores estadounidenses -el componente más importante del PIB- han visto destruida su riqueza, y han recortado su consumo. La tasa de ahorro de los estadounidenses que ya había sido muy baja por dos o tres décadas -a un nivel de 2%-, se ha elevado a 7%, y no es el momento para eso: necesitamos que compren autos. Por eso, creo que tardaremos mucho en volver a la normalidad".
-En una entrevista del año pasado, usted mencionó que demoraríamos alrededor de tres años en recuperarnos. ¿Ese tiempo ya tenía incorporado su pesimismo?
"Ya no estoy tan confiado. Si por recuperación entendemos pleno empleo, esa fue mi esperanza. Pero parece que vamos más lento de lo que esperaba".
-¿Pero usted cree que todas las regulaciones futuras y que están siendo discutidas por los diferentes países lograrán resguardarnos de que una crisis como esta vuelva a ocurrir?
"No lo creo. Al menos en mi Congreso, porque creo que ninguna de las regulaciones estará ni cerca de lo que se requiere. Esto tiene poco que ver con la economía, y está mucho más relacionado con la política. Y no han propuesto ninguna gran revisión para mejorar la regulación, por lo que soy muy pesimista de que realmente aprenderemos una lección e implementaremos un cambio, que evite que se repita una crisis como esta".
-Usted afirma que el ingreso per cápita de EE. UU. creció a 1,5 o 2% al año en los '90, y tendremos suerte si vuelve a crecer a 1% tras la crisis. ¿Qué espera para el resto del mundo?
"Si China e India continúan manteniendo sus tasas de crecimiento -y China se ha recuperado muy rápido del impacto de la depresión mundial en sus ingresos-, tengo la esperanza de que Asia reasuma nuevamente su crecimiento milagroso y nos pueda ayudar a todos".
Las culpas de la inequidad en América Latina
En casi todos los estudios, Latinoamérica lidera en inequidad en comparación con cualquier otro lugar del mundo.
"Pero esto no siempre ha sido así", afirma Williamson en su último estudio "Cinco siglos de desigualdad en América Latina", rompiendo con el mito de que la gran diferencia entre estratos ricos y pobres fue un fenómeno introducido por los españoles hace más de cinco siglos en la región, lo que hasta ahora habían sostenido varias investigaciones.
Según el académico, tras el descubrimiento de Colón, América Latina ha pasado por períodos de decrecimiento y otros de aumento en su inequidad, e incluso antes de pasar al 1900 no era más inequitativa que Alemania, Gran Bretaña o Estados Unidos.
"El gran hecho del siglo XX fue que el resto del mundo industrializado tuvo una transformación revolucionaria en su nivel de ingresos -con el surgimiento del estado de bienestar y la erosión de la desigualdad-, pero Latinoamérica no participó de esto", plantea Williamson.
-Muchos culpan a la globalización del problema de inequidad en el ingreso que aqueja a la región respecto de los países desarrollados.
"América Latina no ha sido capaz de explotar las oportunidades de la globalización como podría haberlo hecho.
- No lo hizo tras su independencia,
- ni con la Belle Époque -en donde creció el comercio de los commodities- y
- sus países retrocedieron entre los '30 y '60 con sus políticas antimercado".
"Se han vuelto impacientes esperando grandes cosas al globalizarse y les ha ido peor de lo esperado. Por lo que tienen mucho que aprender de cómo aprovechar los mercados globales y espero que no pierdan su paciencia y terminen por rechazarlos.
Depende de los latinoamericanos el ser más competitivos -¡No es una culpa de la economía global!-, y para eso tienen que hacer políticas que sean más consistentes".
-Esta década muchos países Latinoamérica han impulsado políticas antimercado para erradicar la desigualdad.
"Efectivamente. América Latina tiene un muy mal precedente en sus políticas antimercado, interviniendo los mercados inmobiliarios y el mercado laboral -especialmente cuando ha intervenido el mercado laboral-, favoreciendo a los sindicatos y a las actividades industriales urbanas.
Al mismo tiempo, perjudicando a las actividades agrícolas y otros sectores, en donde quizás se encuentran la mayoría de los pobres y personas menos cualificadas, por lo que se ha creado más inequidad como resultado". "Ese tipo de políticas antimercado han terminado siendo muy represivas entre los grupos más pobres, que es lo que ocurre en países como Venezuela y Argentina hoy día, con las políticas de Alejandro Chávez y Cristina Fernández".
- ¿Es pesimista respecto de que la desigualdad en un país puede dar un vuelco?
"¡No, no lo soy. Y no en Latinoamérica! Creo que la región ha dado señales de lograr finalmente una distribución más equitativa, tanto en términos de la distribución de su educación, como en las oportunidades para capacitarse y el ingreso. Creo que las cosas están mejorando. Chile ha mostrado un compromiso con esto y con gran éxito".
"Uruguay también tiene una larga tradición y parece ir avanzando más lento que Brasil o México, pero hay una evidencia de que la tradición de gran inequidad está comenzando a erosionarse. Aunque para lograrlo del todo se requiere de un completo compromiso político de dar acceso a todos a la educación y otras oportunidades".
"Mi idea es mostrar lo que ya hemos hecho, para no caer en los mismos errores", explica el ex director de Economía de Harvard, quien ha dedicado gran parte de su vida académica a estudiar los problemas de desarrollo y crecimiento, llegando incluso a remontarse dos mil años atrás en búsqueda de la solución. Y desde su perspectiva, parece que Estados Unidos y Europa no han sido muy buenos alumnos en esta crisis.
Invitado al país por EH Clio Lab, el laboratorio de historia económica de la Universidad Católica, habló en exclusiva con "El Mercurio" sobre las lecciones y proyecciones de la crisis, además de los culpables de la inequidad en Latinoamérica: las políticas antimercado a partir del siglo XX .
Aunque el académico reconoce que es muy probable que volvamos a ver una crisis como esta en el futuro y que se han cometido muchos errores en las decisiones tomadas,
- "regalando dinero a grupos de interés" y
- siguiendo "presiones lobbistas de todos lados",
al menos reconoce que
- las políticas tomadas han tenido la rapidez suficiente como para impedir el colapso económico y no repetir el desastre de 1930.
"Es verdad que están regalando una enorme cantidad de dinero. ¡Mis impuestos! Pero lo que importa es que eso salvó mis ahorros y al sistema financiero, por lo que sólo perdí el 20% de mis activos, en lugar del 100%. ¡Eso para mí es un excelente negocio!", afirma.
También rescata el rol de Ben Bernanke, a cargo de la Fed: "Él es un especialista en la Gran Depresión, por lo que no podría haber existido un mejor hombre como director de la Reserva Federal que él, para enfrentar este contexto económico que parece otra Gran Depresión".
El problema es que "los estadounidenses son extremadamente impacientes por conseguir soluciones inmediatas", dice Williamson, explicando así el debilitamiento en el apoyo a Obama y Bernanke que se ha visto en los últimos meses.
La "desilusión"
-Tomando en cuenta las otras crisis y las medidas que se han tomado para salir de la actual, ¿cuánto cree que tardaremos en volver a la normalidad?
"La economía estadounidense ya está mostrando una mejoría. La desilusión es que la recuperación no se está dando con la rapidez ni con el dramatismo que esperábamos".
"Esto se debe a que los consumidores estadounidenses -el componente más importante del PIB- han visto destruida su riqueza, y han recortado su consumo. La tasa de ahorro de los estadounidenses que ya había sido muy baja por dos o tres décadas -a un nivel de 2%-, se ha elevado a 7%, y no es el momento para eso: necesitamos que compren autos. Por eso, creo que tardaremos mucho en volver a la normalidad".
-En una entrevista del año pasado, usted mencionó que demoraríamos alrededor de tres años en recuperarnos. ¿Ese tiempo ya tenía incorporado su pesimismo?
"Ya no estoy tan confiado. Si por recuperación entendemos pleno empleo, esa fue mi esperanza. Pero parece que vamos más lento de lo que esperaba".
-¿Pero usted cree que todas las regulaciones futuras y que están siendo discutidas por los diferentes países lograrán resguardarnos de que una crisis como esta vuelva a ocurrir?
"No lo creo. Al menos en mi Congreso, porque creo que ninguna de las regulaciones estará ni cerca de lo que se requiere. Esto tiene poco que ver con la economía, y está mucho más relacionado con la política. Y no han propuesto ninguna gran revisión para mejorar la regulación, por lo que soy muy pesimista de que realmente aprenderemos una lección e implementaremos un cambio, que evite que se repita una crisis como esta".
-Usted afirma que el ingreso per cápita de EE. UU. creció a 1,5 o 2% al año en los '90, y tendremos suerte si vuelve a crecer a 1% tras la crisis. ¿Qué espera para el resto del mundo?
"Si China e India continúan manteniendo sus tasas de crecimiento -y China se ha recuperado muy rápido del impacto de la depresión mundial en sus ingresos-, tengo la esperanza de que Asia reasuma nuevamente su crecimiento milagroso y nos pueda ayudar a todos".
Las culpas de la inequidad en América Latina
En casi todos los estudios, Latinoamérica lidera en inequidad en comparación con cualquier otro lugar del mundo.
"Pero esto no siempre ha sido así", afirma Williamson en su último estudio "Cinco siglos de desigualdad en América Latina", rompiendo con el mito de que la gran diferencia entre estratos ricos y pobres fue un fenómeno introducido por los españoles hace más de cinco siglos en la región, lo que hasta ahora habían sostenido varias investigaciones.
Según el académico, tras el descubrimiento de Colón, América Latina ha pasado por períodos de decrecimiento y otros de aumento en su inequidad, e incluso antes de pasar al 1900 no era más inequitativa que Alemania, Gran Bretaña o Estados Unidos.
"El gran hecho del siglo XX fue que el resto del mundo industrializado tuvo una transformación revolucionaria en su nivel de ingresos -con el surgimiento del estado de bienestar y la erosión de la desigualdad-, pero Latinoamérica no participó de esto", plantea Williamson.
-Muchos culpan a la globalización del problema de inequidad en el ingreso que aqueja a la región respecto de los países desarrollados.
"América Latina no ha sido capaz de explotar las oportunidades de la globalización como podría haberlo hecho.
- No lo hizo tras su independencia,
- ni con la Belle Époque -en donde creció el comercio de los commodities- y
- sus países retrocedieron entre los '30 y '60 con sus políticas antimercado".
"Se han vuelto impacientes esperando grandes cosas al globalizarse y les ha ido peor de lo esperado. Por lo que tienen mucho que aprender de cómo aprovechar los mercados globales y espero que no pierdan su paciencia y terminen por rechazarlos.
Depende de los latinoamericanos el ser más competitivos -¡No es una culpa de la economía global!-, y para eso tienen que hacer políticas que sean más consistentes".
-Esta década muchos países Latinoamérica han impulsado políticas antimercado para erradicar la desigualdad.
"Efectivamente. América Latina tiene un muy mal precedente en sus políticas antimercado, interviniendo los mercados inmobiliarios y el mercado laboral -especialmente cuando ha intervenido el mercado laboral-, favoreciendo a los sindicatos y a las actividades industriales urbanas.
Al mismo tiempo, perjudicando a las actividades agrícolas y otros sectores, en donde quizás se encuentran la mayoría de los pobres y personas menos cualificadas, por lo que se ha creado más inequidad como resultado". "Ese tipo de políticas antimercado han terminado siendo muy represivas entre los grupos más pobres, que es lo que ocurre en países como Venezuela y Argentina hoy día, con las políticas de Alejandro Chávez y Cristina Fernández".
- ¿Es pesimista respecto de que la desigualdad en un país puede dar un vuelco?
"¡No, no lo soy. Y no en Latinoamérica! Creo que la región ha dado señales de lograr finalmente una distribución más equitativa, tanto en términos de la distribución de su educación, como en las oportunidades para capacitarse y el ingreso. Creo que las cosas están mejorando. Chile ha mostrado un compromiso con esto y con gran éxito".
"Uruguay también tiene una larga tradición y parece ir avanzando más lento que Brasil o México, pero hay una evidencia de que la tradición de gran inequidad está comenzando a erosionarse. Aunque para lograrlo del todo se requiere de un completo compromiso político de dar acceso a todos a la educación y otras oportunidades".
Carolina Gutiérrez - "El Mercurio" - Sgo. de Chile - 11-Nov-2009
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